El presidente Nelson envía equipos de protección para ayudar con el brote de coronavirus

El presidente Russell M. Nelson disfruta de una asociación de décadas con la República Popular China. En calidad de cardiocirujano conocido mundialmente, profesor y líder de la Iglesia, ha forjado muchas amistades duraderas y desarrollado una conexión especial con el pueblo chino.

Es así, que, debido a la creciente preocupación por la enfermedad respiratoria del coronavirus en China, que está acaparando los titulares en todo el mundo, el presidente de la Iglesia se solidarizó con sus amigos de la nación asiática con una pregunta sincera: ¿Cómo podemos ayudar?

Los oficiales chinos respondieron con el pedido de que la Iglesia brinde equipos de protección para ayudar a detener la propagación de la enfermedad — que, según lo informado, se ha cobrado 132 vidas. En la provincia de Hubei han sido infectadas cerca de 6.000 personas, mientras que, fuera de China continental, se han informado otras decenas de casos confirmados, lo cual disparó el interés global.

En asociación con la organización caritativa HOPE (Educación Preventiva Orientada a la Salud, del inglés “Health Oriented Preventive Education”), la Iglesia anunció el miércoles que enviará una gran carga de equipos de protección a China.

“Estos son nuestros queridos hermanos y hermanas”, dijo el presidente Nelson. “Nos sentimos privilegiados de poder ofrecer una pequeña medida de ayuda. Oramos por ellos y sabemos que Dios los bendecirá”.

El proyecto HOPE está alquilando dos aviones para transportar 220.000 máscaras de respiración, cerca de 870 pares de gafas de protección y más de 6.500 pares de batas protectoras provenientes de los almacenes centrales del obispo de la Iglesia en Salt Lake City y Atlanta.

En total, se enviarán 79 paletas de madera con equipos de protección a China, según informaron los oficiales de la Iglesia.

Se espera que el cargamento se entregue en el Centro Médico de Niños en Shanghái, donde existe una demanda creciente del tipo de equipos incluidos en el envío hecho por la Iglesia.

En Shanghái, los voluntarios Santos de los Últimos Días esperan ayudar en la recepción y distribución de los suministros a los necesitados.

Mientras tanto, la Iglesia está trabajando con otras agencias en China para ver si puede brindarse ayuda adicional.

Fuente: www.thechurchnews.com

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