Por qué es importante que las Mujeres Jóvenes participen en la ministración

Cuando se les preguntó cómo se sienten acerca de ser hermanas ministrantes, algunas de las jóvenes con las que hablamos dijeron que estaban un poco nerviosas. Sin embargo, también informan rápidamente que su entusiasmo por tener más responsabilidades como mujeres jóvenes eclipsan sus temores. Aunque las Damitas y las Laureles han recibido esta nueva oportunidad de servir en una asignación formal, las abejitas también están ansiosas por aumentar su nivel de ministración. ¡Todas nuestras mujeres jóvenes son extraordinarias!

Las jóvenes de la Iglesia son extremadamente capaces y tienen innumerables talentos que están listos para compartir con los demás. Serán una fuerza valiosa para el bien a medida que participan en la obra de salvación para aquellos a quienes sirven. Ella Nielsen, de South Jordan, Utah, compartió cómo creía que las mujeres jóvenes podían ministrar cuando dijo: "Pueden examinar a la gente y decir '¿Cómo estás?' y asegúrarse de que estan bien y ver si son felices y cómo va su vida". Puede ser así de simple.

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos recuerda en su libro "Uno por uno" que "cada uno de nosotros, como discípulos del maestro, tenemos la responsabilidad de ministrar a los demás y reconocer que lo que hacemos realmente importa , incluso si lo que hacemos puede parecer pequeño o inconsecuente".

Los actos simples de servicio realizados por nuestras jóvenes hermanas ministrantes bendecirán las vidas de muchos a medida que aprenden a ser discípulos más devotos de Jesucristo.

Las jóvenes ven rápidamente cómo aumentará la unidad en las familias de su barrio a medida que sirven en capacidad de hermanas ministrantes.

"Siento que esto me ayudará a conocer a más personas en nuestro barrio", compartió una mujer joven. "Ya conocemos a las mujeres jóvenes y ahora nos ayudará a conocer a los adultos".

Con esta nueva oportunidad, vemos las bendiciones espirituales otorgadas no solo a las hermanas a las que sirven las jóvenes, sino también a las jóvenes mismas. Una joven llamada Katie Varga compartió su entusiasmo por ministrar al decir: "Tengo que ejercitar mi fe más regularmente. Puedo dar mi testimonio en el hogar de las personas cuando pienso que debería hacerlo y eso me ayudará a saber que la Iglesia es verdadera".
Hermana Bonnie H. Cordon, Presidenta General de las Mujeres Jóvenes,y a la derecha su compañera hermana ministrante, Jessica Akins. Foto cortesía de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes
En un momento en que las relaciones personales han sido reemplazadas en gran parte por amistades virtuales, muchos jóvenes del mundo a menudo carecen de habilidades sociales y de comunicación básicas. Esta oportunidad adicional para que las mujeres jóvenes sirvan les ayudará a desarrollar la confianza para hablar y conectarse con los demás de manera personal. Se volverán más como el Salvador a medida que obtienen una mayor compasión, comprensión y paciencia. Serán menos críticos con los demás, serán más capaces de discernir necesidades y podrán actuar mejor a partir de las impresiones del Espíritu.

Vemos una aceleración del crecimiento espiritual a medida que las mujeres jóvenes miran fuera de si mismas, ven las necesidades de los demás a su alrededor y luego actúan para ayudar a satisfacer esas necesidades. Al hacer esto, vivirán más plenamente los convenios que hicieron en el bautismo, de llevar las cargas los unos de los otros, consolar a aquellos que necesitan consuelo,y ser un testigo de Dios, y servir al Señor y guardar Sus mandamientos (Mosíah 18: 8 -10).

Grace Rogers, una Damita de Centerville, Utah, aprendió que ministrar era un poco diferente de lo que ella pensaba que sería. "Primero pensé que estaba enseñando y dando una lección. Eso fue hasta que tuve la oportunidad de ministrar a la Hermana (Carol) McIlrath. Ahora Ministrar para mi es construir amistades y estar ahí el uno para el otro en todos los aspectos".

Nuestra esperanza es que cada Damita y Laurel sean consideradas para un llamado como hermana ministrante. Estas asignaciones se pueden determinar cuando la presidenta de la Sociedad de Socorro, la presidenta de Mujeres Jóvenes, los líderes del sacerdocio y los padres se reunen en consejo juntos. Algunas mujeres jóvenes que no pueden servir de manera tradicional pueden recibir una asignación adecuada a sus habilidades. Todas las mujeres jóvenes tienen dones que pueden beneficiar a otra hermana de alguna manera, y la bendición para las jóvenes que sirven no se puede medir.

A medida que las mujeres jóvenes sirven en esta nueva función, construirán amistades con hermanas mayores y más maduras de la Sociedad de Socorro. Esta relación les ayudará a aprender y comprender el propósito de la organización de la Sociedad de Socorro a la que pronto pertenecerán. A medida que ministran juntas, las hermanas de la Sociedad de Socorro pueden tener un impacto significativo para bien en las vidas de sus jóvenes compañeros mientras les enseñan y asesoran en sus asignaciones conjuntas.

Carol McIlrath de Centreville, Utah, ve un beneficio maravilloso de tener a una joven hermana ministrandole.

"Qué placer es tener a una jovencita viniendo y ministrandome", dijo McIlrath. "Ella trae consigo una visión joven y refrescante sobre el Evangelio y me desafía a tratar de ser mejor. Cuan emocionada estoy por conocer mejor a la joven de mi barrio".

A medida que las mujeres jóvenes aprenden a servir y ministrar, sentirán el amor del Salvador más profundamente en sus vidas. Se darán cuenta de que al tender la mano para ayudar a "una" persona en particular, están sirviendo al Salvador mismo y convirtiéndose en Sus discípulos.

El élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: "Los verdaderos discípulos de Jesucristo siempre se han preocupado por la persona en particular. Jesucristo es nuestro gran ejemplo; lo rodeaban multitudes y habló a miles, sin embargo siempre se preocupaba por la persona en particular."


Fuente: Artículo originalmente escrito por Presidencia General de las Mujeres Jóvenes y publicado en ldschurchnews.com con el título “Why the Young Women's responsibility to be ministering sisters matters”. Traducido al español por Dastin Cruz para mundosion.org

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