Sin duda, la Conferencia General SUD de este fin de semana será histórica. Miembros en todas partes del mundo se pararán y levantarán sus manos para mostrar su apoyo a Russell M. Nelson, de 93 años, como el decimoséptimo profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Se espera tambien que dos nuevos apóstoles sean llamados ocupar las vacantes en el apostolado por la muerte del Presidente Monson en enero y del apóstol Robert D. Hales en octubre. Los observadores se preguntan si al menos uno puede ser un hombre de color o de fuera de los Estados Unidos.
A diferencia de las últimas décadas, la conferencia no tendrá una "sesión general de mujeres" sino que se llevara a cabo en octubre en lugar de la reunión del sacerdocio.
Asimismo la presidencia de las Mujeres Jóvenes será relevada después de cinco años y serán llamados nuevos líderes. Además de eso, los líderes SUD podrían anunciar planes para construir nuevos templos o implementar nuevas políticas (incluida la popular especulación continua de acortar el bloque de tres horas de servicios dominicales a dos horas).
Lo que no es probable que suceda en la próxima reunión mundial, sin embargo, es cualquier discurso que detalle las recientes controversias en torno a la violencia armada y el abuso sexual.
Es probable que los oyentes no escuchen nada sobre el caso de Joseph L. Bishop, un presidente del Centro de Capacitación Misional SUD en la década de 1980, que ha admitio su mala conducta sexual con las misioneras. Después de todo, los líderes de la Iglesia publicaron esta semana directrices revisadas para los líderes laicos locales que entrevistan a niños, adolescentes y mujeres, y aconsejan a las víctimas de abuso en sus congregaciones.
Algunos piden a la Iglesia SUD que investigue estos problemas como lo hizo la Universidad Brigham Young en 2016, luego de que estudiantes y ex alumnos dijeran que su Código de Honor estaba dañando y silenciando a las víctimas de abuso. Lo cual llevo al cambió de sus políticas
Los líderes de la iglesia son generalmente reacios a abordar las noticias contemporáneas", dice el historiador mormón Matthew Bowman. "Esta situación [de abuso], en la que la iglesia está implicada tanto legal como moralmente, parece como si fuera demasiado polémica para abordarla en un entorno de conferencia".
Pero si se menciona el abuso, dice Bowman, "anticipo que sería una declaración generalizada ... sin ninguna discusión sobre este caso en particular".
Esto no es sorprendente para los miembros Santos de los Últimos Días. Los discursos de la Conferencia General se escriben con mucha anticipación y pasan por capas de revisión por parte de los oradores, luego se perfeccionan y se traducen a decenas de idiomas antes de darlos en la conferencia.
April Young Bennett, escritora de la revista de Mormon Exponent II dice que los oradores necesitan representar mejor la diversidad de las poblaciones SUD. "Mientras no lo hagan, los temas que las personas quieran escuchar no estarán cubiertos".
El ex presidente, que murió en 2008, señaló el comienzo de la guerra de Estados Unidos en Afganistán cuando las bombas comenzaron a caer en octubre de 2001. Discutió el pecado del racismo en 2006 y los horrores del abuso en 2002 .
Durante la Conferencia General de abril de 2005, Hinckley se enteró de que el Papa Juan Pablo II había muerto y comentó que el pontífice católico era un gran hombre de fe.
El Presidente Nelson podría hacer lo mismo. En los pocos meses desde que asumió el cargo ha hecho menciones específicas en discursos de leyes inadecuadas sobre las armas y aludió a la atracción al mismo sexo cuando advirtió a los mormones mileniales que Satanás los tentará a "amar como no debemos amar ".
Además, la primera posición adoptada por la iglesia bajo su dirección sobre una importante política pública fue el abordar el delicado tema de la inmigración e instó al Congreso a actuar rápidamente para proteger de la deportación a cientos de miles de "Dreamers", cuyos padres indocumentados los trajeron a los Estados Unidos cuando eran niños.
Pocas semanas después de la conferencia, el ex cirujano cardíaco y su esposa, Wendy, partirán el 10 de abril para un viaje de 11 días a ocho naciones en tres continentes. Aparentemente el Presidente Nelson podría sorprender a todos.
Este artículo esta basado en la publicación "With a new president and new apostles, Mormon General Conference is sure to make history, but will speakers touch on timely topics?" de Peggy Fletcher Stack en www.sltrib.com
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