Hacer Firme nuestra Vocación y Elección

Elder Bruce R. McConkie

Del Primer Cuórum de los Setenta - Devocional de la BYU, 25 Marzo de 1969
Traducción Libre: DPCS (Administrador del Blog)

Hacer firme vuestra vocación y elección

¿Qué haré si soy guiado debidamente por el Espíritu? –Y espero y ruego devotamente que tal pueda ser el caso tanto para ustedes como para mí– Expresaré algunas opiniones y resumiré algunos conceptos relativos a la doctrina de hacer firme nuestra vocación y elección. Esto puede sonar como un tema duro y difícil. Es algo que no es totalmente conocido o entendido por todos, pero al menos en lo que respecta a los fundamentos, es una doctrina muy básica y fácil de entender. No hay nada complejo o misterioso en ello. Más bien es una doctrina que debemos entender, una de las determinaciones en las que debemos crecer para hacer las cosas que nos aseguran la paz y la satisfacción en esta vida y recompensas eternas en los reinos por venir.

Recapitulación de la doctrina de Pedro

Y por ahora, si me permiten ser guiado debidamente por el Espíritu y sus corazones también puedan ser iluminados, tomaré el primer capítulo de la segunda epístola de Pedro como texto y trataré de traer ante ustedes algunos de los conceptos básicos y fundamentales que envuelven a esta doctrina gloriosa. Pasa a ser una una doctrina a la que frecuentemente el profeta José Smith hizo referencia, particularmente durante los últimos años de su ministerio. Entonces leo:

"Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado una fe igualmente preciosa que la nuestra..."
Estas palabras están dirigidas tanto a los santos, como a las personas que entienden y conocen las doctrinas de salvación.
"...por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas mediante el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús..."
Así que estamos comenzando con la premisa de que esta doctrina se basa en un concepto verdadero y correcto de Dios y sus leyes y del poder salvador que está en Cristo.
"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder [es decir, por Cristo]..."
Es decir, Cristo nos ha dado la manera de obtener vida, que significa vida eterna, obtener los atributos de la divinidad [piedad], recibir todas las cosas, ser exaltado y ser como Dios.
"... por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por medio de su gloria y virtud..."
Somos llamados a algo. Vamos a tratar de determinar lo que es nuestra vocación a fin de especificar lo que significa hacer absoluto y firme nuestra vocación .
"Por conducto de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas..."
Estas son las promesas de gloria y exaltación, de tener la vida eterna, de ser como Dios, nuestro Padre.
"... para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina..."
Si alguien es un participante de la naturaleza divina, llega a ser como Dios. Él recibe, hereda, y posee el carácter, las perfecciones y atributos que tiene la Deidad. Él tiene la misma naturaleza que Dios tiene.
"...habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia..."
Hemos abandonado el mundo; hemos entrado en el reino de Dios; hemos sido llamados a las cosas espirituales, a abandonar la carnalidad, para heredar la gloria y el honor; nosotros ahora tenemos el objetivo y la meta de hacer que esa vocación [llamamiento] sea seguro, para obtener todas las bendiciones y beneficios que se derivan de ella. Y así obtenemos el consejo que sigue:
"...por esto mismo, poned toda diligencia [y esto está dirigido a miembros de la Iglesia] en añadir a vuestra fe virtud; y a la virtud, conocimiento; y al conocimiento, templanza; y a la templanza, paciencia; y a la paciencia, piedad; y a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor."
Así que un número de atributos de la divinidad son conocidos, y se nos exhorta a obtenerlos.
"Porque si en vosotros están estas cosas..."
Es decir, después que se unan a la Iglesia, si siguen un curso que les hace adquirir los atributos de la divinidad (aquellas enumeradas y relacionadas) las adquiriremos en un grado mensurable,
"... Si en vosotros están estas cosas y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo..."
Y, por supuesto, conocer a Dios y Cristo es la vida eterna.
"Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta..."
Podemos pensar que tenemos una gran comprensión, que sabemos muchísimo, que nuestra posición intelectual nos da poder para comprender las verdades eternas. Pero lo que Pedro está diciendo aquí es que la gente esta ciega, incluso en la Iglesia, a menos que hayan adquirido los atributos de la divinidad. Y así, mientras mas de estos atributos perfectos poseamos, los más correctos y adecuados, nuestros puntos de vista serán en las cosas espirituales, y menos ceguera existirá en nuestras vidas.
"Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; está ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados [Purificado, por supuesto, a través del bautismo]. Por lo cual [es decir, en hacer estas cosas], hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección, porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será concedida ampliamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo."
Ahora una entrada amplia tiene obvia referencia a la exaltación en el cielo más alto del mundo celestial. (Doctrinas y Convenios 131: 1-4)

