3 cosas que no sabías sobre tu conexión con el convenio Abrahámico

Traducido por Dastin Cruz

Hay más en el convenio Abrahámico de lo que la mayoría de la gente piensa. Sigue leyendo para descubrir tres cosas que probablemente no sabías acerca de algunas de las mayores bendiciones prometidas a los del convenio.

Todos sueñan al menos una vez en su vida de descubrir un tesoro escondido o perdido. Sin embargo, creo que las Escrituras están llenas de tesoros escondidos, por así decirlo, esperando solo que los descubramos. El convenio Abrahámico está ciertamente en la parte superior de la lista de tales tesoros. Escuchamos una lección sobre el convenio abrahámico cada pocos años y quizás lo veamos como algo grandioso, pero como algo que le sucedió a alguien más y hace mucho tiempo. Solo si podemos ir más allá de ese punto y verlo como algo muy real, personal y aplicable, no solo para un profeta del Antiguo Testamento, entonces podemos reconocer este convenio como el tesoro que es.

Esperemos que cuando empiezas a ver cuán prevalente es en las Escrituras, cómo las mismas bendiciones prometidas a Abraham pueden ser tuyas, y cómo se relaciona con tu experiencia en el templo, tu estudio de las Escrituras, tu vida y tu adoración en la casa del Señor serán más significativas y atesoradas Aquí hay tres cosas importantes para entender sobre este convenio eterno:

1. El convenio abrahámico es uno de los temas más prominentes en todas las escrituras.

Sin duda, has leído sobre "el Dios de Abraham, Isaac y Jacob" en las Escrituras. Esta frase se refiere al convenio abrahámico porque habla del Dios que hizo convenio con Abraham y lo renovó a través de Isaac y Jacob. La gente adora a muchos "dioses" diferentes, que van desde los deportes a los alimentos y hasta supermodelos. Pero el Dios de Abraham, Isaac y Jacob es el único Dios verdadero y viviente, y el único Dios al que vale la pena entregar nuestros corazones. Y Él es un Dios muy personal porque hizo promesas específicas de bendiciones infinitas para Abraham, Isaac y Jacob.

Del mismo modo, cuando el nombre de Jacob fue cambiado a Israel y su familia se dividió en las "tribus de Israel", esto también fue una referencia del convenio abrahámico, refiriéndose al convenio del Señor con el pueblo de Israel, el mismo convenio hecho con Abraham.

Sume todas las referencias y hay más de 3.000 menciones del convenio abrahámico en los libros canónicos. Eso es aproximadamente una referencia del convenio abrahámico por cada página de las Escrituras. Sí y eso es mucho. Por el contrario, las referencias al arrepentimiento solo suman 951. La fe aparece 861 veces, el amor 550 veces y la misericordia 520. Todos estos son temas del evangelio muy importantes, pero no aparecen con tanta frecuencia como el convenio abrahámico. Quizás el Señor está tratando de enseñarnos algo. Noten en particular las enseñanzas del Salvador a los nefitas después de su resurrección. Después de establecer la doctrina correcta del bautismo (3 Nefi 11) y de enseñar la esencia del cristianismo en el Sermón del Monte (conocido en el Libro de Mormón como el Sermón del Templo a los nefitas) en 3 Nefi 12-14, las enseñanzas del Salvador se centran principalmente en Israel y en el convenio abrahámico (véase 3 Nefi 15, 18-21).

A medida que empiezes a reconocer estas referencias por todas las Escrituras, puedes encontrarte (como yo) susurrando mientras estudias las Escrituras: "Oye, esa es una referencia del convenio abrahámico". Y cuando eso suceda, descubrirás un significado completamente nuevo en casi todas las páginas de estudio de las Escrituras.

2. El convenio abrahámico es para nosotros.

¿Cuál es el mensaje predominante del convenio abrahámico en las Escrituras? En pocas palabras, las promesas del Señor a Abraham, Isaac y Jacob también son promesas para nosotros en los últimos días. Le prometió a Abraham que Él estaría con él, que bendeciría a los que lo bendijeran y maldeciría a los que lo maldigan. ¡Tenemos acceso a esas mismas bendiciones atualmente a través del mismo convenio! Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días pueden ser llamados legítimamente el "Israel moderno" o "los hijos de Abraham". Entre otras bendiciones, estos términos significan que nuestro Dios nos está cuidando de la misma manera que cuidó a los israelitas cuando partió el Mar Rojo, les proporcionó maná todas las mañanas, agua de una roca para saciar su sed, una nube para protegerlos y una columna de fuego para iluminar la oscuridad para ellos. Ser un heredero del convenio nos da una gran esperanza de buscar y encontrar nuestro propio "maná", "agua", "sombra" y la luz de nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador.

