¿Debemos orar a Jesucristo?

Por www.mundolds.blogspot.com

¿Debemos orar a Jesucristo?
La Critica:

LIBRO DE MORMÓN: SÍ
“...Jesús llegó y se puso en el medio...habló a la multitud, y mandó que se arrodillaran otra vez en el suelo, y que sus discípulos se arrodillasen también. Y sucedió que cuando todos se hubieron puesto de rodillas en el suelo, mandó a sus discípulos que orasen. Y he aquí, empezaron a orar; y oraron a Jesús, llamándolo su Señor y su Dios.”—3 Nefi 19:15-18
IGLESIA MORMONA: NO

“El Élder Bruce R. McConkie claramente explica cómo debe ser nuestra relación con cada miembro de la Deidad, señalando que algunos miembros de la iglesia, mal dirigidos, pudieran ‘comenzar a orar directamente a Cristo como consecuencia de haber desarrollado algún sentimiento especial de compañerismo’ con él. Esto es un error, dijo el Élder Bruce R. McConkie. Debemos orar directamente al Padre...”— The Ensign (La Enseña), Junio 1998, p. 59 (Traducido por www.4mormones.org)

La Respuesta:

En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de lo Ultimos Días creemos que la oración se dirige a nuestro Padre Celestial en el nombre de Jesucristo y puede hacerse en voz alta o en silencio.

En la Biblia leemos: " Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré.(Juan 14:13-14). Por ello oramos al Padre en el nombre de Cristo (Juan 14:13–14; 16:23–24). Creemos que la oración fue desde el principio, parte del evangelio. "Por consiguiente, harás todo cuanto hicieres en el nombre del Hijo," dijo un ángel a Adán, "y te arrepentirás e invocarás a Dios en el nombre del Hijo para siempre jamás." (Moisés 5:8.)

El Señor en las Américas instruyó a los nefitas: " Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre; Y cualquier cosa que pidáis al Padre en mi nombre, creyendo que recibiréis, si es justa, he aquí, os será concedida. (3 Ne. 18:15-20.)

Allí Jesús ofreció las mejores oraciones jamás dichas, oraciones que estaban más allá del poder interpretativo de simples palabras, por lo que no fueron escritas. "..- Y oímos a Jesús hablar; y nadie puedeconceptuar el gozo que llenó nuestras almas cuando lo oímos rogar por nosotros al Padre." (3 Ne. 17:15-17.) Aquí vemos que Jesús intercedió ante los Nefitas ante el Padre "Pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5). En el Sermón al Monte, Jesús dio instrucciones específicas sobre a quien deberíamos orar: Al Padre (Mateo 6:5–13.) Él dio instrucciones similares a los Nefitas. (3 Ne. 13:5–-13.) Durante su ministerio, tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo, Jesús mostró que siempre se debe orar al Padre.

Esta web antimormona sin embargo muestra saber poco del mormonismo como aparentemente trata de demostrar, de lo contrario sabrian que no es una contradicción. Ahora veamos el porque.

En 3 Nefi 19:16–- 30, leemos que, cuando Jesús estaba en su presencia inmediata, sus discípulos orarón directamente a él. Quizás la clave de este comportamiento extraño es encontrada en el versiculo 22, donde Jesús explica que Padre, "les has dado el Espíritu Santo porque creen en mí; y ves que creen en mí, porque los oyes, y oran a mí; y oran a mí porque estoy con ellos. [3 Ne. 19:16–30] (Cursiva añadida)

Por lo visto, aquella ocasión, mientras él estaba en su presencia, orarle era aceptable. Sin embargo después que los dejó, los Nefitas siguierón el modelo de la oración al Padre en el nombre de Jesús, tal como somos ordenados hacerlo hoy en día. (3 Ne. 20:30-–31; 3 Ne. 27:2, 28–-29.)

En la actualidad al igual que no oramos al Espíritu Santo, podemos orar por dones específicos del Espíritu Santo — como el don de lenguas, de la fe, del conocimiento, pero siempre oramos al Padre, el Director, el Ser Supremo, el Poder Supremo, en el nombre de Cristo.

En ejemplo similar que conocen los Santos de los Ultimos Días la encontramos en la Biblia: Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra con sus Apostoles, ellos no recibieron el don del Espíritu. Por ello no concluiríamos que el Espíritu Santo no es esencial, ya que sería una seria contradicción . Ya que sabemos que la razón de esto, se debió al hecho de que Jesucristo mismo estuvo con ellos, un miembro de la Trinidad. Sin embargo antes de irse, el Salvador les prometió que enviaría al Consolador, o el Espíritu Santo otro miembro de la Trinidad.

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