El testimonio de Pedro

Pedro, habiendo así resumido y descrito la doctrina de hacer firme nuestra vocación y elección, ahora da su testimonio y su testimonio sobre lo ocurrido en el Monte de la Transfiguración – ¿Cómo Cristo se transfiguró delante de ellos?, ¿Cómo se escuchó la voz de Dios?, y él se regocija en el privilegio que habia tenido junto con Santiago y Juan. Y habiendo dicho que la voz de Dios vino del cielo y que ellos lo oyeron cuando estaban con Cristo en el monte santo, él dice esto:
Tenemos también [ahora esto es algo más que estar de pie sobre el monte y escuchar la voz de Dios y ver al Señor Jesús transfigurarse delante de ellos] Tenemos también la palabra profética más segura, [y es esta palabra más segura, que es lo grandioso; es mayor que la gran experiencia espiritual que tuvieron con Cristo y Dios en el monte]. . . (2 Pedro 1:1-11,19)
La interpretación del Profeta

Ahora, el Profeta, por el espíritu de inspiración, dio esta interpretación de la declaración de Pedro:
“. . . La palabra profética más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de profecía, que está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio.” (Doctrinas y Convenios 131:5)
Algunos Fundamentos de la Doctrina

Bien, consideremos ahora algunas cosas muy básicas y fundamentales; vamos a colocar la primera piedra y construiremos el fundamento sobre los que descansa esta gran doctrina. Para empezar, hay un Dios en el cielo que es infinito y eterno, glorificado, un ser Exaltado. Él tiene un tabernáculo de carne y huesos. Él es un hombre resucitado y Santo y Perfecto, y nosotros somos su progenie. Somos sus hijos espirituales. Él vive en unidad familiar. Somos miembros de su familia. Vivíamos en esta vida premortal con Él durante un período de tiempo infinito. Estábamos en un período de probación; estábamos siendo educados, probados y examinados; nos dieron las leyes y las circunstancias a fin de que pudiéramos progresar y avanzar. Lo que a continuación Él hizo por nosotros fue decretar un plan de salvación. El plan se originó con el Padre; es el evangelio de Dios –Cristo se convirtió en su principal defensor y seguidor, pero Dios ordenó el plan.

El Plan de Salvación

Ahora, este plan permitía a sus hijos espirituales crecer desde de su primigenio estado espiritual a un estado de gloria, dignidad y exaltación para que pudieran ser como Él – como el Padre. El nombre de la clase de vida que Dios el Padre vive es la vida eterna. Este nombre describe total y completamente la naturaleza y el tipo de vida que posee; su vida incluye poseer poder y dominio, fuerza y gloria y omnipotencia, y también incluye que vivan en relación familiar. En instancia de Dios, estuvimos entre sus descendencia espiritual.

Bueno, este plan fue ordenado. Este sistema nos fue dado, y por un período de tiempo infinito, avanzamos y progresamos e hicimos cosas que nos permitieron ir en el curso que conduce a la exaltación, dominio y divinidad. Todo el sistema y la filosofía de la religión verdadera y revelada consisten en progresar hacia la exaltación.

En esta vida anterior, esta existencia premortal, esta preexistencia, desarrollamos varias capacidades y talentos. Algunos los desarrollaron en un campo y otros en otro campo. El más importante de todos los campos era el campo de la espiritualidad – la habilidad, el talento, la capacidad de reconocer la verdad. Los excluidos de entre el conjunto de las huestes de los hombres, las huestes de toda la descendencia espiritual de Dios, quienes tuvieron los mayores talentos espirituales alcanzaron por si mismos un estado y una condición donde fueron preordenados a recibir ciertas bendiciones cuando en su debido tiempo descendieran a la mortalidad.

