La enemistad entre Emma Smith y Brigham Young

Traducido por Dastin Cruz

En la sesión de la Conferencia General de Octubre de 1866, Brigham Young hizo estos comentarios:
"...Hasta donde sé, Emma Smith es una de las más malditas mentirosas que conozco sobre esta tierra; Sin embargo no hay ninguna cosa buena que me negaría a hacer por ella, si ella sólo fuera una mujer justa; pero ella continuará en su maldad. A menos de seis meses antes de la muerte de José, él llamó a su esposa Emma a una reunión secreta, y allí le dijo la verdad y le pidió que la negara si podía. Él le dijo que los juicios de Dios vendrían sobre ella inmediatamente si no arrepentía. Le recordó a ella de la vez que trató de envenenarlo, y él le dijo que era una hija del infierno y literalmente la mujer más perversa sobre esta tierra, que no existía nadie más malvada que ella. El nos contó aquí dónde ella había conseguido el veneno, y cómo lo puso en una taza de café; dijo 'obtuviste ese veneno de tal y tal, y yo lo bebí, pero no pudiste matarme'. Cuando le llegó al estómago, él fue a la puerta y vomitó. Habló con ella en esa reunión de manera muy severa, y ella nunca dijo una palabra en respuesta. Tengo testigos de esta escena, que pueden testificar que ahora les estoy diciendo la verdad. Dos veces ella trató de matarlo. [6-8 Oct 1866, 36th Semi-Annual Conference, Bowery, G. S. L. City. (Deseret News Weekly 15:364, 10/10/66, p 4-5 and 15:372, 10/17/66, p 4-5; MS 28:764, 774)]
La enemistad entre Brigham Young y Emma tuvo múltiples motivos: personales, religiosos y financieros. Brigham, a pesar de todas sus fortalezas, tenía poca paciencia con cualquiera que traicionara al profeta. El percibia que Emma traicionó a José en múltiples niveles, haciendo que la acusación de envenenamiento fuera plausible para él. El episodio parece haber sido una disputa familiar entre José y Emma, dos mortales que viven en una especie de pecera, bajo enormes presiones y tensiones.

Emma ciertamente cometió errores de juicio, como todos nosotros. Su juicio yace en las manos de Dios, no en las nuestras ni en las de Brigham Young. Si Brigham Young tuvo un rasgo de carácter constante, era su fidelidad absoluta a José Smith. Brigham tenía muy poca paciencia con quienes menospreciaban o rechazaban a José; las dificultades que José experimentó con Emma al parecer pudo haber frustrado al leal Brigham.

Después del asesinato de José, Emma se negó a ir al oeste con los Santos. Parece, entre otras cosas, que se preocupó por mantener a sus hijos, así como protegerlos de la violencia que había ocasionado la muerte de José. Emma y Brigham tampoco estaban de acuerdo sobre qué partes de la propiedad de José eran de propiedad personal, y cuáles pertenecían a la Iglesia [“Memoirs of Joseph Smith III (1832–1914),” ed. Mary Audentia Smith Anderson, The Saints Herald (2 April 1935): 431–434.]

Emma Smith y el matrimonio plural.

Sin duda, Brigham Young también consideró a Emma deshonesta y mentirosa porque continuó insistiendo en que su esposo nunca había enseñado la doctrina del matrimonio plural. Tan inflexible fue Emma sobre este punto que la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días lo consideró como un Artículo de Fe, y los hijos de Emma nunca aceptaron la idea de que José había instituido el matrimonio plural. Teniendo en cuenta que Brigham fue culpado por Emma de ser el inventor del matrimonio plural, es probable que se sentiera utilizado por ella. Brigham, al fin y al cabo, veía a Emma como en lucha contra el hombre al que Brigham reverenciaba como Profeta, y conocía que Emma sabía que José habia enseñado el matrimonio plural.

