El mito de que tenemos todas las ordenanzas para la exaltación

Por el Elder y la Hermana Renlund 

El concepto de sacerdocio dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es único y quizás confuso para aquellos que no están familiarizados con él. Así mismo, muchos de los miembros de la Iglesia que aceptan, aman y aprecian el sacerdocio pueden encontrarse un poco “confusos” con la doctrina y los principios que lo envuelve. Quizás eso se deba a que el término de sacerdocio se usa al menos de dos maneras:
  • Primero, el sacerdocio es el término usado para describir el poder y la autoridad total de Dios.1 
  • Segundo, el sacerdocio es también el término usado para describir el poder y la autoridad que Dios da a los poseedores del sacerdocio ordenados en la tierra para actuar en todas las cosas necesarias para la salvación de los hijos de Dios.
Este último, es la definición ampliamente aceptada del sacerdocio. Por ejemplo, Predicad Mi Evangelio define el sacerdocio como: La autoridad y el poder que Dios le da al hombre para actuar en el nombre de Jesucristo en todas las cosas para la salvación de la humanidad.2 Por lo tanto, la misma palabra sacerdocio, se refiere tanto al poder y la autoridad total de Dios como a la parte de Su poder y autoridad que Él otorga al hombre en la tierra.

Lingüísticamente, algunos términos se pueden usar para referirse a un todo más grande, así como a una parte. Considere el término tierra, que puede significar tanto el planeta en el que residimos como la tierra del suelo que empujamos en los jardines. Ciertamente, el planeta Tierra abarca la tierra del suelo del jardín, pero la capa superior del jardín no abarca el planeta Tierra. El contexto generalmente aclara el significado.

De manera similar, el contexto generalmente aclara el significado de la palabra sacerdocio. Sin embargo, pueden surgir malentendidos cuando las personas dentro y fuera de la Iglesia asemejan la ordenación del sacerdocio con el poder total del sacerdocio y la autoridad de Dios.

ORDENANZAS QUE NO PODEMOS RECIBIR EN LA TIERRA
Ordenanzas de Exaltación o Salvación
Dios posee poder interminable y autoridad ilimitada. Él ha delegado algo de su autoridad y poder a los poseedores del sacerdocio ordenados en la tierra; lo esencial y necesario para lograr la salvación de la humanidad. Los oficios del Sacerdocio Aarónico y de Melquisedec no constituyen todo el sacerdocio de Dios, ni su poder ni autoridad total. Brigham Young enseñó que hay muchos aspectos del poder y la autoridad total del sacerdocio de Dios que no se delegaron a los hombres en la tierra.
“Se supone… que tenemos todas las ordenanzas en nuestra posesión para la vida, la salvación, y la exaltación, y que estamos administrando sobre estas ordenanzas. Este no es el caso. Estamos en posesión de todas las ordenanzas que se pueden administrar en la carne; pero hay otras ordenanzas que deben administrarse más allá de este mundo. Sé que les gustaría preguntar cuáles son. Voy a mencionar una. No tenemos, ni podemos recibir aquí, la ordenanza y las llaves de la resurrección… Esta es una de las ordenanzas que no podemos recibir aquí [en la tierra], y hay muchas más.” (Brigham Young, en Journal of Discourses , 26 vols. (1854-86), 15: 137. )
Desearíamos que el hermano Brigham haya mencionado otras cosas además de las llaves de la resurrección, sin embargo, lo que sabemos es que él sí alude a otra autoridad y poder retenidos por Dios: La autoridad y el poder para producir cuerpos y espíritus, crear reinos y organizar la materia.
“Y cuando nuestros espíritus reciban nuestros cuerpos, y por nuestra fidelidad somos dignos de ser coronados, entonces recibiremos autoridad para producir tanto espíritu como cuerpo, pero estas llaves no las podemos recibir en la carne.” (Brigham Young, en Journal of Discourses , 26 vols. (1854-86), 15: 137. )
Refiriéndose a las declaraciones de Brigham Young, el Presidente Spencer W. Kimball dijo:
“Hablamos del evangelio en su plenitud, aun cuando comprendemos que gran parte de él no nos ha sido revelada todavía, sino que nos espera mientras nos preparamos, nos perfeccionamos y llegamos a ser más parecidos a nuestro Padre.” [Spencer W. Kimball, "Nuestro gran potencial", Liahona, mayo de 1977.]
Debemos, por lo tanto, reconocer que Dios ha conferido solamente una porción de Su poder y autoridad total del sacerdocio.

Extraído del libro "Sacerdocio de Melquisedec" por el Élder y la Hermana Renlund
Artículo originalmente publicado en ldsliving.com con el título "Elder and Sister Renlund Tackle the Myth That We Have All the Ordinances for Exaltation". Traducido y publicado en español por www.mormonsud.org

Notas

1. Manual 2: Administración de la Iglesia (2010); sección 2.0.
2. Predicad Mi Evangelio (2004), 44.


Este perspicaz libro del élder Dale G. y la hermana Ruth Lybbert Renlund ayuda a los hombres a comprender mejor los principios y la doctrina del Sacerdocio de Melquisedec y aprenden cómo ejercitarlo adecuadamente en sus vidas cotidianas. La Sección Uno presenta los fundamentos del sacerdocio, explicando conceptos básicos sobre lo que es, para qué sirve y los mandamientos que rigen su uso. La sección dos brinda quince principios que actúan como una "guía" para usar el sacerdocio de manera más efectiva

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