¡Y estas son solo algunas de las bendiciones prometidas a Abraham! Normalmente pensamos en las bendiciones del convenio abrahámico como "las tres P" en ingles: sacerdocio (priesthood), posteridad y tierra prometida. Al sumar y juntar estas bendiciones, representan la plenitud de las bendiciones del Padre Celestial en el tiempo y en la eternidad. Eso significa que las bendiciones del convenio abrahámico son las bendiciones de la vida eterna y la exaltación. En última instancia, estas bendiciones son para recibir y compartir todo lo que el Padre tiene (D. y C. 84:38). Las palabras del padre del hijo pródigo dan el mismo mensaje que nuestro Padre Celestial nos enseña a través del convenio abrahámico: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas." (Lucas 15:31). Ese es el mensaje de las bendiciones de la vida eterna prometidas a Abraham, y esas son las mismas bendiciones que se nos prometen en el Evangelio restaurado de Jesucristo. Si nos mantenemos fieles a nuestros convenios a través de todas nuestras pruebas y desafíos, como lo hizo Abraham, podemos tener una esperanza segura de una eternidad más allá de lo que nuestras mentes puedan imaginar.

Todo esto es posible porque tenemos acceso al mismo convenio, las mismas promesas que Abraham, Isaac y Jacob. "Esta promesa es para ti también, pues eres de Abraham, y a él se le hizo la promesa; y por esta ley se realiza la continuación de las obras de mi Padre, en las cuales se glorifica a sí mismo." (D. y C. 132: 31).

3. El templo es la puerta de entrada a la plenitud de la bendición del convenio abrahámico.

Las bendiciones provienen de hacer y guardar los convenios, y los convenios se reciben con mayor frecuencia en el Evangelio a través de ordenanzas. Entonces, si vamos a recibir las bendiciones prometidas a Abraham, ¿Cuáles son las ordenanzas que acompañan al convenio abrahámico y conducen a sus bendiciones? Son las ordenanzas del templo.

A Abraham se le prometieron las bendiciones del convenio en varios capítulos diferentes en Génesis. Cada una de estas promesas fue acompañada por diferentes leyes o mandamientos que el Señor le dio a Abraham (Véase Génesis 12, 15, 17 y 22) y se dieron a lo largo de muchos años, incluso décadas. No todos vinieron a la vez. Abraham tuvo que probarse a sí mismo a través de grandes obras de fe, obediencia, sacrificio, rectitud, fidelidad y prueba de su dignidad a través de las pruebas más difíciles posibles. Cuando él pasó su prueba final al estar dispuesto a ofrecer a su único hijo, Isaac, el Señor eliminó todas las condiciones de las bendiciones y le juró con juramento que recibiría las bendiciones eternamente (Génesis 22:16).

En el templo, los convenios y las bendiciones también se dan en incrementos a través de diferentes ordenanzas del templo. Las ordenanzas restauradas del templo individual y colectivamente hacen que estas bendiciones prometidas sean muy específicas, muy personales y muy reales para cada uno de nosotros, a medida que crecemos en la comprensión y en la apreciación de ellas. Las promesas que hacemos (las "obras de Abraham" (D. y C. 132: 32) enseñadas por el Salvador) marcan el camino para nuestra preparación y dignidad para recibir esas bendiciones en las eternidades.

Las ordenanzas individuales y colectivas del templo despliegan las mismas bendiciones del sacerdocio eterno, las familias eternas y el reino celestial que se le prometió a Abraham. A medida que veas y reconozcas estas bendiciones en las diversas ordenanzas del templo, tu comprensión y aprecio por ellas se ampliará y profundizará drásticamente. En el templo, con la ayuda del Espíritu Santo, verás cuán personalmente el Señor te hace estas promesas, tal como lo hizo con Abraham. Verás las "obras" requeridas de Abraham para recibir esas bendiciones y verás cómo tu camino hacia estas bendiciones sigue su camino. A través de las ordenanzas y los convenios del templo, esas bendiciones son nuestras para recibirlas o perderlas. Podemos elegir reclamarlos aprendiendo y haciendo las obras de Abraham.


Este artículo fue escrito originalmente por Mark A. Shields y fue publicado por ldsliving.com el título: "3 Things You Didn’t Know About Your Connection to the Abrahamic Covenant". Traducido al español por 4mormon.ml

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