Enciclopedia del Mormonismo - Presciencia de Dios

Autor: Faulconer, James E.

Traducción Libre: DPCS (Administrador del Blog)

La escritura moderna habla inequívocamente de la presciencia de Dios: "todas las cosas están presentes ante mis ojos" (D&C 38:2). Esto afirma que Dios tiene la plenitud de verdad, "el conocimiento de las cosas como son, como eran y como han de ser" (D&C 93:24, énfasis añadido).

La presciencia de Dios incluye el poder de saber los pensamientos y las intenciones del corazón humano: "no hay quien conozca tus pensamientos y las intenciones de tu corazón sino Dios" (D&C 6:16). La presciencia de Dios es al menos, en parte, el conocimiento de sus propios planes intencionales para el cosmos y para la humanidad, sus planes “no se pueden frustrar ni tampoco pueden reducirse a la nada " (D&C 3:1). "Conocidas son a Dios todas sus obras desde la fundación del mundo." (Hechos 15:18; Abr. 2:8). Éstos incluyen las condiciones del Plan de Salvación. Por ejemplo, "Dios escogió o predestinó que todos aquellos que habían de salvarse fuesen salvos en Cristo Jesús y por medio de la obediencia al evangelio" (EPJS, p. 189). Es igualmente previsto que todo el género humano morirá, resucitará, y será traído a juicio.

En la escritura, los términos raíz para la Presciencia de Dios implican más que un sujeto-objeto, una relación cognoscitiva; ellos implican un conocimiento cercano, directo, participativo y afectivo. La Presciencia divina es el conocimiento de un Padre Celestial, no el conocimiento de una abstracción metafísica. Las escrituras que hablan de la Presciencia de Dios acentúan una comprensión de experiencia de Dios con su pueblo y su destino en vez del contenido y la lógica de aquel conocimiento. Toda persona que trate de entender La Presciencia de Dios debe comenzar reconociendo que la escritura no aborda directamente la cuestión según se ha formulado en la filosofía y la teología, donde el énfasis está en el contenido y la lógica del conocimiento. Las escrituras son explícitas que Dios sabe todas las cosas y que podemos confiar en él. Las escrituras no han sido explícitas sobre lo que esto significa filosóficamente o teológicamente. Por consiguiente, a falta de una nueva revelación, cualquier respuesta a la pregunta teológica de la Presciencia de Dios sólo puede ser especulativa.

En un intento de conciliar la Presciencia de Dios y la Libertad Humana, los principales judíos y teólogos y filósofos cristianos han ofrecido tres alternativas. En primer lugar, en ambos puntosdel dilema se afirma: "todo está previsto, y la libertad de opción se da." Esta es la posición del Rabino Akiba y Maimonides (Aboth 3, 19; Yad, Teshuvah 5:5), así como de Agustín y Anselmo (Ciudad de Dios 5.9-10; la Armonía del Conocimiento previo, la Predestinación, y la Gracia de Dios con Libre elección 1.3). Maimonides sostiene que aunque sea lógicamente imposible, que la presciencia de las acciones propias del ser humano sean compatibles con la libertad, la presciencia de Dios, es de una clase diferente y misteriosa, y es compatible con la libertad.

El segundo lugar, la presciencia de Dios es limitada. Puesto que la gente es libre, Dios conoce las posibilidades y las probabilidades de las opciones humanas, pero no las inevitabilidades. Dios es omnisciente en saber todo lo que puede ser conocido; pero no en saber exactamente de antemano como la gente usará su libertad, ya que esto no puede ser conocido porque es el futuro, no existen  los eventos contingentes. Esto es el punto de vista de Talmudist Gersonides (Levi Ben Gershon, 1288-1344; Milhamot Adonai, III, 6) y, con algunas modificaciones, de Charles Hartshorne y por filósofos del proceso

En el tercer lugar, los seres humanos no son realmente libres. La libertad es una ilusión que proviene de la ignorancia humana de la causa y necesidad divina . Todo lo que los individuos hacen está realmente determinado y predeterminado. Dios pre-conoce y pre-causa todo lo que ocurre. Este es el punto de vista de Spinoza y de Calvino.

Históricamente, la mayor parte de Santos de los Últimos Días han adoptado la primera posición general: todo está previsto y el albedrío permanece. Unos han tomado la segunda, que la presciencia de Dios no es absoluta. La tercera alternativa, aquella en que la libertad humana es ilusoria, es incompatible con la creencia SUD del autentico libre albedrío y la responsabilidad. La adoración y la culpa, responsabilidad y juicio no tienen sentido a menos que las personas sean libres. Cualquier doctrina de la Presciencia que socava este principio[del albedrío]viola la letra y espíritu de las escrituras SUD.

Por consiguiente la Presciencia de Dios definida  finalmente, sin embargo , no es la predestinación. Lo que Dios prevé no es divinamente causado, por esta razón, a pesar de que cierto sentido conocido (Talmage, p. 317). La Presciencia de Dios es el fondo de la preordenacion. Pero, nuevamente, la preordenacion no es la pre-causalidad. Mejor dicho, "la preordenacion es una concesión condicional de una función, una responsabilidad, o una bendición que, igualmente, prevee, pero no fija el resultado" (Maxwell, p. 71).

Bibliografía

Hartshorne, Charles, and William L. Reese. Philosophers Speak of God. Chicago, 1953.
Maxwell, Neal A. "A More Determined Discipleship." Ensign 9 (Feb. 1979):69-73.
Talmage, James E. The Vitality of Mormonism, pp. 317 ff. Boston, 1919.

Fuente: Enciclopedia del Mormonismo - BYU Studies

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