Opiniones de Académicos SUD sobre “las Piedras Videntes y el Sombrero” usadas por José Smith

Por Daniel Peterson
Deseret News - 26 de marzo, 2015

Algunos críticos de José Smith se burlan del hecho de que parte del proceso de traducción del Libro de Mormón aparentemente fue dictado mientras miraba a una piedra que había puesto en un sombrero.

Sin embargo, en vez de ser evidencia dañina en contra de sus argumentos y en contra del Libro de Mormón, este hecho puede apoyar mucho su plausibilidad. El Señor ha dicho que él hace que las cosas (aparentemente) débiles se hagan fuertes (Éter 12:27), y este parece ser otro ejemplo de eso.

Consideren a un Smartphone o un lector electrónico, por ejemplo. Sus pantallas son difíciles de leer a la luz del sol y necesitan sombra. O consideren sus computadoras personales. Probablemente no las ponen directamente en frente de una ventana, donde la luz brille en sus caras. Necesita contraste de la obscuridad para que pueda ver la pantalla sin esforzarse, y especialmente si las observa por largos períodos de tiempo. De otra manera, sus ojos van a cansarse y le va a doler la cabeza.

Ahora consideren a José Smith. Según aquellos que estaban familiarizados con el proceso, él dictó el Libro de Mormón directamente de las palabras que aparecían en la “piedra vidente” o (lo mismo que) en el Urim y Tumim. Él en pocas ocasiones, o nunca, había tenido las planchas con él; de todos modos, él no podía leer lo que decían a menos que fuera por medio de la revelación, y él podía recibir revelación (por medio de los “intérpretes”) igual de fácil con o sin las planchas. (¿Entonces por qué fueron las planchas necesarias? Tal vez para, entre otras cosas, asegurarlo y a sus testigos que las vieron y testificaron de ellas, y tal vez también a nosotros, que estaba lidiando con algo objetivamente real y externo a sí mismo).

La evidencia indica que José dictó el Libro de Mormón en un período de tres meses (o tal vez menos). Sus escribas necesitaban luz para trabajar, pero es muy comprensible que José buscara reducir la fatiga de sus ojos usando un sombrero que excluyera la luz del ambiente.

Las implicaciones de esto, sin embargo, son intrigantes. Un manuscrito escondido en el fondo de un sombrero sería difícil, sino imposible, de leer. Sin embargo José dictó el Libro de Mormón, unas 270.000 palabras, en más o menos entre 60 y 90 días. Esto es aproximadamente entre 3.000 y 4.500 palabras cada día, sin revisiones o reescrituras significativas. (Los escritores experimentados inmediatamente se darán cuenta que ésta es una velocidad impresionante.) O, para ponerlo de otra manera, este joven, con sólo un par de meses de educación, dictó entre seis y nueve páginas de la edición impresa actual en inglés cada día durante dos o tres meses.

¿Lo había memorizado? Eso Parece poco probable.

¿Lo estaba creando en el momento? Eso habría sido un logro increíble. Y la evidencia prueba lo contrario.

Por ejemplo, él mismo estaba a veces sorprendido por lo que leía. No podía pronunciar muchos nombres propios, por ejemplo, y tenía que deletrearlos. Estaba preocupado cuando leyó sobre los muros de Jerusalén; nunca había visto una ciudad rodeada por paredes, y necesitaba que su esposa le afirmara que era cierto (Véase “David Whitmer Interviews: A Restoration Witness,” Lyndon W. Cook, Grandin Book Company, 1991). 

Cuando llegaba a una interrupción en el texto, hacía que su escriba anotara “capítulo”. Esto sucedió a través del libro de 1 Nefi, por ejemplo, y también ocurrió al final de ese libro. Pero entonces, cuando se dio cuenta que habían llegado a una interrupción entre dos libros, tacharon la palabra “capítulo” y la reemplazaron con “El Libro de Nefi”, marcando el comienzo de 2 Nefi (Véase “The Original Manuscript of the Book of Mormon: Typographical Facsimile of the Extant Text,” edited by Royal Skousen, FARMS, 2001; and Skousen’s “Translating the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript,” in “Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins,” edited by Noel B. Reynolds, FARMS, 1997).

Parece, por lo tanto, que José estaba dictando de un texto que no le era familiar. También parece que lo que estaba leyendo estaba proveyendo su propia fuente de luz, tal que podía leerlo aun cuando ordinaria luz era excluida, en lo que un historiador famosamente llamó “un mundo iluminado sólo por fuego”. Eso suena demasiado como el método de traducción descrito por el Profeta y otros testigos de la traducción, pero es difícil reconciliar con las teorías que los críticos típicamente ofrecen.

Las Piedras Videntes de José Smith

Por Richard Bushman

Richard Bushman es un historiador estadounidense y profesor emérito de Historia en la Universidad de Columbia. Él es el autor de la biografía de José Smith Rough Stone Rolling: Una Biografía Cultural del fundador del Mormonismo. También es miembro de la Junta Asesora General del Proyecto los Documentos de José Smith.