Finalmente, Brigham fue el sucesor de José, y Emma desafió esa sucesión al apoyar a su hijo, José Smith III, como el líder "apropiado", y como alguien que no enseñaría la odiada doctrina de la poligamia (que Emma afirmó falsamente que Brigham había impuesto sobre la Iglesia).

Richard Bushman escribió sobre la acusación de envenenamiento:
Durante el final del otoño y el invierno de 1843 y 1844, la relación de José y Emma se debilitó solo una vez. Durante la cena dominical del 5 de noviembre, José se enfermó, corrió hacia la puerta y vomitó tan violentamente que se dislocó la mandíbula. "Cada síntoma de veneno", señaló Richards en el Diario de José. Esa noche en la reunión de oración, Richards escribió en código que José y Emma no se vestían con la habitual ropa especial, una señal de que estaban demasiado en desacuerdo para participar. Al día siguiente, Richards escribió que José estaba "ocupado con asuntos domésticos". Años más tarde, en una atmósfera anti-Emma en Utah, Brigham Young habló de una reunión en la que José acusó a su esposa de añadir veneno en su café. Brigham interpreta la negativa a responder de Emma como una admisión de culpa... Aunque probablemente si hubo una discusión, la acusación de envenenamiento era infundada. José era susceptible a los vómitos de todos modos.Incluso se había dislocado la mandíbula mientras había vomitado una vez; y cinco semanas después del episodio de la cena de 1843, él volvió a enfermar y vomitó con más violencia que nunca. Durante esta última pelea, José dijo agradecido: "Mi esposa me atendió". [Richard L. Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Knopf, 2005), 498.]

Disposición de los bienes de José

Además, Brigham y Emma no estaban de acuerdo con la disposición de los bienes de José. La ley de Illinois en ese momento sostenía que ninguna iglesia podía tener más de diez acres de propiedad, y gran parte de las propiedades de la iglesia se llevaban a cabo en nombre de José. Al mismo tiempo, José era una persona privada; por lo tanto, Emma era responsable de las deudas de José y de la Iglesia pero teniendo una clara demanda sobre las tierras de la Iglesia que José como fideicomisario administro.

Esta difícil situación fue complicada porque Brigham Young delegó una gran parte de la interacción de la Iglesia con Emma a Almon Babbitt, un hombre que carecía de tacto:
"...Babbit le brindó a Joseph asesoramiento legal que resultó en la destrucción del periódico Expositor, luego se negó a ayudar cuando Joseph fue encarcelado en Cartago diciendo: 'Llegaste demasiado tarde. Ya estoy comprometido en el otro lado.

O bien Brigham Young no era consciente de la propensión de Babbitt a enajenarse con quienes lo rodeaban o, como José antes que él, pasó por alto sus fallas porque necesitaba su conocimiento legal. En el futuro, Brigham tendría su propia pelea con Babbitt y la grieta sería tan conocida que, cuando los indios mataron a Babbitt en las llanuras occidentales en 1856, los periódicos orientales informaron erróneamente que Brigham había ordenado su muerte.

Mientras tanto, Emma asumió que debido a que estos hombres representaban a los Doce, actuaron por orden directa de Brigham... Babbitt haría que las peticiones de Brigham para Emma parecieran abruptas y desconsideradas, y haría que sus respuestas hacia él fueran egoístas y defensivas". [Linda King Newell and Valeen Tippetts Avery, Mormon Enigma: Emma Hale Smith, 2nd edition, (Urbana and Chicago: University of Illinois Press, 1994), 199–209. The laws against churches holding property is discussed on page 258.].

Este artículo fue escrito originalmente por por fairmormon.org, con el título: "Emma Smith and Brigham Young". Publicado y Traducido al español por www.santosension.org

1 comentario:

ANTONIO GONZALEZ GOLLY dijo...

Creo que cuando no podemos acceder a la fuente correcta de información y creo que no es suficiente la que usted detalla en este articulo, dicha publicación no hace más que tender un manto obscuro.

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