La modestia no se trata solo de vestir. A pesar de lo que parece ser un énfasis excesivo en la vestimenta, especialmente la vestimenta femenina. En mi definición personal, la modestia se aplica a los pensamientos, palabras, acciones y apariencia. Sin embargo, tenemos una tendencia a enfocarnos en la apariencia externa precisamente porque podemos verla.
El élder Robert D. Hales enseño: "La modestia es el centro de ser pura y casta, tanto en pensamiento como en hechos. Por consiguiente, debido a que guía e influye en nuestros pensamientos, comportamientos y decisiones, la modestia está en el centro de nuestro carácter".
Muchas críticas a los Santos de los Últimos Días es sobre como enseñamos la modestia, la crítica señala que los SUD no se enfocan en la modestia como algo que es importante para la mujer, sino más bien como algo que es importante para otras personas en su vida. Culpan a las mujeres por poner malos pensamientos en las cabezas de los hombres, reduciendo la modestia de las mujeres SUD a no ser objetos sexuales.
Estas declaraciones sugieren que los hombres no tienen ninguna responsabilidad en lo que respecta a sus pensamientos y acciones. También implican que las mujeres pueden controlar a los hombres y que cada vez que un hombre ve a una mujer con un atuendo que no es modesto, siempre tendrá malos pensamientos. Ninguna de estas afirmaciones es verdadera ya que la modestia de vestimenta se debe enseñar como una medida de auto respeto y de respeto a Dios.
El mensaje es "cúbranse, hermanas mujeres, para que no causen que los hombres a su alrededor pequen" es una de las grandes falacias que continuamente se enseñan en la Iglesia, pero niega un principio más importante, que es el albedrío. Kelly Schumacher dijo: "Las mujeres jóvenes no deben sentirse como responsables de las elecciones y acciones de los hombres jóvenes, y viceversa. Necesitamos ayudar a los jóvenes a entender que todos tenemos albedrío para determinar qué pensamientos albergamos."
Por ejemplo el élder Tad R. Callister, de la Presidencia de los Setenta de la iglesia, fue criticado por un discurso en la Universidad Brigham Young-Idaho, donde dijo: "El vestido de una mujer tiene un poderoso impacto sobre las mentes y las pasiones de los hombres. Si es demasiado bajo o demasiado alto o demasiado apretado, puede provocar pensamientos impropios, incluso en la mente de un joven que se esfuerza por ser puro... Las mujeres en particular pueden vestirse modestamente y en el proceso contribuir a su propio respeto y la pureza moral de los hombres. Al final, la mayoría de las mujeres reciben el tipo del hombre al que se visten ". Según mi opinión la crítica se basaba un pensamiento incompleto, no necesariamente falso, pero no completo. La declaración del élder Callister se basa en una serie de factores, que pueden incluir el vestir, pero se aplica por igual a los hombres y mujeres. Eso tiene mas sentido para mi.
La escritora y bloguera mormona Emily Jensen dijo: "Si hay algo en lo que los mormones son buenos, es asegurarse de que otros mormones estén midiendo". La modestia importa, dice Jensen, pero "la forma en que la enseñamos importa aún más". Julie M. Smith, una escritora mormona en Austin, Texas dijo que le gustaría ver a los líderes SUD hablar sobre "los cuerpos de las mujeres como creaciones únicas de un creador eterno que quiere que enfaticen la capacidad del cuerpo para bailar, cantar, servir, esquiar, generar vida, reír y llorar y no la capacidad de ese cuerpo para ajustarse a las nociones culturales de la belleza o publicitar la riqueza del usuario o atraer la atención sexual de los hombres y la envidia de las mujeres ".
Es fácil olvidar que la modestia es algo más que la vestimenta; es una forma de pensar, de actuar y vivir. Y ya que los tiempos están cambiando, necesitamos enseñar la modestia de manera adecuada.
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