El volante contenía normas de vestimenta claras y sin ambigüedades. Para los chicos, se requería una camisa de vestir y corbata, y los pantalones a la cadera se consideraban objetables.
Para las chicas: sin hombros descubiertos, brazos desnudos, escote o tirantes del sujetador visible, telas transparentes, escotes bajos, espalda baja, estómago desnudo, ropa ajustada o reveladora, o dobladillos más de tres dedos arriba de la rodilla. Como medida preventiva, se les pidió a las chicas que enviasen una foto de su vestido de antemano para obtener la aprobación de un líder del programa de Mujeres Jóvenes.
Las pautas de los muchachos ocupan una sola línea de espacio; las pautas de las chicas formaban la mayor parte del cartel. Y por si acaso había alguna ambigüedad, había promesas de deshonra pública para cualquier chica que desobedeciera: "Tendremos bonitas chaquetas y faldas maxi para aquellos que se presenten sin cumplir con estas pautas".
Me impactó, inmerso como estoy ahora en datos e historias sobre Millennials, que este cartel encapsula perfectamente el doble estándar de género de la Iglesia Y una cultura dominante de juicios que se enfoca en la apariencia exterior como un signo de dignidad interior. Es casi como si estuviera diseñado para desviar a los jóvenes que podrían tomar en serio las cuestiones más profundas de la fe.
Deseo que los miembros de la iglesia sean más cuidadosos sobre como juzgar. He mencionado aquí antes eso, además de todas las preguntas que la Encuesta Next Mormons preguntó a actuales Santos de los Últimos Días sobre sus creencias y comportamientos, también encuestamos a los ex Santos de los Últimos Días, incluyendo preguntas sobre por qué se fueron. Entre los Millennials, "Me sentí juzgado o incomprendido", empato en la razón número uno de 29 razones posibles para abandonar la Iglesia. Fue el tercero entre la generación X (1961-1979) y el séptimo para Boomer(1946 y 1964).
También hubo una clara diferencia de género. Entre las mujeres ex-Santos de los Últimos Días en general, el juicio ocupó el primer lugar. Y cuando se les preguntó qué,en todo caso, podría haberlos inducido a seguir siendo Santos de los Últimos Días, la respuesta número uno de las mujeres fue "si los miembros del barrio hubieran sido más amorosos y menos críticos".
Me encantaría ver a la Iglesia reflexionar con más cuidado sobre esto, particularmente sobre los peligros de un interés poco saludable en la vigilancia de los cuerpos de las jovenes y mujeres. Las buenas noticias del estudio Next Mormons, ¡y hubo muchas buenas noticias! fue que los jóvenes adultos Santos de los Últimos Días son profundamente espirituales, y que están interesados en prácticas devocionales que a menudo son rigurosas. Tienen altas tasas de oración diaria y comparten el evangelio; son fuertes creyentes en las ideas centrales cristianas; hacen sus visitas de ministracion( antes orientacion familiar). Las mujeres fueron especialmente vibrantes embajadoras de su fe.
¿Podemos intentar no arruinar eso por ellos?
En una era de desafiliación religiosa generalizada, parte del éxodo de adultos jóvenes fuera de la Iglesia Santos de los Últimos Días está francamente fuera de nuestras manos. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no es una isla, y es muy, muy difícil para cualquier religión resistir por completo la atracción de fuerzas más grandes que operan en el paisaje religioso. Si los adultos jóvenes abandonan la religión organizada en grandes cantidades, es poco probable que la Iglesia pueda permanecer totalmente al margen de eso. Pero tampoco tenemos que contribuir a ello aún más con nuestro juicio crítico, dando efectivamente a los Millennials (nacidos entre 1975 y 1995) y a la Generation Z (nacidos entre 1995 y 2015) una invitación impresa para irse. Vamos a eliminarlo, miembros.
Fuente: Artículo originalmente escrito por Jana Riess y publicado en religionnews.com con el título “How to create ex-Mormons”. Traducido al español por Dastin Cruz para mundosion.org
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