Por Casey Paul Griffiths, Mary Jane Woodger y Susan Easton Black, extraído de "What You Didn't Know About the 100 Most Important Events in Church History" [“Lo que no sabía acerca de los 100 eventos más importantes de la historia de la Iglesia”]
Traducción Libre Por Dastin Cruz
Partiendo desde Fort Laramie, una compañía de vanguardia de santos, incluyendo al presidente Brigham Young, caminó a través de las altas planicies de Wyoming, pasando tales lugares emblemáticos como Independence Rock, Devil’s Gate, y el Paso del Sur. Durante esta fase del viaje, los pioneros encontraron a Jim Bridger, el legendario hombre de la montaña que ofreció consejo y aliento sobre el territorio desconocido que se extiende ante ellos. Bridger les habló con optimismo, aunque con cautela, sobre el Valle del Lago Salado. Wilford Woodruff escribió, “Él habló . . . de manera muy positiva sobre el Gran Lago Salado como establecimiento”, pero advirtió “solamente había una cosa que podría operar en contra de ellos. .. eso sería la helada”.
Con la advertencia de Bridger todavía resonando en sus oídos, menos de dos días después el grupo se reunió con Sam Brannan, el pintoresco líder de los santos que habían navegado alrededor del Cono de Sudamérica y se había establecido en el norte de California. Brannan trajo relatos del desafortunado grupo de Donner-Reed y habló maravillas a Brigham Young y a otros del hermoso y templado territorio de la costa del Pacífico. Brigham escuchó con cauteloso escepticismo, pero permaneció impertérrito en su búsqueda de un nuevo hogar en las montañas Rocosas.
Cuando la compañía de vanguardia se acercó al destino elegido, el peligro acechó al campamento. La fiebre de las Montañas Rocosas, enfermedad propagada por garrapatas y caracterizada por escalofríos, tos seca, fuertes dolores de cabeza, dolores agudos en todo el cuerpo, fiebre y delirio, resultó debilitante y a veces letal.
El élder Heber C. Kimball, segundo al mando del campamento, pidió que los pioneros “se humillen ante el Señor para que obtengamos poder para con Él, para alejar a la enfermedad de entre nosotros”. El élder Wilford Woodruff dijo: “El diablo se esforzó constantemente por impedir nuestro progreso y frustrar los propósitos de Dios, y ahora, al hacer que el Presidente estuviera enfermo, impedía que llegáramos a tiempo para volver a nuestras familias”.
Con Brigham Young languideciendo, Heber C. Kimball envió a Orson Pratt, John Brown, y a algunos otros en un grupo de reconocimiento para localizar el Valle del Lago Salado. El élder Pratt y su pequeño grupo entraron en el valle el 20 de Julio. Después de reunirse con ellos a su regreso, Brigham declaró: “Sé que es el lugar y hemos venido aquí de acuerdo con la sugerencia y dirección de José Smith quien fue martirizado. La palabra del Señor era ir a ese valle y el mejor lugar que podamos encontrar en el es el lugar. Oré para que nos guiara directamente al mejor lugar, lo cual hizo, pues después de buscar no podemos encontrar nada mejor”.
Todavía débil pero recuperándose, Brigham Young vio el Valle del Lago Salado por primera vez el 28 de Julio. Según la historia familiar, Brigham Young contempló la vista y dijo: “Este es el lugar correcto; continuemos”.
Hay poca evidencia por parte de la compañía de vanguardia de que Brigham hubiera hecho esta proclamación, sin embargo, si lo hizo, no se registró en los relatos contemporáneos del acontecimiento. Aunque las palabras exactas del presidente Young en tal ocasión no puedan ser conocidas, Wilford Woodruff resumió la reacción de Brigham a ver el valle de la siguiente manera: “El presidente Young expresó su plena satisfacción por la apariencia del valle como un lugar de descanso para los santos y estaba ampliamente recompensado por su viaje”.
Los profesores de Historia de la Iglesia BYU Casey Paul Griffiths, Susan Easton Black y Mary Jane Woodger han escrito fascinantes viñetas sobre nuestra historia, que van desde eventos familiares, tales como la Primera Visión, el viaje hacia el oeste y el origen de la Primaria, eventos no conocidos, tales como el movimiento de retención, el manifiesto político, y los inicios de seminarios e institutos.
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Fuente: www.ldsliving.com
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