¿Qué significa hacer firme nuestra vocación y elección? y El Santo Espíritu de la Promesa

¿Qué significa hacer firme nuestra vocación y elección?



Fuente: www.canalmormon.org

¿Que significa Vocación o Llamamiento? Y ¿Quienes son los llamados por Dios?

Por Bruce R. McConkie (Traducción Libre: DPCS)

Ser llamado significa ser un miembro de la Iglesia y el Reino de Dios sobre la tierra; es ser contado entre los Santos; es aceptar el Evangelio y recibir el convenio sempiterno; es tener parte y porción en el Sion terrenal; es nacer de nuevo, ser un hijo o una hija del Señor Jesucristo; teniendo membresía en la familia de la fe; es estar en la senda que conduce a la vida eterna y tener la esperanza de la gloria eterna; es tener una promesa condicional de la vida eterna; es ser un heredero de todas las bendiciones del Evangelio, siempre y cuando haya una continua obediencia a las leyes y ordenanzas de la misma.

Dentro de esta estructura general, hay llamadas individuales a posiciones de confianza y responsabilidad, pero que son simplemente asignaciones para trabajar en la obra del Señor, en lugares particulares, por un tiempo y una época. El llamado o vocación en sí para la causa del evangelio; no es exclusivo para los apóstoles y profetas, ni para el grande y poderoso en Israel; es para todos los miembros del reino.

El llamamiento procede de Dios, está disponible debido a su gracia y bondad, y se ofrece a diversos pueblos y naciones de acuerdo con su voluntad y su agenda divina. Desde los días de Jacob hasta la venida de Cristo, la casa de Israel fue el pueblo llamado y escogido del Señor. Durante los días de su ministerio terrenal, nuestro Señor limito el llamado a las ovejas perdidas de la casa de Israel. (Mt 10: 5-7.) Después de su resurrección mandó a sus ministros a poner el llamado a disposición de todos los hombres. (Mc 16, 15-16.) Sin embargo solamente quienes reciben el Evangelio, quienes entran en el convenio sempiterno, quienes se allegan a la verdad y se esfuerzan por vivir en armonía con la palabra revelada, sólo éstos serán contados entre los que las escrituras denominan los llamados del Señor.

Así encontramos una multitud de instrucciones en las sagradas escrituras que narran quien es llamado y lo que poseen y aún pueden recibir como consecuencia del mismo. Por ejemplo: En el mismo día de Pentecostés, cuando empezó el ministerio que tomaría el Evangelio de la casa de Israel hasta los confines de la tierra, Pedro anunció que los arrepentidos, convertidos bautizados, "recibir[án] el don del Espíritu Santo. Porque" dijo él,"para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.". (Hechos 2: 37-39.)

Más tarde, el apóstol dijo a los miembros de la Iglesia que habían sido " llamado[s] ... de las tinieblas" hacia la "luz admirable" del evangelio (1 Pedro 2: 9); que fueron "llamados" a sufrir por causa de la justicia, para que así "heredaseis bendición" (1 Pedro 2:21; 3:9); que su llamado provino de Dios, por su gracia, a través de "Jesucristo", y fue un llamado para la "gloria eterna." (1 Pet 5:10.) Y por consiguiente Pedro exhortó a los santos a ser santo "como aquel que os ha llamado es santo" (1 Pedro 1:15.)

Nuestro amigo Pablo proclama los mismos principios. Habla de los miembros de la Iglesia como "llamados a ser de Jesucristo;", como aquellos que son "llamados a ser santos" (Romanos 1:6-7; 1 Corintios 1:2); él dice que se "os llamó por la gracia de Cristo" (Gal 1:6); llamados "... a libertad" (Gal 5:13); Llamados "...a la paz" (1 Cor 7:15, 17); "llamados a la hermandad" de "Jesucristo" (1 Cor 1:9); Llamados "a santificación" (1 Tes 4:7; Heb 3:1); Llamados al "reino y gloria" del Señor(1 Tes 2:12); y que todas estas llamadas vienen por la "gracia". (Gal 1:15.)

