Últimos mensajes del Elder Robert D. Hales en las Redes Sociales


Tras la triste partida del Élder Robert D. Hales compartimos sus últimas publicaciones en las redes sociales. Su último mensaje en la red social de Facebook el 13 de Septiembre fue:
Al prepararse para el sacrificio expiatorio, Jesús oró a Su Padre en el Jardín de Getsemaní cuando tomó sobre sí los pecados, los dolores y el sufrimiento de toda la humanidad. En esas horas de soledad, nuevamente dejó claro que Él no estaba haciendo Su obra.

Él oró: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.
En ese momento tan crucial para Él y para todos nosotros, no se hablaba a Sí mismo ni dependía de Su propia fuerza. Él acudió a Su Padre, el Dios Omnipotente, para que lo sostuviera y le permitiera hacer la voluntad de Su Padre; y Su Padre envió un ángel “del cielo para fortalecerle”.
Aprecio tanto el amor que el Padre siente por Su Hijo y por todos nosotros..

En Twitter el Élder Hales publicó:
Nuestro Salvador conoce nuestros corazones, de cada persona. Él conoce los dolores de nuestras almas, y Él nos socorrerá en nuestro tiempo de necesidad.
Otros mensajes de Facebook son los siguientes
¿Recuerdan haber tenido temor a la oscuridad cuando eran niños? Al asustarse, probablemente hayan encendido las luces, ¡todas las luces de la casa! Y sus padres al regresar les habrán preguntado: “¿Por qué están encendidas todas las luces?” A continuación habrán procedido a darles un sermón sobre la economía familiar y el costo de la electricidad.
No obstante, ustedes descubrieron que, al encender una luz eléctrica o una vela, se disipaba la oscuridad y desaparecía el temor. Aprendieron una sencilla ley natural, que es también una ley espiritual: que la luz y las tinieblas no pueden ocupar un mismo espacio a la vez. Satanás y sus discípulos no toleran la luz espiritual del Evangelio, y deben irse inmediatamente cuando ésta aparece.
Si obedecemos los mandamientos, nuestra faz está iluminada por la luz del Evangelio. Con esa luz espiritual, ya no nos extraviamos en los senderos tenebrosos y extraños del adversario donde nos perdemos, nos desanimamos, nos deprimimos y tememos. Si andamos en la luz del Evangelio, no perderemos de vista nuestras metas eternas.

Cuando la hermana Hales y yo nos casamos, el élder Harold B. Lee me dio un hermoso consejo sobre el matrimonio:
“Lleve a casa flores con suficiente frecuencia para que su esposa no se pregunte, ‘¿Qué pasa?’ Sea atento con su amada esposa de la misma forma en que lo ha sido para llevarla al templo”, aconsejó el élder Lee, “para que después de esta vida, ella quiera estar con usted por tiempo y por toda la eternidad”. Esa fue una gran lección para mí.
Para lograr ese amor a lo largo de nuestra vida de casados en la tierra, tenemos que mantenerlo vivo, alimentándolo cada día. Esta es la manera para que nuestro matrimonio progrese, de ser una sencilla ceremonia en el templo a realmente tener naturaleza celestial.

En la última conferencia general, hable de cómo los discípulos de Jesucristo viven a fin de que sus características se tejan en cada fibra de su ser, como en un tapiz espiritual. Estos atributos son características entretejidas, que se integran una a la otra, y que se desarrollan en nosotros en forma interrelacionada. En otras palabras, no podemos adquirir una característica de Cristo sin obtener otras a su vez, o sin que influya en las otras también. A medida que una característica se hace fuerte, también se fortalecen muchas otras.

Todos pueden ser un discípulo del Salvador. Los invito hoy a comenzar a esforzarse por ser un discípulo más dedicado de Jesucristo. A medida que lo hagan, las características del Salvador les serán entretejidas, añadidas y fortalecidas interactivamente.


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