Genesis 1:16 y la Corporeidad de Dios


La Crítica:

El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y el hombre es un ser corporeo. ¿Deduce esto que Dios también tiene un cuerpo?. El argumento es inválido. La palabras “imagen” (tselem) y “semejanza” (demut) en hebreo no demandan gramaticalmente una igualdad o réplica exacta del original.

Son, además, términos cuyo significado es limitado por la Palabra de Dios misma. Los humanos no poseemos los atributos “omni” de Dios, ni su naturaleza divina, ni tenemos la habilidad de crear ex-nihilo [creación de la nada]. Nuestra imagen y semejanza con Dios es de carácter moral, intelectual y espiritual. El razonamiento es ilógico al decir que Dios tiene un cuerpo igual a nosotros.

La Respuesta:

Los Santos de los Últimos Días no creemos que este versículo respalda una igualdad o réplica exacta de Dios y el hombre. Pues el hombre es hombre es distinto en Dios tanto física como espiritualmente [moralidad]. Mas bien enseñamos que el hombre es creado a imagen y semejanza de la corporeidad de Dios.

"Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen [tselem], conforme a nuestra semejanza [demut]" ( Génesis 1:26 ).


Esta declaración en el primer capítulo de la Biblia parece bastante claro para los Santos de los Últimos Días. Sin embargo, para nuestros hermanos cristianos, a menudo se dice que esto debe ser interpretado en un sentido figurado, en el sentido de que los seres humanos tienen "alma racional", que nos diferencian de los animales.

Sin embargo, sólo unos cuantos capítulos más despues, el autor de Génesis repite "El día en que creó Dios al hombre, a semejanza [Demut] de Dios lo hizo" y luego agrega algunos comentarios interesantes sobre el nacimiento de Set, el hijo de Adán: "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza [Demut], conforme a su imagen [tselem], y llamó su nombre Set "( Génesis 5:1-3 ).

Adán fue creado a imagen y semejanza de Dios, y uno de los hijos de Adán tenía la imagen y semejanza de Adán. Exactamente las mismas palabras fueron usadas para describir ambos escenarios por el mismo autor profético, solamente en un verso aparte. O Adán se parecía a Dios, o Set era el único de los hijos de Adán que poseía un "alma racional." Si hay una buena razón para interpretar un pasaje de una manera, y el otro de otra manera, los críticos deben facilitarla.

Sólo una creencia a priori puede negarse a ver al hombre a semejanza de la corporeidad de Dios, lo cual nos lleva a interpretar los términos de manera diferente.

¿Por qúe se rechaza esta interpretación? Porqué niegan la corporeidad de Dios, creen en un Dios, que es un Ser multipersonal, en donde el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son UNO en naturaleza, esencia o ser, donde solo Jesucristo es el encarnado, los demas no.

Nota:

tselem (םלזצז): «estatua; imagen: copia». Cognados de este vocablo se han encontrado en ugarítico y fenicio (tal vez), acádico, arameo y arábigo. Hay 17 casos del término en el hebreo bíblico. El vocablo significa «estatua»: «Y todo el pueblo del país fue a la casa de Baal y la derribaron, destruyeron completamente sus altares» (2Ki 11:18 LBA; cf. Num 33:52). El término también quiere decir una «imagen o copia», es decir una réplica de algo: «Haced, pues, figuras de vuestros tumores y de los ratones que destruyen la tierra, y dad gloria al Dios de Israel» (1Sa 6:5 RVA). En Eze 23:14 tselem tiene que ver con la pintura de unos caldeos en una muralla o pared.

La palabra también significa «imagen» como la esencia de la naturaleza humana. Adán «engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen» (Gen 5:3 RVA). Se refiere a la naturaleza humana en sus características internas y externas y no a una copia exacta. En el mismo sentido, Dios creó al hombre «a su propia imagen», con reflejos de algunas de sus propias perfecciones en conocimiento, justicia y santidad, así como autoridad (dominio) sobre sus propias criaturas (Gen 1:26) características internas y su corporeidad característica externa.

En Psa 39:6 (RV-95) tselem se traduce «sombra», una imagen muy imprecisa del original; o tal vez quiere decir un fantasma, algo que se aproxima más al original, pero que le falta su característica real o esencial: «Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana, amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá» (RVr; cf. Psa 73:20 en que las «imágenes» son sueños).

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