4 Testigos Mujeres del proceso de la Traducción del Libro de Mormón

Traducido por Dastin Cruz

Dentro de las primeras páginas del Libro de Mormón, los lectores se encuentran con los nombres de los 11 testigos, quienes firmaron cada uno su nombre como alguien que había visto o tocado las planchas antiguas que José Smith utilizó para traducir el Libro de Mormón.

Aunque sus nombres no están incluidos en la lista oficial, cuatro mujeres se pueden añadir como testigos adicionales de la realidad física y el proceso divino por el cual José Smith paso al traducir el Libro de Mormón.

"Cada una de estas mujeres, Mary Whitmer, Lucy Mack Smith, Lucy Harris y Emma Smith, ayudaron en la traducción del Libro de Mormón y ofrecieron su propio testimonio de la realidad de las planchas", dijo Amy Easton-Flake durante una de las sesiones del Simposio Sperry llevado a cabo el 23 de octubre. "Al reconocer sus contribuciones, no sólo ponemos a las mujeres nuevamente en la narrativa en donde fueron actores integrales, sino también ampliamos el alcance de las formas de testificar y lo que significa ser un testigo."

Reconociendo que los cuatro nombres son familiares para muchos miembros de la Iglesia, la hermana Easton-Flake se reunió con Rachel Cope, ambos profesores asistentes del departamento de religión en la Universidad de Brigham Young, para intercambiar opiniones con respecto al importante papel que desempeñaron las cuatro mujeres en la traducción del Libro de Mormón.

"El tacto, el sonido, las impresiones espirituales y las visiones pueden de hecho explicar como estas mujeres ilustran tan claramente, una experiencia más duradera y más poderosa que la vista", dijo la hermana Easton-Flake.

Mary Musselman Whitmer

A veces conocida como la "testigo número 12" por los historiadores debido a su experiencia paralela a la de los testigos canonizados, Mary Whitmer es la única mujer de la que se sabe que ha visto físicamente las planchas, dijo la hermana Easton-Flake.

En junio de 1829, Mary y su esposo, Peter Whitmer, abrieron su casa a José y Emma Smith y a Oliver Cowdery. Debido a la hospitalidad de los Whitmers, José fue capaz de concentrar sus esfuerzos en la traducción, permitiendo que el proceso avanzara rápidamente.

Además de tener una gran familia y muchas responsabilidades en el hogar, Mary Whitmer comenzó a sentir que su labor era demasiado. A medida que esos sentimientos comenzaron a crecer, un extraño se le apareció, explicándole la gran obra que se estaba realizandose en su casa y le mostró las planchas. Él la animó en su trabajo y de pronto desapareció.

Debido a esa experiencia, Mary pudo continuar con sus labores, ayudando a que la obra continuara rápido. Muchos de su familia más tarde serían testigos de las planchas.

Aunque los miembros de la familia Whitmer tuvieron un enfrentamiento con la Iglesia, Mary es una de las que "nunca se alteró, ni negó su testimonio de la realidad de [las planchas], su origen divino y el mensaje contenido en el libro traducido de ellos."

Lucy Mack Smith

"Como memorialista y participante en los hechos que rodearon la traducción y la publicación del Libro de Mormón, Lucy Mack Smith presentó diversas formas de dar testimonio más alla de lo visual, incluyendo el conservar registros, las experiencias sensoriales y las impresiones espirituales", dijo la hermana Cope.

El profeta José a menudo compartía sus experiencias con su familia, incluyendo la descripción de relatos sobre las planchas, incluso antes de que las tuvieran en su poder.

"A pesar de que los Smith carecían de pruebas tangible de las planchas en este momento, experimentaron la confirmación espiritual y por lo tanto esperaban ansiosos el día en que José recibiría el importante registro que él había descrito", dijo la hermana Cope. "La familia en conjunto se convirtieron en testigos del Libro de Mormón, incluso antes de que José obtuviera las planchas."

Después de que José había obtenido las planchas, Lucy y otros miembros de la familia vieron su forma a través de la tela que las cubría, e incluso loasmismos las tocaron en ocasiones.

Además del testimonio visual y audible, Lucy ayudó a encontrar escondites para la protección de las planchas, y a menudo defendió la realidad de la misma.

Lucy Harris

"Sé que es un poco más inusual, pero creo que hay mucho más en su historia de la que conocemos o reconocemos", dijo la hermana Cope. "Dentro de las páginas de sus memorias, Lucy Mack Smith presenta a sus lectores a Lucy Harris. Aunque generalmente a Lucy Harris se le recuerda por su antagonismo hacia el Libro de Mormón... es importante reconocer que la historia de Lucy Smith revela otra lado de esta compleja figura".

Poco después de que José y Emma habían obtuvieran las planchas, José le preguntó a su madre si ella podría hablar con su conocido "rico", Martin Harris. La madre estuvo de acuerdo, pero decidió reunirse primero con la esposa de Harris.

Según el relato de Lucy Smith, Lucy Harris estaba intrigado y expresó un interés inmediato en las planchas, ofreciendo donar una considerable suma de dinero de su propio bolsillo para los esfuerzos de traducción de José. Pero antes de la donación, Lucy Harris quería ver las planchas y José se negó.

"[Lucy] Harris, que se quedaba en la casa de Smith durante la noche, se retiró a la cama después de su conversación con José", dijo la hermana Cope. "A la mañana siguiente, Lucy Harris compartió una experiencia muy notable que tuvo esa noche con la familia Smith."

En su sueño, ella recordó que un personaje se le apareció y le reprendió por interferir con la obra. El ángel entonces le mostró las planchas, lo que resultó en un testimonio poderoso. Al despertar, Lucy Harris insistió en dar a José "$28", dinero personal que había recibido de su madre antes de que muriera.

"Aunque Lucy Harris finalmente se volvió antagónica a la obra,... Lucy Smith confió que ella siguió creyendo en su realidad física", dijo la hermana Cope.

Emma Smith

Como la persona más cercana a José y que estuvo con él desde el principio hasta el final del proceso de traducción, Emma "estuvo posiblemente más íntimamente involucrada con la salida a luz del Libro de Mormón que cualquier otra persona, además de José", dijo la hermana Easton-Flake.

La participación de Emma comenzó el día en que acompañó a José al cerro Cumorah para obtener las planchas y continuó al actuar como escriba, presenciando el proceso de la traducción. Aunque ella nunca vio las planchas, a  veces se las colocaba debajo de su cama, otras veces las movía mientras las limpiaba y en ocasiones las veía envueltas en un paño pequeño.

"Su testimonio de las planchas fisicamente adquiere una nueva dimensión cuando ella describe 'un diseño de su contorno y forma'", dijo la hermana Easton-Flake. "Ella informa que las planchas parecían ser flexibles y crujían con un sonido metálico. ... Esta completa seguridad de la realidad de las planchas, a pesar de que nunca las vio, es una poderosa declaración sobre la validez de todos los  testigos de ver más allá de lo visual. ...

"Casi dos siglos después, los milagros de esta gran obra pueden resonar más y fomentar más la fe cuando reconocemos cómo Dios usó a hombres y mujeres dedicados para dar a luz esta gran obra de la traducción y la restauración."


Este artículo fue escrito originalmente por Marianne Holman Prescott y fue publicado por deseretnews.com, con el título: “4 women witnesses to the Book of Mormon translation process” Publicado y Traducido en español www.4mormon.ml

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