Las actualizaciones digitales de "Predicad mi evangelio" incluyen un cambio importante en la forma de ver a los miembros menos activos

En junio de 2018, la Iglesia anunció una versión digital actualizada de Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional. Estas actualizaciones recientes incluyeron la "reducción de la cantidad de indicadores clave, el reemplazo de las referencias a la orientación familiar y a las maestras visitantes por hermanos y hermanas ministrantes, y la alineación con las normas y productos actuales de historia familiar." según lds.org.

Pero también hubo un cambio importante en la redacción. La versión actualizada de Predicad Mi Evangelio elimina la frase "miembros menos activos" y lo reemplaza por "miembros que regresan". (Nota: "miembros que regresan" no es una traducción oficial al español ya que la versión actualizada de Predicad mi Evangelio aún no esta disponible al español)

Si bien el cambio no se mencionó específicamente en las actualizaciones de la versión digital de Predicad Mi Evangelio, es una forma revolucionaria de referirse a los miembros que no asisten con regularidad a los servicios o actividades de la iglesia.

Reemplazar "menos activo" por "que regresan" parece ser un enfoque más inclusivo, uno que no solo considera el estado temporal del miembro como "menos activo" sino todo el panorama de la comunión: que la Iglesia es un lugar para todos, sin importar su record de asistencia, y que ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días abarca más que solo estar en la iglesia a tiempo todos los domingos.

Esta redacción también se refleja en los discursos recientes de la Conferencia General sobre la membresía. Específicamente, se puede aplicar al discurso "Las canciones que se cantan y las que no se cantan" por el Elder Jeffery R. Holland que dijo:
Hermanos y hermanas, vivimos en un mundo terrenal con muchas canciones que no podemos cantar o que aún no cantamos; pero ruego a cada uno de nosotros que nos quedemos de forma permanente y fiel en el coro, donde podremos deleitarnos para siempre en el himno más preciado de todos, “la canción del amor que redime”. Por fortuna, los asientos para ese particular número musical son ilimitados. Hay lugar para quienes hablan diferentes idiomas, celebran diversas culturas y viven en multitud de sitios. Hay lugar para los solteros, para los casados, para las familias numerosas y para los que no tienen hijos. Hay lugar para quienes alguna vez han tenido inquietudes concernientes a su fe y para quienes todavía las tienen. Hay lugar para quienes difieren en cuanto a su atracción sexual. En resumen, hay lugar para todas las personas que aman a Dios y honran Sus mandamientos como la inviolable vara de medir la conducta personal, pues si el amor a Dios es la melodía de la canción que compartimos, de seguro nuestro objetivo en común de obedecerle es la armonía indispensable en ella.
Este cambio de palabra es una manera hermosa y sencilla de que todos los miembros sepan que siempre son bienvenidos en la Iglesia.

Fuente: ldsliving.com

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