Estamos muy conscientes de que José Smith y Jeremías y los apóstoles y los profetas, los sabios, los grandes, fueron preordenados para ministerios particulares. Pero eso es sólo una parte de la doctrina de la predestinación. Lo grandioso y glorioso acerca de la predestinación es que toda la casa de Israel fue preordenada, por millones y millones (relativamente pocos en comparación con la multitud total preexistente) pero millones de personas fueron preordenados para recibir ciertas bendiciones del Evangelio en esta vida.

Es nuestro hábito y nuestra costumbre hablar de la predestinación; no es un concepto difícil de entender para nosotros. Pero en los días de Pedro y Pablo estos antiguos hermanos, se enfrentaron con circunstancia sociales y con un clima educativo algo diferente, y por lo tanto, aunque sí hablaron de la predestinación, en cierta medida, principalmente se habló de ser llamados y elegidos. Hablaron de llamamientos y elecciones (sobre las elecciones y el llamamiento [vocación] que hicieron las personas pertenecientes a la Casa de Israel).

Llamado a la Vida Eterna

Por ejemplo, sin haber leído las revelaciones para encontrarlas, solo resumamos: Pablo enseñó y dijo que las personas en esta vida fueron llamados a ser santos, sin mancha e irreprensibles. Él dijo que las personas en esta vida fueron llamados y elegidos para ser los hijos de Dios por adopción (ser adoptados en la familia de Dios el Padre). Dijo que las personas fueron llamadas y elegidas en esta vida para ser coherederos con Cristo, recibir, poseer y heredar lo mismo que Él. Dijo que las personas fueron llamadas a la gloria y dignidad, el honor y recompensa, y en resumen, lo que enseñó fue que las personas fueron llamadas a la vida eterna.

A partir de nuestro conocimiento, obtenido a partir de los registros antiguos y de lo que ha sido revelados en nuestros días, somos muy conscientes de que si alguien ha sido llamado a ser puro y limpio e intachable, para ser santos y sin mancha, necesariamente ha sido llamado y elegidos para ser bautizado, porque el bautismo es la puerta a la pureza y la perfección. Si alguien es llamado a ser un hijo de Dios y un coheredero con Cristo y tener vida eterna, él ha sido llamado a recibir las bendiciones del Sacerdocio. Ha sido llamado para entrar en el orden del matrimonio celestial. Por lo tanto, las personas son, en efecto, preordenadas, o en otras palabras, se les llama y se les elige unirse a la Iglesia, para recibir las bendiciones del bautismo y las bendiciones del matrimonio celestial, y todas las bendiciones que fluyen de conformidad con todas las leyes y ordenanzas del Evangelio. Esto es, entonces, lo que significa ser llamado y elegido. Supongo que todos los miembros de nuestra congregación han sido llamados y elegidos hoy, es decir, la puerta se ha abierto y las bendiciones de la vida eterna están disponibles bajo ciertas condiciones.

Las promesas condicionales

Ahora, Pedro habla de hacer firme nuestra vocación y elección, y lo que quiere decir es que si todos seguimos el curso designado a tal punto que tenemos una garantía de que vamos a recibir las cosas a las que hemos sido llamados – heredarán las bendiciones preordenadas prometidas. Y así, lo que se trata es de tres cosas: una es el bautismo, dos es el matrimonio celestial, y tres es entonces vivir tal que nuestra vocación y elección lleguen a ser seguras.

Bautismo

¿Qué pasa cuando nos bautizamos? El bautismo es la puerta a la vida eterna. El bautismo nos pone en un camino que conduce a la vida eterna, o que nos lleva, en otras palabras, a la gloria y el poder y el dominio, la exaltación que Dios nuestro Padre posee. El matrimonio celestial hace en esencia lo mismo. El matrimonio celestial también nos pone en el camino que conduce a la exaltación y la gloria en los mundos eternos. Y así, tener hecha firme nuestra vocación y elección significa que somos bautizados, y entramos el camino estrecho y angosto que conduce a la vida eterna, y que luego de atravesar todo el camino e ir hacia arriba y hacia adelante, a través de la rectitud y la devoción, mediante la adquisición, como nuestras escrituras dicen, de los atributos de la divinidad.

