Una nueva forma de ver el arrepentimiento

Alrededor de la mitad de su discurso en la Conferencia General de abril de 1982 titulado "Volver a empezar", el élder Hugh W. Pinnock compartió esta lección de la historia:
Cuando el Imperio Griego se encontraba en la cumbre de su poder, arremetió desde la cuenca del Mediterráneo, en el Oeste, contra lo que hoy día se conoce como la India, en el Este, y por su gran fuerza militar conquistó innumerable cantidad de ciudades, estados y naciones en su marcha por Asia.

Los griegos rendían honor a los soldados más valientes y consagraban el lugar en donde cada batalla había cambiado la historia.  Marcaban un punto en el campo de batalla donde una pequeña victoria hacía que al final el triunfo fuera inevitable.  En ese lugar, colocaban una piedra o un montón de armas capturadas y le daban el nombre de trofeo que en el lenguaje antiguo de los griegos significaba "un cambio" importante en la historia.

¿Es éste el momento de marcar con un trofeo vuestra vida?  En las batallas que lucháis, ¿debéis erigir, un monumento o indicar que habéis llegado a un punto decisivo en que vuestra vida cambiará?
Nunca había escuchado algo así antes, y rápidamente fui a Diccionario de la lengua española para ver qué más podía aprender sobre los orígenes de los trofeos. El artículo no tenía tantos detalles como el élder Pinnock, pero confirmó la etimología básica, la palabra trofeo  viene del latín trophaeum, y ésta del griego τρόπαιον (monumento elevado con los despojos del enemigo en el lugar donde empezó la derrota de éste). La palabra τρόπαιον (o τροπαῖον) viene del verbo τρέπω (trepo), volver, dirigir, poner en fuga.

¡Qué buena manera de ver el arrepentimiento!

El élder Pinnock señala que:
Recordad que todos los problemas no se desploman como Goliat ante David; que todas las batallas no terminan en forma tan dramática, como la que se llevó a cabo en Cumorah; que todos los milagros no se realizan en forma tan inmediata, como cuando José Smith bendijo a los enfermos a orillas del río Misuri. Sin embargo, los problemas desaparecen, las batallas se ganan y los milagros ocurren en la vida de todos nosotros.
El arrepentimiento no es el punto en el que se gana la batalla o el problema desaparece, sino el arrepentimiento es el punto en el que gira la marea. El comienzo del arrepentimiento es el momento en que la inminente derrota se convierte en una posible victoria y cuando dejamos de evitar una pérdida y comenzamos a perseguir una victoria. El arrepentimiento no es el final del viaje, pero es la nueva dirección.

Esto vale la pena conmemorarlo en nuestras propias vidas y, más que eso, vale la pena alabarlo en las historias que nos contamos sobre nosotros mismos.

Porque sí pensamos en las narraciones. Es parte de lo que significa ser humano. Tomamos la materia prima de nuestras vidas, los eventos, las personas y los lugares que experimentamos, y lo entendemos todo al convertirlo en una historia. No tenemos libertad infinita en este proceso. Las materias primas son lo que son. Pero tenemos mucha libertad en cómo juntamos esas materias primas y en el tipo de historia que escribimos para nosotros mismos.

Uno de los problemas para escribir tu propia historia, por supuesto, es que las historias tienen un comienzo, un punto medio y un final. Pero, mientras estés vivo, no sabes cómo terminará tu historia. Y, entonces, es una mala idea intentar predecir la historia completa. Es una mala idea intentar escribir tu final antes de que suceda.

Pero el punto de inflexión ocurre en el medio. El punto de inflexión está más bajo su control. Y si ve su propio arrepentimiento como un punto de inflexión, entonces ha encontrado la manera de incorporar con humildad y fidelidad sus propias fallas y errores en su historia de vida sin renunciar a la esperanza, porque pone los capítulos oscuros allí pero incluye el punto de inflexión también, y el punto de inflexión es donde entran la luz y la esperanza. El punto de inflexión es cómo su historia sin terminar puede llegar a ser feliz, incluso antes de llegar al final eterno.

Fuente: Artículo originalmente titulado "A New Way to Look at Repentance" escrito por Nathaniel Givens y publicado en ldsmag.com . Traducido al español por Dastin Cruz para mundosion.org

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