¿Fue engañado José Smith por las planchas de Kinderhook ?

En la primera semana de mayo de 1843, seis planchas de bronce con forma de campana y grabados en ambos lados fueron llevadas a Nauvoo por personas que esperaban ver si José podría traducirlas. Estas planchas extrañas habían sido desenterradas una semana antes en Kinderhook, Illinois, alrededor de 96.5 kilómetros al sur.1 Las noticias locales se difundieron rápidamente a su llegada, junto con una gran anticipación, por la presunta traducción que haría José. El Times and Seasons, en ese tiempo bajo la dirección de John Taylor, proclamó de manera confidencial: "Sin embargo, no tenemos duda, el Sr. Smith podrá traducir".2

Charlotte Haven, quien no era miembro de la iglesia en ese tiempo, afirmó haber escuchado de un amigo no identificado que José "dijo que las figuras o los escritos sobre estas eran similares a las que fueron escritas en el Libro de Mormón" y "pensó que con la ayuda de la revelación podría traducirlas. Por lo tanto, se podría esperar una secuela de este libro sagrado".3

En una carta a John Van Cott, Parley P. Pratt dio un breve reporte de las planchas y de manera ambigua dijo que "escucharán más sobre este tema".4 Otra persona que no era miembro de la iglesia, que estaba allí cuando José Smith miró las seis planchas, tuvo la impresión de que José creía que "podría descifrarlas" y fue a decirle al editor del New York Herald: "Pueden esperar algo asombroso muy pronto".5

Décadas después, sin embargo, uno de los hombres involucrados en obtenerlas confesó que las planchas eran falsas, perpetradas con la intención de engañar a José Smith.6 Una prueba científica moderna sobre una de las planchas que aún existe confirma que fueron creadas utilizando métodos del siglo XIX.7 ¿Entonces José cayó en el engaño? Para nada. Él brevemente dio a estos artefactos la debida consideración, pero no intentó obtenerlos, retenerlos o finalmente encontrarles algún valor.

A pesar de toda la anticipación por una "secuela" del Libro de Mormón, nunca pasó nada.8 Ninguna traducción fue producida o publicada. Ningún manuscrito de una supuesta traducción llegó a aparecer.9 Tanto William Clayton como Parley P. Pratt mencionaron lo que parecía ser alguna interpretación preliminar de una "porción" de las planchas, la cual atribuyeron a José,10 pero el mismo José nunca proveyó algún tipo de traducción, completa o en parte.

Cuando las planchas fueron presentadas por primera vez a José para traducirlas, en lugar de utilizar cualquier medio de revelación, como una oración o piedra vidente, José pidió que le trajeran su Biblia en hebreo y su diccionario del hebreo.11 Un testigo lo recuerda comparando los caracteres de las planchas con su "alfabeto egipcio",12 y Pratt dijo que estuvieron comparándolas con los papiros egipcios que poseía  José.13

En otras palabras, José dio pasos preliminares hacia una traducción ordinaria al comparar los garabatos sobre estas planchas con otros escritos antiguos con los que estaba familiarizado. Esto aparentemente no produjo ningún hallazgo de importancia. Si buscó alguna traducción reveladora, él evidentemente nunca la recibió o afirmó haber recibido una.14

La evidencia del diario de José Smith a principios de mayo de 1843 indica que "lo que JS haya pensado inicialmente acerca de estas planchas, él pronto perdió interés en ellas".15 Las varias anotaciones en el diario de José indican que estaba ocupado entreteniendo a varios invitados, celebrado audiencias, atendiendo negocios y reuniones religiosas, supervisando transacciones económicas y mucho más, pero solo hace una breve mención de las planchas de Kinderhook.16Alguna evidencia sugiere que José quiso examinarlas por medio del Antiquarian Society of Philadelphia,17 por lo que tal vez José sospechó del fraude o había concluido que no tenían un significado religioso.

Consideraciones

En el Libro de Mormón, cuando Limhi deseó conocer el contenido de las antiguas planchas jareditas, preguntó a Ammón: "¿Sabes tú de alguien que pueda traducir?" Ammón respondió diciendo que el rey Mosíah podía utilizar su don divino de vidente para "mirar y traducir todos los anales que son de fecha antigua" (Mosíah 8:12-13).

De la misma manera, algunas de las personas que llevaron las planchas de Kinderhook a José Smith, esperaban sinceramente que usara su don de vidente para ver en su piedra vidente y traducir las planchas.18 La historia de Kinderhook nos recuerda que los dones del Espíritu no deben ser utilizados para satisfacer la curiosidad ociosa del hombre. En su lugar, José abordó estos artefactos utilizando el lenguaje ordinario de los métodos de traducción y al final ni siquiera produjo ni propuso una traducción.

De hecho, la evidencia sugiere que sus esfuerzos de examinación secular no fueron muy lejos. Los análisis de los historiadores Mark Ashurst-McGee y Don Bradley indican que la "porción" traducida mencionada por William Clayton y Parley P. Pratt viene de un solo carácter en "forma de barco" en el alfabeto egipcio (un carácter similar aparece vagamente en uno de los facsímiles de las planchas de Kinderhook).19 Si él hizo algún esfuerzo por adquirir una traducción reveladora, eso tampoco tuvo éxito. Ahora en día podemos ver el porqué: las planchas de Kinderhook no eran legítimas. No eran de "fecha antigua", por lo que el don de traducción no se pudo llevar a cabo.
Mientras que algunos críticos tratan de utilizar esta historia como una evidencia de que todo acerca de José Smith era un fraude, la evidencia histórica sugiere que José finalmente no cayó en la trampa, él nunca intentó comprar las planchas, contratar escribas y entrar en modo traducción, como lo hizo con los antiguos papiros egipcios que compró en Ohio. Él nunca produjo un "Libro de Kinderhook".20 Lo que José Smith haya pensado de las planchas de Kinderhook, el Señor no podía ser engañado. Dios no reveló y no revelará una traducción de estos artefactos falsos.

El mensaje más universal del incidente de Kinderhook es que la habilidad de José para traducir, como en el caso de Mosíah en el Libro de Mormón, fue un don de Dios y solo funciona cuando Dios lo habilita para que hagan su voluntad. El don de "interpretar idiomas", como un don espiritual, "viene por el Espíritu de Cristo; y viene a todo hombre, respectivamente, de acuerdo con [la] voluntad de [Cristo]" (Moroni 10:16-17). Como José y Mosíah, todos tenemos dones del Señor, los cuales solamente se pueden utilizar apropiadamente para edificar el reino de Dios. Si intentamos utilizar estos dones del Señor con propósitos inapropiados e irrelevantes, podemos esperar resultados decepcionantes, como aquellos en el caso de las planchas de Kinderhook.

Fuente: bookofmormoncentral.es

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

@mormonorg