Enciclopedia del Mormonismo: Orden Patriarcal del Sacerdocio

Autor: Mckinlay, Lynn A.
Traducción Libre: DPCS (Administrador del Blog)

Para los Santos de los Últimos Días, el orden patriarcal del sacerdocio es el poder de organización y el principio de la vida familiar celestial. Es la forma de gobierno supremo e ideal. Responde a la interrogante del élder Parley P. Pratt: "¿Quién puede soportar ser desterrado para siempre y separado de su padre, madre, esposa, hijos y todo afecto fraternal, y de todos los lazos familiares"  (Pratt, Utah Genealogical and Historical Magazine 23 [Apr. 1932]:59).

En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hay dos divisiones del sacerdocio: el Aarónico y el de Melquisedec. El orden más alto del Sacerdocio de Melquisedec es la autoridad patriarcal. La orden fue establecida por Dios con el padre Adán y nuestra madre Eva. Son la fuente y los progenitores de toda vida, y aparecerán en la culminación de la historia de la tierra a la cabeza de toda familia sellada de los redimidos. Las promesas hechas a Abraham y Sara pertenecen a este mismo orden.

Los tres principios que subyacen en el orden patriarcal son: En primer lugar, los padres primarios de la raza humana estaban en su estado paradisíaco en el Edén, unidos en lazos eternos antes de que la muerte entrara en sus vidas. En segundo lugar, la caída del hombre y la fuente continua de degeneración en este mundo han dado como resultado el alejamiento de los padres a Dios, el uno del otro, y de sus hijos. En tercer lugar, la sanación de esta discontinua armonía es la esencia de la vida eterna, que es la perpetuación de los poderes de la creación y de la procreación-progenie eterna.

El orden patriarcal es, en palabras de Elder James E. Talmage, una condición en donde la "mujer comparte con el hombre las bendiciones del sacerdocio", donde el marido y la mujer ministran, "ven y entienden por igual, y cooperan al máximo en el gobierno de su reino familiar " (Young Woman's Journal 25 [Oct. 1914]:602-603). Un hombre no puede retener este sacerdocio sin una esposa, y una mujer no puede compartir las bendiciones de este sacerdocio sin un esposo, sellados en el templo.

Con respecto a la autoridad patriarcal, el profeta José Smith amonestó a los santos: "vayan y terminen el templo [de Nauvoo], y Dios los llenará con poder, y entonces recibirán un mayor conocimiento acerca de este sacerdocio" (EPJS, p 323, cf. . D. y C. 107:18, 20). Este sacerdocio y sus poderes asociados se introdujeron en Nauvoo, Illinois, en 1843. Se confirió primero sobre la Primera Presidencia, los apóstoles, y sus esposas (WJS, pp. 244-45).

Hoy en día, esposos y esposas dedicados entran en este orden en el templo en un convenio con Dios. Las bendiciones de este sacerdocio se dan únicamente a los esposos y esposas juntos. Sus convenios que se extienden más allá de esta vida (D. y C. 76:59, 60), más allá de la muerte (D. y C. 132: 20-24), y de la resurrección, a la vida eterna, el eterno don y receptor de la vida.

Así unidos, trabajan en amor, fe y armonía para la glorificación de su familia. Si no están unidos en obediente amor, si no son uno, no son del Señor. Con el tiempo, a través de esta orden, las familias serán ligados en lazos indisolubles hasta retroceder de nuevo a los primeros padres, y avanzar todo el camino hasta el último niño nacido en este mundo. Este orden sacerdotal será tanto en el medio como el fin de la reconciliación, la redención, la paz, la alegría, y la vida eterna.

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