Lo que pasa con el bautismo es lo siguiente: En ella obtenemos una promesa condicional de la vida eterna. Tenemos la promesa:
Hijo, tendrás la vida eterna, si ahora guardas mis mandamientos.
Matrimonio Celestial

En principio y en esencia lo mismo se aplica al matrimonio celestial. Entramos en este orden del sacerdocio, que es un orden patriarcal, y la puerta se abre de nuevo a la vida eterna –la puerta al cielo más alto en el mundo celestial, que es el único lugar donde la unidad familiar continúa. Y así, nos casamos en el templo, nos convertimos en marido y mujer por la eternidad, somos casados por el poder sellador que Elías el profeta restauró, y de nuevo, tenemos dada la promesa de la vida eterna. Se nos asegura una vez más la exaltación, pero se da en términos y en esencia como lo fue con el bautismo. El Señor de hecho nos dice:
Hijo, serás exaltado, si ahora cumples con los términos y condiciones de este sempiterno convenio del matrimonio.
Obtenemos promesas condicionales en el bautismo ¡Obtenemos promesas condicionales en matrimonio celestial!

Hacer promesas condicionales absolutas

Ahora, lo que Pedro anuncia es que no existe tal cosa de hacer estas promesas condicionales absolutas. Obviamente, cualquier persona que gane la exaltación, en el último y al final, ha hecho firme su vocación y elección. Así que en una manera de hablar, nadie va a ganar la exaltación, y nadie continuará en la unidad familiar en la eternidad a menos que su vocación y elección se hayan asegurado, o en otras palabras, a menos que haya obtenido la promesa de que heredará vida eterna.

Pero, por otro lado, cuando hablamos de esto, lo que comúnmente entendemos es que para algunas personas que ejercen un curso de justicia y devoción, el día del juicio es en efecto adelantado de manera que en algún momento a lo largo del camino recto, mientras están siguiendo el curso que conduce a la exaltación, el Señor les dice: "Hijo, serás exaltado." Y en ese momento, entonces tienen su vocación y elección segura; tienen resuelto efectivamente su salvación, tienen la seguridad de la vida eterna en el reino de Dios.

Seguir un curso Firme

Por lo tanto, lo que hace firme la vocación y elección de alguien surge del bautismo para un propósito, y surge del matrimonio celestial para otro. No existe algo como recibir la exaltación y la vida eterna, salvo y a través de la continuación de la unidad familiar en la eternidad. Ya que hacer firme la vocación y elección de uno deriva del matrimonio celestial, el Señor aprovechó la ocasión para revelar la doctrina relativa a ella en relación con la revelación sobre el matrimonio. Si entramos por esta puerta del matrimonio y luego seguimos un curso firme, obtendremos la vida eterna. Hacer firme nuestra vocación y elección es por lo tanto una cuestión de estar casado en el templo y de guardar los términos y las condiciones de este nuevo y sempiterno convenio del matrimonio. Después de entrar por la puerta del matrimonio celestial, si guardamos los mandamientos, entonces en algún momento posterior, tras gran devoción y rectitud, después de que el Señor nos ha provisto a todos los peligros, entonces Él dice:
"...Saldréis en la primera resurrección...y heredaréis tronos, reinos, principados, potestades y dominios, toda altura y toda profundidad..." (Doctrinas y Convenio 132:19)
En otras palabras, Dios, por revelación, nos dice que nuestra vocación y elección es hecha segura, que somos sellados para vida eterna. La revelación dice:
"...Y los ángeles y los dioses que están allí les dejarán pasar a su exaltación y gloria en todas las cosas, según lo que haya sido sellado sobre su cabeza, y esta gloria será [y esto que ahora sigue es una definición de lo que involucra la exaltación, o en otras palabras la vida eterna, y consiste en dos cosas] una plenitud [esa es una cosa, la plenitud de la gloria del Padre,] y [esta es la segunda cosa,] una continuación de las simientes por siempre jamás. Entonces serán dioses." (Doctrinas y Convenios 132:19-20)
Es decir, quienes tienen vida eterna; tienen la exaltación, y la exaltación consiste en ser como Dios nuestro Padre. Todo el propósito de nuestra creación es para el progreso de nuestro primer estado espiritual hacia un dominio glorioso final y la exaltación que Dios nuestro Padre tiene, de modo que llegamos a ser como él. De esto es lo que se trata la vida. Algunos de nosotros tenemos bendiciones patriarcales que dicen: "Usted cumplirá la plena medida de su creación " Si cumplimos la plena medida de nuestra creación, seguimos a lo largo de este curso de progresión y ascenso hasta que logremos la vida eterna en el reino de Dios.