Así como Pedro, él enseña que los santos son llamados a la "vida eterna" (1 Tim 6:12), llamados a la "promesa de la herencia eterna" (Heb 9:15), pero él también explica que las llamadas del Señor son el resultado de la preordenación y derivan de la fidelidad en la preexistencia. (2 Tim. 1:8-9) "Dios desde el principio", es decir, desde antes de la fundación del mundo " os haya escogido [sus santos] para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y por la fe en la verdad. Para lo cual os llamó por medio de nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo". (2 Tesalonicenses 2: 13-14.) Es decir, los santos fueron preordenados en los concilios de la eternidad por creer la verdad, por ser santificado, y para salvar sus almas; y luego en esta vida son llamados a ese Evangelio mediante el cual se pueden cumplir estas promesas eternas.

En otro pasaje glorioso, Pablo dice: "Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas obrarán juntamente para su bien, para los que conforme a su propósito son llamados." Es decir, la mano del Señor gobierna y controla en las vidas de aquellos a quienes, en su infinita presciencia, ha llamado a ser su pueblo. Y luego: "Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos", lo que quiere decir que Dios en su infinita sabiduría preordeno a los espíritus nobles y grandes en la preexistencia para que lleguen a ser como Cristo, para recibir la gloria, el poder y puedan ser semejante al Hijo de Dios, para que el Hijo se convierta en el primogénito, por decirlo así, entre muchos hijos exaltados. Y luego, en gloriosa conclusión: "Y a los que predestinó [preordeno], a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó." (Romanos 8: 28-30.) Por lo tanto "los nobles y grandes", quienes fueron escogidos antes de nacer (Abraham 3: 22-23), quienes fueron preordenados a tener la exaltación, son aquellos a quienes Dios ha llamado en esta vida para ser glorificados por medio del Evangelio en el debido tiempo.

Con dicha esperanza gloriosa ante ellos, sin duda los santos debieron animarse para obtener las recompensas prometidas, y así Pablo junto con Pedro usan la doctrina del llamamiento [o vocación] como una razón para la exhortación. Que todos los santos "obren" para ser "dignos del llamamiento", él dice, en el día que el Señor venga "para ser glorificado en sus santos" (2 Tes 1: 10-11), e incluso de alguien grande como él, él dice: "prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." (Fil 3:14.)

En la revelación moderna, el Señor confirma la doctrina de sus antiguos apóstoles, hablando de nuestro "llamamiento y elección en la iglesia" (D. y C. 53:1; 55:1), de hecho somos "llamados" a su "evangelio eterno" (D. y C.  101:39), y los nombres de los élderes de su Iglesia están entre aquellos "que ha llamado y escogido en estos últimos días." (D. y C.  52:1: 41:2).

Dado que los hombres son preordenados para lograr la exaltación, y ya que ningún hombre puede ser exaltado sin el sacerdocio, es casi evidente que los hermanos dignos fueron preordenados para recibir el sacerdocio. Y así encontramos Alma enseñando que los que poseen el Sacerdocio de Melquisedec en esta vida fueron " llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios" (Alma 13:1-12.) Y José Smith dijo: "Todo hombre que recibe el llamamiento de ejercer su ministerio a favor de los habitantes del mundo," y esto incluye a todos los que poseen el Sacerdocio de Melquisedec "fué ordenado precisamente para ese propósito en el gran concilio celestial antes que este mundo fuese. Supongo que me fué conferido este oficio en aquel gran concilio". (Enseñanzas, 365.)

¿Ahora que que quiere decir hacer firme una vocación o llamamiento?

Todas las bendiciones prometidas en relación con los llamamientos de Dios son condicionales; se ofrecen a los hombres siempre y cuando estos obedezcan las leyes sobre las cuales se basa su recepción. (D. y C. 130: 20-21.) "Porque todos los que quieran recibir una bendición de mi mano" dice el Señor, "han de obedecer la ley que fue decretada para tal bendición, así como sus condiciones, según fueron instituidas desde antes de la fundación del mundo." (D. y C. 132: 5).

