Es un "momento crucial" para la fe con sede en Utah, dice Christine Denniston, directora de mercadeo y relaciones públicas de Lindquist College of Arts and Humanities en Weber State University. "Esta es una oportunidad para que la iglesia se renombre a sí misma".
El jueves, el presidente Russell M. Nelson dijo en una declaración que "El Señor ha dado una impresión en mi mente sobre la importancia del nombre que Él ha revelado para su Iglesia, a saber, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. ".
La sede de la fe en Salt Lake City y los Santos de los Últimos Días en todo el mundo tienen mucho "trabajo delante de nosotros para ponernos en armonía con Su voluntad", agregó Nelson , de 93 años. "En las últimas semanas, varios líderes y departamentos de la Iglesia han iniciado los pasos necesarios para hacerlo".
El movimiento para enfatizar el nombre completo de la iglesia es "obviamente importante para el presidente Nelson", dice Denniston. "Otras entidades de la iglesia ahora seguirán su ejemplo".
Denniston, que ha vivido en Utah durante cinco años y no es miembro de la fe predominante del estado, dice que los términos "Mormón" y "SUD" han creado ciertas percepciones.
"Tal vez escuchar el nombre completo", dice, "alterará esas percepciones".
Es como una "borrón y cuenta nueva", dice Denniston, y podría ayudar a la iglesia a "llegar a nuevos grupos" al definirse a sí misma de una nueva manera.
Cambiar los sitios web y direcciones en línea, como lds.org , mormon.org , mormonandgay.org y así sucesivamente, podrían completarse en semanas. Sin embargo, lograr que los medios y otros en el Oeste, la nación y el mundo eliminen esos apodos podría tomar años, décadas o quizás generaciones.
Denniston dice que será "interesante ver lo que sucederá la próxima semana, el próximo mes y el próximo año".
El experto en relaciones públicas de Salt Lake City, Chris Thomas, también ve algunos aspectos positivos en el cambio.
Para un Santo de los Últimos Días, Thomas dice que esto le da a su iglesia la oportunidad de "enfatizar su doctrina, su misión y su fundamento como cristiano".
Benjamin Knoll, profesor de política en el Center College en Danville, Kentucky, aprecia otro aspecto del dictado verbal: la posibilidad de distinguir entre grupos que siguen su historia hasta el fundador de la iglesia José Smith.
"La mayoría de la gente sabe que hay muchas ramas diferentes del cristianismo, el judaísmo, el islamismo, el budismo, etc.", escribe Knoll en un correo electrónico, "pero no suelen saberlo sobre el mormonismo".
Sería "grandioso", dice, "si el público supiera que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una rama de la amplia tradición mormona entre muchas, incluida la Comunidad de Cristo y la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ".
Él espera que el impulso de Nelson para "desacoplar 'a Mormón' de 'La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días' ayude a hacer esa distinción más clara en la mente del público".
Aún así, los expertos en relaciones públicas y otros observadores señalan rápidamente el duro desafío y el largo camino que la iglesia enfrentará al tratar de distanciarse de las etiquetas "Mormón" y "SUD" - sobrenombres que han estado en el léxico de la fe desde el siglo XIX .
David Margulies, presidente de una firma de relaciones públicas de Dallas, dijo a The Associated Press que el término "Mormón" está "arraigado en la cultura estadounidense y tiene muy buen patrimonio que la fe perdería al dejar de usarla".
Margulies "predice la confusión entre las personas que no se darán cuenta de que el nombre completo es la misma religión que los mormones", informa AP, "y dijo que hay una posibilidad 'muy pequeña' de que el cambio de nombre se haga realidad".
"Es una religión reconocida y grande. Mitt Romney es un mormón ", dijo Margulies. "Está bien establecido, así que si vas a cambiarlo, necesitas una razón para cambiarlo que tenga sentido". ... Cambiar el nombre suena como si estuvieras tapando algo ".
Los obstáculos no son "insuperables", dice ella, pero son "una realidad".
Es probable que se requiera un "esfuerzo significativo para conectar el antiguo nombre con una nueva dirección", dice Thomas, así como una "suma significativa" de dinero.
Él señala que iba a costar más de $ 50 millones cambiar la marca de la Autoridad de Tránsito de Utah .
"Supongo que [cambiar el nombre de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días], dice," sería exponencialmente más elevado ".
Así que el anuncio del jueves, dice Thomas, fue solo el "inicio de un largo proceso".
Como profesional de relaciones públicas, entiende la necesidad de transmitir a los de afuera la centralidad de Jesucristo que los Santos de los Últimos Días sienten en su fe, pero él cree que se reduce al comportamiento de los creyentes.
"Independientemente del nombre que se use, la iglesia será juzgada por cómo se comportan los miembros, cómo tratan a otras personas y qué tipo de reputación tienen", dice Thomas. "Es esencial ver la caridad y la bondad de aquellos que proclaman ser miembros de la iglesia".
Al final, puede no importar al Presidente Nelson si los medios o los miembros adoptan su estilo preferido inmediatamente, o cuánto dinero cuesta, o cuánto tiempo lleva. El profeta de la iglesia dijo que Dios le dijo que lo hiciera, y así lo hizo.
Fuente: Artículo originalmente escrito por Peggy Fletcher Stack y publicado en sltrib.com, titulado “Getting members, media and others to stop referring to it as ‘Mormon’ or ‘LDS’ could help the church, but the payoff might be generations away”. Traducido al español por Dastin Cruz para MormonesSud.org
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