Ahora, permítanme leer esta declaración del profeta:
Después que una persona tiene fe en Cristo, se arrepiente de sus pecados, se bautiza para la remisión de ellos y recibe el Espíritu Santo (por la imposición de manos), que es el primer Consolador, entonces si continúa humillándose ante Dios, teniendo hambre y sed de justicia y viviendo de acuerdo con todas las palabras de Dios, el Señor le dirá dentro de poco: "Hijo, serás exaltado." Cuando el Señor lo haya probado en todas las cosas, y haya visto que aquel hombre está resuelto a servirlo, pase lo que pase, ese hombre verá que su vocación y elección han sido confirmadas [hechas seguras](Enseñanzas del Profeta José Smith, 82)
El Patrón del Profeta

Una ilustración de esto, de una persona que hace firme su vocación y elección, es el profeta José Smith. Para nosotros en nuestro día y dispensación, él como seguidor de Cristo ha señalado el camino y establecido el patrón de lo que debemos hacer. El Señor dijo:
"Porque yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo hasta el fin del mundo y toda la eternidad; porque de cierto, sello sobre ti tu exaltación y te preparo un trono en el reino de mi Padre, con Abraham tu padre." (Doctrinas y Convenios 132:49)
Así, José Smith tuvo su vocación y elección confirmada [hecha segura]. Para él, el día del juicio se adelanto en un punto en esta vida en la que, después de haber sido probado, probado en todo peligro, fue considerado digno. Había hecho las cosas que lo calificaron para tener la vida eterna en el reino de Dios.

Dentro de nuestro potencial espiritual

Esto, entonces, sin amplificar, sin decir más, es la doctrina que está implicada. Es una doctrina verdadera; es una buena doctrina ¿Qué significa para nosotros? No es algo que está más allá de nosotros; no está fuera del ámbito de nuestras capacidades. El Señor no ofrecería el bautismo a un pueblo y diría: "Sed bautizado y podrán ser salvos en mi reino", a menos que supiera que las personas tienen al alcance la capacidad de entrar en el bautismo y hacer las cosas que se traducirían en la salvación prometida. Y el Señor no ofrecería a un pueblo el matrimonio celestial, y les diría: "Entra ahora en este orden del matrimonio, guarda el convenio y tendrás la vida eterna", a menos que supiese que las personas tienen el talento, la capacidad espiritual y la habilidad para alcanzar la recompensa prometida. Y lo mismo se aplica a hacer firme nuestra vocación y elección. El Señor no nos diría: "Hagan firme su vocación y elección", a menos que él supiese que esta dentro de nuestro potencial espiritual, - a menos que tuviéramos la capacidad y la habilidad para seguir adelante con firmeza y devoción hasta que se produjese esa eventualidad deseada.

Ahora, estoy sugiriendo que esto está dentro del campo de la posibilidad y de la probabilidad para los miembros de la Iglesia hoy en día. Muchos en esta dispensación han obtenido esa condición. Esto debería hacernos tomar una determinación firme y solida para lograr las bendiciones y beneficios del bautismo; para alcanzar las bendiciones y beneficios del matrimonio celestial; y en cada caso esas bendiciones se acumulan bajo la condición de que guardemos los convenios que hacemos en relación con esas ordenanzas sagradas. Y luego debemos seguir adelante con firmeza en Cristo, guardando los mandamientos y viviendo de toda palabra que sale de la boca de Dios, de modo que nuestra vocación y elección sea asegurada. En una forma de decir, esta es la doctrina más gloriosa que hay en la Iglesia. Es la doctrina que asegura a las personas la recompensa eterna en el reino de Dios. Por la gracia, la gloria y la bondad de un Padre misericordioso, que ha restaurado en este, nuestro día, el conocimiento, la doctrina, las llaves, el sacerdocio, los poderes-todo lo que se necesita para sellar a los hombres para vida eterna. Nuestro objetivo, nuestra meta, nuestra determinación en esta vida es seguir adelante con firmeza y devoción, lo cual nos dará la paz, la satisfacción y la felicidad en esta vida y nos asegura la vida eterna en el mundo venidero.
"...El que hiciere obras justas recibirá su galardón, sí, la paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero." (Doctrinas y Convenios 59:23)
En el nombre de Jesucristo. Amén.

Nota del Traductor: Vocación significa "llamada"

Fuente Origina Ingles: www.scottwoodward.org

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