"¿Qué pasa si la Iglesia no es verdadera?": Después de recibir cientos de folletos antimormones, 2 misioneros renovaron su fe

Mientras servía como misioneros en los estados del este, mi compañero mayor y yo entramos en una ciudad en Nueva Jersey y comenzamos un programa sistemático de toque de puertas. No habíamos trabajado ni mucho tiempo en el área antes de que fuera obvio que los ministros protestantes locales habían preparado a sus feligreses para nuestra llegada.

En casi todas las puertas nos recibieron con "Oh, ustedes deben ser los mormones. Aquí tenemos algo para ustedes". Luego nos entregaban un folleto antimormón. Recolectamos cientos de estos folletos y los apilamos en la esquina de nuestro departamento. La curiosidad finalmente se aprovecho de nosotros, y ambos decidimos examinar algo del material. Había muchas cosas que leíamos que eran inquietantes, pero recuerdo sobre todo un problema con respecto a la perspectiva SUD de la Deidad que me causó una gran incomodidad. Mi compañero no estaba menos perturbado que yo. Día tras día continuamos tocando puertas, siendo rechazados y desairados, y aumentando nuestra colección de propaganda antimormona. Cuando llegué al punto de un desasosiego espiritual en el que no podía soportar más la tensión, le dije a mi compañero durante el almuerzo: "Élder Henderson, ¿y si la Iglesia no es verdadera?" Esperaba que se sobresaltara con semejante pregunta. Él no lo estaba. Él respondió: "Me he estado preguntando lo mismo".

Ahora estaba sorprendido. Él era mi compañero mayor, mi líder, mi ejemplo. "¿Qué pasa si la iglesia Bautista es verdadera?" Me pregunté. "¿Qué pasa si los católicos han tenido la autoridad del sacerdocio desde el principio?" "No sé qué decir", él respondió. Fue un tiempo deprimente para nosotros.

Aún puedo recordar cuán intensas y fervientes fueron mis oraciones durante esos días difíciles. Le supliqué a Dios que me diera una respuesta, que me diera un sentimiento, ¡que me diera algo! Elevava mi voz al cielo constantemente, de rodillas cada vez que tenía la oportunidad y en mi corazón durante todo el día. Durante más de dos semanas que luchamos. Había llegado a la conclusión, aunque no le había expresado este pensamiento a mi compañero, de que, a menos que llegara pronto una resolución a la búsqueda de mi alma, me regresaría a casa. Sentía entonces que no podía ser hipócrita, que no podía compartir el testimonio de algo que no sabía que era cierto. (Si tan solo hubiera entendido el principio de que un testimonio se fortalece a través de su perseverancia, podría haber continuado).

Las preguntas que tenía sobre la Deidad me estaban comiendo vivo. Estaba confundido, avergonzado y terriblemente incómodo. Una tarde, cuando regresamos a casa para almorzar, me senté en el sillón de la pequeña sala del departamento. Levanté los pies, me recosté, dejé escapar un suspiro y, por alguna razón, recogí una copia del folleto "José Smith cuenta su propia historia". Abrí el folleto y comencé a leer. No llevaba ni cinco líneas en la declaración inicial del Profeta antes de que estuviera completamente envuelto en una sensación de calidez y consuelo que nunca había conocido, casi como si alguien me hubiera cubierto con una especie de manto espiritual. Aunque no escuché ninguna palabra, los sentimientos que tenía parecían decir: "Por supuesto que esta obra es verdadera. Tú sabes que es verdad. Y ahora, en cuanto a tu pregunta, sé paciente. Lo entenderás pronto". Esto era todo lo que necesitaba por ahora. Fue una inspiración. Fue una guía.

Compartí mi renovada fe con el élder Henderson, Él sintió un Espíritu similar de consuelo y cumplimos nuestra labor con más valentía en nuestra convicción. El tema inquietante había sido puesto en un estante. La respuesta a mi pregunta, por cierto, llegó con el tiempo. En un año fui bendecido con un compañero que entendia a fondo ese tema y me ayudó a ver un aspecto del evangelio que para mí anteriormente había sido un misterio.

No dudo en reconocer que he puesto muchos temas difíciles en un estante durante los últimos veinte años. Varios de esos temas han bajado del estante, ya que la información y la inspiración han traído luz y entendimiento dónde había estado la oscuridad y la incertidumbre. Algunos asuntos probablemente permanecerán en el estante hasta ese glorioso día milenial cuando el Dios del cielo de a conocer esas cosas"que han pasado y cosas ocultas que ningún hombre conoció; cosas de la tierra, mediante las cuales fue hecha, y su propósito y estado final; cosas sumamente preciosas; cosas que están arriba y cosas que están abajo; cosas que están dentro de la tierra y sobre la tierra y en el cielo."( D. y C. 101: 32-34 .)

Fuente: Artículo originalmente escrito por Robert L. Millet y publicado en ldsliving.com, titulado “What If the Church Isn't True?": After Receiving Hundreds of Anti-Mormon Pamphlets, How 2 Missionaries Renewed Their Faith”. Traducido al español por Dastin Cruz para MormonesSud.org

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