Esta fotografía será publicada en la revisa Ensign de octubre. Muestra una piedra que es reconocida como la “piedra  vidente” que fue usada durante la traducción del Libro de Mormón. | LDS.org
En cierto modo no son nada nuevo las fotos de la piedra vidente. Hemos sabido durante mucho tiempo que José encontró una piedra que usó para encontrar objetos perdidos y más tarde le ayudo en la traducción. El Urim y Tumim, el cual ha sido durante mucho tiempo parte de la historia, consistía en piedras de cristal, y hay un pasaje en DyC 130:10 sobre seres celestiales que recibieron una piedra blanca para revelar las cosas de los reinos superiores. (Algo así como si cada misionero recibiera un ipad.) Todo esto está escondido en los rincones de nuestra memoria como parte de la tecnología de la revelación.

¿Por qué entonces la imagen de una piedra marrón estriada nos causa problemas? Creo que es porque cruza una frontera a la que nos habíamos aferrado entre la religión y la superstición. Hemos sabido sobre las planchas de oro, del ángel y del Urim y Tumim por suficiente tiempo como para asimilarlos como religión respetable. Esas son las formas de Dios. En el otro lado de la frontera se encuentran la brujería, los hechizos y las cartas del tarot. Esas son supersticiones absurdas en las que sólo los ignorantes creen. Nosotros no queremos nada de eso.

La piedra vidente, situada allí como si recién acabara de ser desenterrada, cruza la línea al terreno de la superstición. ¿Queremos realmente ser parte de una religión que saca a la luz objetos y símbolos de la magia popular? Al hacerlo nos unimos a formar parte de una batalla que se ha librado durante cuatro siglos o más entre la magia y la religión. En el siglo XVII mucha gente religiosa creía en piedras videntes y en diversos tipos de aparatos mágicos. Eran instrumentos para alcanzar lo divino. En el siglo XVIII, todas esas cosas fueron desacreditadas por la Ilustración, y los Protestantes (más que los católicos) se deshicieron de tales cosas. Ese proceso se inició entre la clase alta de la sociedad y sólo se encaminó hacia abajo de manera gradual. La gente común en la época de José Smith estaba dividida. Muchos de sus vecinos creían en piedras videntes; otros las ridiculizaban. Él las hizo parte de su religión.

Las piedras videntes no me causan ningún problema. De hecho, me gustan. Ellas son parte de la materialidad mormona. Ellas sugieren que existe una tecnología de la revelación, algo parecido a los ipads, que nos ayudan a recibir inteligencia divina. No me suscribo al exceso de formalidad protestante sobre las formas adecuadas por las que Dios actúa y las de mala reputación. Estoy dispuesto a aceptar las formas de Dios, aun si fueran poco convencionales para los estándares de la Ilustración.

También estoy feliz de que la iglesia reveló esta piedra como parte de su política de transparencia. El Departamento Histórico está dispuesto a mostrar todo, al parecer, y dejar que las cosas caigan por su propio peso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante. Lo triste es que los críticos y sobre todo las personas que se burlan de nuestra religión le exigen a la Iglesia pruebas; la Iglesia a causa de su política de transparencia accede, y ellos continúan burlándose de nosotros. Por tanto, me queda confiar en la infinita misericordia y Amor del Padre Celestial para que las personas, lejos de contender, puedan abrir su mente, única forma de construir un mundo mejor, aún en nuestro tiempo de crisis.

Unknown dijo...

no es algo nuevo desde el antiguo israel se han utilizados objetos ,piedras y jamas has sido comparado con magia siempre a sido asi aun asi la tradicion de usar cosas objetos piedras y cosas es una manera en la que el señor puede mostrar su poder, cuando abrahma estuvo en ejpito dejo mucjos ejemplos de los cuales los ejipcios han dado mal uso y mezclarlo con magia como hueso de ave y huesos de personas la liahona tambien es un aobjeto que el señor utilizo para dar ayuda a lehi mientras seguian por el desierto entonces es algo de los videntes , como digo no es algo nuevo y la biblia asi como otros libros estan llenos de estas cosas. en cuanto a la pregunta¿Queremos realmente ser parte de una religión que saca a la luz objetos y símbolos de la magia popular? solo eliminaria magia popular por dos cosas.. primero no es popular y segudo no es magia, lo demas simbolos y objetos claro que si! desde tiempos antiguos el señor a utilizado este medio" para ayudarnos a seguir un camino mas seguro

José Fraguas dijo...

Volvemos a la pregunta clasica.
El libro de Mormon es verdadero?
Yo siempte contesto lo mismo:
no lo esta usted viendo ? Pues si esta ahi y usted lo ve y lo lee quiere decir que es verdadero. Si Jose Smith lo inventó o recibio orden de traducirlo en realidad no es tan importante. Y si necesitó una piedra de vidente o una tinta especial es irrelevante. Lo importante es la fe de cada uno y lo positivo que el libro de Mormon aporta a la humanidad. Es una lastima que se emplee tanto tiempo en criticar en lugar de edificar algo mas positivo. Pero el ser humano ha sido siempre igual con o sin libro de Mormon y con o sin piedra de vidente. Dejemos que nos conozcan y nos critiquen. Lean Nefi y no se preocupen CRECEMOS TAMBIEN POR ESO.

lilia dijo...

Excelente artículo :D

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