El élder Bednar comparte la conmovedora historia de cuando una hermana fiel recibió una tarjeta de Navidad de su esposo fallecido

Si bien la temporada navideña puede ser un momento de alegría para muchos, para algunos también puede ser un triste recordatorio de quienes ya no están con nosotros. Ya sean amigos o familiares, aquellos que han fallecido pueden dejar un vació en nuestras vidas que se siente más fuertemente durante estas festividades. Pero incluso con la pena de aquellos que hemos perdido, también hay esperanza en esta época del año. Esto se debe a que la temporada navideña también es un recordatorio de que podemos estar con nuestros seres queridos nuevamente.

Recientemente, el Élder Bednar compartió un ejemplo conmovedor a través de la historia de una viuda que recibió una inesperada tarjeta de Navidad de su difunto esposo.
Hace varios años, escuché el testimonio de una joven esposa y madre de cuatro hijos cuyo marido había perdido la vida en Irak en diciembre de 2003. Esa fiel hermana relató que después de que le notificaron de la muerte de su esposo, recibió la tarjeta y el mensaje de Navidad que él les había mandado. En medio de la brusca realidad de una vida radicalmente cambiada, llegó a esa buena hermana el oportuno y tierno recordatorio de que, en verdad, las familias pueden ser eternas. Con el permiso de ella, cito lo siguiente de esa tarjeta de Navidad:

“¡A la mejor familia del mundo! ¡Que se diviertan mucho juntos y recuerden el verdadero significado de la Navidad! El Señor ha hecho posible que estemos juntos para siempre; de modo que, aunque estemos separados, aún estaremos juntos como familia. “¡Que Dios los bendiga y los proteja, y que permita que esta Navidad sea nuestro regalo de amor para Él en lo alto! Con todo mi amor, su papi y esposo que los quiere mucho”.

Obviamente, la mención que el marido hizo en su saludo de Navidad del hecho de estar separados se refería a la separación ocasionada por su asignación en el ejército; pero, como si hubiese sido una voz que salía desde el polvo, del eterno compañero y padre fallecido, a esta hermana le llegaron el consuelo y testimonio espirituales que tanta falta le hacían.

Las entrañables misericordias del Señor no ocurren al azar ni por pura casualidad. La fidelidad, la obediencia y la humildad traen las entrañables misericordias del Señor a nuestra vida, y muchas veces el momento oportuno del Señor es lo que nos permite reconocer y atesorar esas importantes bendiciones.

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