6 maneras en que la gracia de Dios transforma nuestras debilidades en fortalezas

En respuesta a nuestra humildad sobre nuestras debilidades, Dios se ofrece a hacer "que las cosas débiles sean fuertes" para nosotros (Éter 12:27). Debe haber maneras en que las cosas débiles se hacen fuertes, sin que se produzca una mejora notable en nuestra capacidades.

El Diccionario de la Biblia define la gracia como un “poder habilitador” para hacer lo que no podemos hacer por nuestra propia cuenta. El don de la gracia de Dios se ajusta a nuestra necesidad con precisión: cuando somos débiles, Él nos ofrece poder. Aunque a menudo suponemos que esto significa que Dios convertirá nuestros rayones en obras de arte, lo que sigue es notable: Dios no cambió la habilidad de escribir de Moroni (la debilidad que a Moroni le preocupaba) de manera notoria. A pesar de la promesa en Éter 12:27, la escritura de Moroni parece ser exactamente de la misma calidad que antes tras la promesa. ¿Qué puede tener Dios en mente cuando promete que Su gracia hará que las cosas débiles se vuelvan fuertes para nosotros?

Consideremos una debilidad como la pereza, que podría surgir de límites físicos en nuestra energía o límites emocionales en nuestra ética laboral. ¿Cómo podría Dios hacer que esta debilidad se vuelva en una fortaleza? Puedo pensar en varias posibilidades:

1. Eliminar la debilidad.

La gracia de Dios podría permitirnos superar una debilidad por completo. Él podría darnos una energía impresionante y una fuerte ética de trabajo para que ya no seamos perezosos. Esto es lo que deseamos, pero en general no es lo que sucede. Sólo ocasionalmente los postergadores se convierten en los primeros en moverse, personas pesadas en delgadas siempre y personas tímidas en el alma de la fiesta. ¿De qué otra forma podría Dios convertir la debilidad en fortaleza?

2. Crecer en fuerza.

La gracia podría ayudarnos a crecer y mejorar en habilidad. Por ejemplo, Dios podría ayudarnos a aprender a manejar nuestro tiempo mejor y aprender las habilidades y actitudes de autodisciplina para mejorar gradualmente nuestro problema de la pereza. Si bien todavía estamos predispuestos a ser perezosos, aprendemos a combatirlo con éxito al menos la mayor parte del tiempo estableciendo objetivos, disfrutando del trabajo que hacemos o dividiendo grandes tareas en tareas pequeñas. Esta es una posibilidad real y valiosa para convertir la debilidad en fortaleza, pero todavía hay más.

3. Ver ambos lados de la moneda.

La gracia podría ayudarnos a aprender a engrandecer los aspectos "buenos" de una determinada cualidad mientras minimizamos lo “malo”. Podríamos aprender a disfrutar de nuestro tiempo de ocio y relajación de no ser por tal "pereza" cuando tenemos un gran proyecto pendiente en el trabajo. Esta opción reconoce que la pereza no es solo una falla; también tiene su lugar apropiado en nuestras vidas. ¡Hay un tiempo apropiado y legítimo para ser flojo! Pero la gracia puede ayudarnos a no hacer de todo nuestro tiempo un "tiempo de ocio".

4. Desarrollar fuerzas de compensación.

La gracia podría ayudarnos a desarrollar fortalezas compensatorias, como aprender a trabajar muy duro en periodos muy cortos para compensar nuestra pereza o aprender a ser un gran oyente porque no estamos tan ocupados en el trabajo como los demás. De modo que nuestra falta de energía y resistencia puede llevarnos a desarrollar otras habilidades de verdadero valor, incluso si todavía somos flojos.

5. Adquirir virtudes a través de la humildad.

Cuando somos verdaderamente humildes acerca de nuestra pereza u otras debilidades, Dios puede enseñarnos a ser más compasivos sobre la pereza en los demás y sobre sus otras debilidades también. En una línea similar, puede ayudarnos a ser menos criticones, más indulgentes, menos críticos, más caritativos, menos competitivos, más dependientes de Él y menos dependientes del hombre, todos los cuales son fortalezas o virtudes de valor excepcional para nuestras almas. Tales virtudes vienen a través de la humildad, independientemente de la debilidad específica por la que debemos ser humildes. ¿Podrían ser estas las fortalezas que Dios está más interesado en dotarnos a través de nuestra debilidad?

6. Participa en la generosidad de Dios.

Finalmente, Dios puede simplemente compensar nuestra debilidad con Su Espíritu y poder, como testificar a otros que nuestro mensaje es verdadero aun cuando no pudimos escribir nuestro discurso en la reunión sacramental hasta esa misma mañana porque teníamos pereza. Aquí es donde más me admiro de la misericordiosa y de la bondad compasiva de Dios hacia mi debilidad.

Fuente: Artículo originalmente escrito por Dra. Wendy Ulrich y publicado en ldsliving.com, titulado "6 Ways God's Grace Turns Our Weaknesses into Strengths". Traducido al español por Dastin Cruz para MundoSion.org

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