De ello se deduce, entonces, que cuando la ley se ha vivido plenamente, se garantiza la bendición prometida. "Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis." (D. y C. 82:10.) Por lo tanto, cuando un hombre vive la ley que lo califica para la vida eterna,entonces el Señor está obligado por su propia ley a conferirle el mayor de todos los dones sobre él. Y si por un largo periodo de tribulaciones y obediencia, mientras este en esta vida, un hombre demuestra al Señor que ha acatado y acatará la verdad , el Señor acepta la devoción mostrada y emite su decreto de que se recibirán las bendiciones prometidas. La vocación, que hasta ese momento era provisional, se hace entonces segura o firme. La recepción de las bendiciones prometidas ya no son condicionales; sino están garantizados. Se proclama que cada una de las bendiciones del Evangelio serán heredadas.

¿Qué significa elección? ¿Quienes son los escogidos de Dios? ¿Para qué han sido escogidos? ¿Y por qué?

Elección es similar a la vocación o al llamamiento y sinónimo de esta, y en un sentido general el término escogido comprende a toda la casa de Israel. (Isa 45: 4; 65: 9.) Jesús, Pablo y Pedro se refirieron a los escogidos como los santos, los fieles creyentes, los que aman al Señor y procuran la rectitud.(Mt 24:22; Mc 13,20; Lc 18: 7; Col 3:12; 2 Tim 2:10; Tito 1: 1.) Y el Señor ha prometido que en nuestros días recogerá y salvará a sus escogidos (D. y C. 29:7; 33:. 6; 35:20) Pablo habla de los escogidos, junto con la vocación, declarando que ellos son preordenados a ser como Cristo, que su conducta se justifica, y que en el futuro serán glorificados. (Rom. 8: 28-30) Pedro especifica que su estatus superior es "según la presciencia de Dios el Padre" (1 Pedro 1: 2), e Isaías nos asegura que grandes bendiciones fluirán hacia ellos durante el Milenio. (Isa 65:22.)

Sin embargo, en el uso más explicito y adecuado de los términos: "Los escogidos de Dios comprenden un grupo muy selecto, un círculo interno de fieles miembros de la Iglesia .... Son una parte de los miembros de la iglesia que se esfuerzan con todo su corazón para cumplir la plenitud de la ley del evangelio en esta vida, de manera que puedan llegar a ser herederos de la plenitud de las recompensas del evangelio en la vida venidera.

En lo que se refiere a los varones, ellos son, dice el Señor, los que han recibido el Sacerdocio de Melquisedec y han magnificado sus llamamientos y están santificados por el Espíritu. De esta manera "llegan a ser los hijos de Moisés y Aarón y la descendencia de Abraham, y la iglesia y reino, y los elegidos de Dios." (Doctrina Mormona, 2nd ed., 217.) Vease Comentario 2: 267-269, 271-278, 283-285.

¿Qué significa hacer firme una elección?

Es con la elección lo mismo que con el llamamiento: al escogido [o elegido] del Señor se le ofrecen todas las bendiciones del Evangelio con la condición de que obedezcan las leyes del Señor; y ellos habiendo sido probados y hallado digno en todas las cosas, mas adelante se les colocará un sello por su elección  el cual garantice la recepción de la bendición prometida.

¿Qué significa hacer firme nuestra vocación y elección?

Hacer firme la vocación y elección es ser sellado para vida eterna; es tener la garantía incondicional de la exaltación o la salvación en el cielo más alto del mundo celestial; es recibir la garantía de la divinidad; que es, en efecto, tener por adelantado el día del juicio, a fin de que se asegure la herencia de toda la gloria y el honor del reino del Padre antes del día en que los fieles realmente entren en la presencia divina para sentarse con Cristo en su trono, así como Él esta "sentado" con su "Padre en su trono." (Ap 3:21.)

Fuente: Doctrinal New Testament Commentary, 3:325-353.


El Santo Espíritu de la Promesa


Descripción: Explica acerca de quién es el Santo Espíritu de la Promesa, y su función en el plan de Nuestro Padre Celestial




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