El élder y la hermana Renlund dicen como los que están fuera de la Iglesia pueden acceder al poder del Sacerdocio

Traducido por Dastin Cruz

Todas las bendiciones provienen del poder y la autoridad total del sacerdocio de Dios. El poder y las bendiciones del sacerdocio, según esa definición ampliada, han estado y siempre estarán disponibles para todos los que califiquen, sin restricciones basadas en el género, el orden del nacimiento o el linaje. Este principio se puede ver fácilmente a partir de múltiples ejemplos en los que el poder de Dios se manifestó en un momento en que el sacerdocio otorgado no existía en la tierra. Muchas personas espirituales y devotas cumplieron con las leyes que gobiernan la recepción de las bendiciones de Dios, sin haber recibido ninguna ordenación del sacerdocio. Los reformadores cristianos como William Tyndale, Martin Lutero y Juan Calvino recibieron el poder de Dios mientras traducían la Biblia y participaban en otras actividades inspiradas.

Incluso después de la Gran Apostasía, Dios no estaba "dansose una siesta" hasta que el sacerdocio fuera conferido a José Smith y Oliver Cowdery el 15 de mayo de 1829 (Doctrina y Convenios 13).1 Antes y después de la Reforma, Dios bendijo a hombres y mujeres, protestantes, católicos y no cristianos por su poder y autoridad del sacerdocio mientras oraban y vivían según la luz y el conocimiento que ellos recibían.

José Smith originalmente accedió al poder y autoridad del sacerdocio de Dios sin las llaves del sacerdocio y sin la autoridad conferida del sacerdocio. Dios el Padre y Jesucristo se aparecieron a José Smith después de su sincera oración antes de que las llaves del sacerdocio hubieran sido restauradas en la tierra. El Libro de Mormón fue traducido en parte por el don y el poder de Dios antes de que José Smith recibiera la ordenación del sacerdocio. ¿A qué poder tuvo acceso José Smith? La única respuesta es el poder y la autoridad del sacerdocio de Dios.

Lo mismo es cierto hoy, aunque las llaves del sacerdocio están en la tierra. Las personas que no son miembros de la Iglesia o a quienes no se les ha conferido el sacerdocio oran y reciben respuestas, ejercen la fe y son sanados. Aquellos que viven los mandamientos de Dios son bendecidos.

A través de la revelación, sabemos mucho sobre el poder y la autoridad que Dios ha delegado a los hombres a través de la ordenación del sacerdocio.2 Sabemos que las llaves del sacerdocio necesariamente deben funcionar dentro del contexto del poder y la autoridad total del sacerdocio de Dios. Todas las llaves del sacerdocio para la tierra están en manos de Jesucristo, y el sacerdocio otorgado a los hombres mortales fue nombrado antiguamente según Él: el Santo Sacerdocio, según el orden del Hijo de Dios (Doctrina y Convenios 107: 2-3). Esta es la razón por la cual los poseedores ordenados del sacerdocio actúan en el nombre de Jesucristo. En esta función, un poseedor del sacerdocio realiza ordenanzas que Dios reconocerá como válidas. La autoridad conferida del sacerdocio también incluye el derecho y la responsabilidad de presidir dentro de la estructura organizativa de la Iglesia. A través de las llaves del sacerdocio, Dios gobierna Su Iglesia. Por la autoridad conferida del sacerdocio, se predica el evangelio y se realizan las ordenanzas de salvación y exaltación tanto para los vivos como para los muertos.

El sacerdocio es el conducto para obtener la revelación en la Iglesia, el canal a través del cual Dios se revela a Sí mismo y Su gloria, Sus intenciones y Sus propósitos. Aunque los hombres y las mujeres reciben revelación a través del poder del sacerdocio de Dios por sus mayordomías y responsabilidades específicas, el Sacerdocio de Melquisedec tiene "la llave de los misterios del reino, incluso la llave del conocimiento de Dios" (Doctrina y Convenios 84: 19-20).3 A través de aquellos que poseen las llaves del sacerdocio, se transmiten la mente y la voluntad de Dios para su pueblo como un todo. Cuando Sus siervos emplean el sacerdocio en Su misión, funciona como si lo hiciera por la boca y la mano del Señor (Doctrina y Convenios 1:38).


Extraído del libro "Sacerdocio de Melquisedec" por el Élder y la Hermana Renlund
Artículo originalmente publicado en ldsliving.com con el título “Elder and Sister Renlund on How Those Outside the Church Can Access Priesthood Power”. Traducido y publicado en español por www.4mormon.ml

Notas

1. See Terryl Givens and Fiona Givens, The Crucible of Doubt: Reflections on the Quest for Faith (2014), 87.
3.Man, however, cannot take such priesthood power unto himself; it must be conferred by God through His servants (see Hebrews 5:4; Doctrine and Covenants 1:38). Unauthorized use of the priesthood is invalid, sinful, and frequently punished (see the examples of Korah [Numbers 16], Miriam [Exodus 15:20; Numbers 12], Uzza [1 Chronicles 13:10], Saul [1 Samuel 13:5–14], Uzziah [2 Chronicles 26], and Sceva’s sons [Acts 19:13–17]).
3.Teachings of Presidents of the Church: Joseph Smith (2007), 108–9.


Este perspicaz libro del élder Dale G. y la hermana Ruth Lybbert Renlund ayuda a los hombres a comprender mejor los principios y la doctrina del Sacerdocio de Melquisedec y aprenden cómo ejercitarlo adecuadamente en sus vidas cotidianas. La Sección Uno presenta los fundamentos del sacerdocio, explicando conceptos básicos sobre lo que es, para qué sirve y los mandamientos que rigen su uso. La sección dos brinda quince principios que actúan como una "guía" para usar el sacerdocio de manera más efectiva

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