Traducción Dastin Cruz
Seamos honestos, todos tenemos preguntas grandes y pequeñas
El otro día estaba visitando a mi hermano, y él me preguntó qué libros había leído recientemente.
"Por lo general estoy estudiando el Antiguo Testamento", respondí.
Eso provocó que levantara las cejas. No es mi género habitual de elección.
"Un día me encontré con un libro sobre la autoría de Génesis, y me enganché en su lectura. Los eruditos bíblicos me han enseñado más acerca de la Biblia de lo que podría haberlo imaginado por mi cuenta ".
Mi respuesta debe haberlo convencido de que ahora era un experta en la Biblia porque su expresión se volvió más seria.
"Entonces tengo una pregunta", se aventuró.
"¿De verdad crees que hubo una inundación global?", preguntó, mientras modelaba la forma de la tierra con sus manos.
"Espera. Hazlo de nuevo", respondí rápidamente.
Esta vez, sus manos permanecieron inmóviles mientras formulaba la pregunta.
"No. Haz la pregunta como lo hiciste la primera vez con tus movimientos de mano ".
Después de repetir la maniobra, le hice una simple pregunta: "¿No era el mundo plano hasta 1492, cuando Colón navegó el azul océano?"
Él rió.
"Hace la diferencia cuando lo piensas desde la perspectiva de los narradores bíblicos, ¿no es así?"
Este era un lado de mi hermano que no había visto antes. Tímidamente me confesó que había estado reflexionando sobre este y otros temas, principalmente sobre la historia de la Iglesia SUD, durante casi cuarenta años. Qué bueno hubiera sido tener esta conversación años antes. Pero, de nuevo, ¿A qué recursos lo habría dirigido aún hace cinco años? No había imágenes de piedras videntes ni ensayos de Temas del Evangelio.
¿Qué hacer con tus preguntas?
Para mi hermano, estas preguntas solo eran parte de su ruido de fondo normal y no eran molestas en lo particular. Pero para otros, este tipo de preguntas son una gran distracción. Y en una cultura acostumbrada al acceso instantáneo de la información, las personas a menudo recurren a Internet en busca de respuestas.
Mis hijos jóvenes lo hicieron. Y, como muchos otros, les sorprendieron las cosas que encontraban que contradecían las percepciones sobre la historia de la Iglesia y los temas del Evangelio. Habiéndose encontrado con esta nueva información fuera de los canales de nutrición como el estudio familiar y la instrucción respaldada por la iglesia, se sintieron traicionados.
Como madre, no estaba preparada para responder sus preguntas. Mi lámpara estaba vacía. Totalmente seca. La vida me había sorprendido sin preparación. Tuve experiencias espirituales para compartir y un testimonio anclado en el evangelio. Pero el aceite que buscaban consistía en detalles, contexto y una guía para ayudarlos a evaluar esta nueva información.
Un nuevo plan de juego
El élder M. Russell Ballard declaró recientemente en un discurso a los maestros del SEI que el plan de estudios de la Iglesia "aunque bien pensado, no preparaba a los alumnos para hoy día, un día en que los alumnos tienen acceso instantáneo casi a todo lo relacionado con la Iglesia desde todos los puntos de vista posibles".
Y, lamentablemente, no preparó a los padres para proteger a sus hijos de los peligros de navegar en Internet en aguas infestadas de tiburones. Hasta el momento, nadie ha desarrollado un filtro de precisión para el Internet. ¿Pero es eso lo que realmente necesitamos? ¿No sería mejor si todos tuviéramos una base de conocimiento suficiente para ser consumidores críticos de información sobre la Iglesia?
El élder Ballard también enfatizó que el hogar es el primer lugar en el que se deben presentar a nuestros jóvenes los "recursos autorizados sobre temas que pueden ser menos conocidos o controversiales". Una habilidad esencial que podemos enseñarles a nuestros hijos es reconocer "recursos autorizados". Al evaluar la información, todos debemos hacernos estas preguntas:
"¿Cuáles son las credenciales del autor?"
"¿Cuándo fue escrito esto?"
"¿Cuáles son las motivaciones del autor para publicar esta obra?"
"¿Este artículo o libro ha sido revisado por pares?"
Enseñanza y aprendizaje autónomo
A nadie le gusta que lo sorprendan sin preparación, y no iba a dejar volviese a suceder. Para mí, esto significó investigar estos temas potencialmente desafiantes e incorporar discusiones sobre los temas en nuestro estudio regular del Evangelio.
Mis objetivos eran simples:
Inoculación. Como madre, tuve el poder de quitar el elemento sorpresa al aprender sobre algunos de los aspectos más difíciles de entender de la doctrina SUD y la historia de la Iglesia. Habiendo ya estudiado estos temas, mis hijos podrían reconocer más fácilmente las verdades a medias y las falsedades que puedan encontrar más adelante.
Confianza. Enseñar estos temas a mis hijos fortalecería nuestra relación. A medida que sus preguntas fueron abordadas y conversadas, se desarrollaría la confianza. Verían nuestro hogar como un lugar seguro para la exploración intelectual y espiritual.
Habilidades para la vida. Admitir no saber las cosas mientras se aferra a cosas que uno sabe es una habilidad vital valiosa. El solo hecho de mostrar fe reconoce que hay incertidumbres. En nuestra vida cotidiana, podemos trabajar en medio de una gran cantidad de incógnitas. Abrazar esta misma habilidad en nuestras vidas espirituales es esencial.
¿Dónde está el Manual?
Encontrar recursos para lograr estos objetivos resultó difícil. Una búsqueda superficial en Internet o incluso horas de escuchar podcasts no generaría un nivel de comprensión equivalente al de los estudiosos que han estudiado estos temas durante décadas.
Lo que necesitaba era un texto básico sobre cada uno de los temas, y para eso necesitaría ayuda. Entonces me acerqué a respetados académicos SUD y les pregunté si resumirían su investigación no solo para mí y mis hijos, sino también para los demás miembros de la Iglesia. No estoy seguro si fue un movimiento audaz o desesperado, pero funcionó.
A Reason for Faith: Navigating LDS Doctrine and Church History (Una razón para la fe: Navegando por la Doctrina SUD y la Historia de la Iglesia) es una colección de ensayos cortos sobre 17 temas controvertidos que van desde José Smith y sus años como buscador de tesoros hasta la relación entre la religión y la ciencia.
Colectivamente, los autores de estos ensayos han escrito más de 85 libros, han escrito cientos de artículos académicos y han dedicado un promedio de 25 años a la investigación. Su profundo conocimiento les permite compartir detalles confiables, perspectivas maduras y un contexto valioso para los temas delicados que se discuten con más frecuencia en lugares tan diversos como los foros en línea y en las aulas de la Escuela Dominical.
La investigación seria no necesita ser vista como una expresión de duda. Necesitamos desestigmatizar el proceso de cuestionamiento y, en cambio, capitalizar su capacidad para llevarnos a un lugar donde podamos incrementar el aprendizaje. Después de todo, ¿No fue una pregunta la que llevo a José Smith a una arboleda hace casi doscientos años?
Este libro no pretende proporcionar respuestas a todas las preguntas, sino proporcionar detalles y el contexto fiables, herramientas para comenzar un viaje de descubrimiento. Porque es la búsqueda continua de la verdad, a pesar de la presencia de preguntas persistentes, que finalmente nos dará una razón para la fe.
Este artículo fue escrito originalmente por Laura Harris Hales y fue publicado por ldsliving.com el título: "3 Reasons You Should Talk to Your Children About Controversial Church Topics". Traducido al español por 4mormon.ml
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