¿Cuál es el significado del Número Tres?

Hay muchas elementos que encontramos en la Biblia tales como el simbolismo, la poesía, los quiasmos y los números, éstos últimos tienen en la Biblia un significado simbólico. Para la mayoría de la gente, esta simbología se aprecia fácilmente, por lo tanto echemos un vistazo a lo que la Biblia nos enseña acerca de los números.

El Dr. Arthur Tappan Pierson un estudioso de la Biblia no perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, escribió: “Existe evidencia incuestionable de una proporción numérica y simétrica en este maravilloso libro [la Biblia]. Los números y la proporción matemática lo marcan de manera general, y brotan en sus partes individuales, con tanta frecuencia y en tan determinadas relaciones y condiciones que ponen de manifiesto una mentalidad matemática. En los mundos planetarios y astrales, sus distancias y dimensiones, densidades, proporciones, órbitas y períodos de rotación. Tanto en lo más diminuto como en la majestuosidad de los objetos de la naturaleza, las mismas leyes gobiernan. En el reino mineral, la cristalización muestra sus cuadrados, triángulos, círculos y polígonos, cubos, cilindros y pirámides o conos, todos con ángulos exactos y perfecta proporción. Los millones de copos de nieve con millones de formas exquisitas cada uno, revelan bajo el microscopio una indescriptible complejidad y belleza”. (“Números en la Biblia”, de Robert Dugall Johnston, página 30).

Parafraseando la conclusión del Dr. Pierson, Dios es un ser de perfecta precisión y orden, y Él expresa esta perfección en toda su obra de acuerdo a las leyes matemáticas. Por consiguiente, es razonable esperar encontrar una expresión similar de Su perfección en Su mundo. Esta fue también la conclusión alcanzada por F.W. Grant, que dijo: “Todas las ciencias naturales se alinean a sí mismas bajo la ley aritmética. Cada ley de la naturaleza, dice Herschel, tiende a expresarse en términos aritméticos. Mientras que la astronomía predica sobre el dominio de las constelaciones, las plantas muestran en la disposición de sus hojas y en la distribución de sus flores, así como el reino animal, su parcialidad entre distintos grupos de diferentes números, el cristal habla de matemáticas a través de una vidriera. Entonces, ¿Porqué no podría impregnarse en las Escrituras una ley numérica también y enlazar juntos a la obra de Dios y su mundo, o mostrar que Su mundo es parte de Su Obra?”. (Idem Página 31).

Veamos algunos pocos pero buenos ejemplos. El siguiente es un extracto muy interesante de una revista Canadiense, citada por Walter Scott: “Los Libros del Antiguo Testamento son 36 en número (contando Samuel, Reyes y Crónicas como un sólo libro cada uno ya que así fueron en su origen). Una simple división de 36 por 3 nos da como resultado 12. Sometamos a este número a la simbología de sus dígitos, y ¿qué obtenemos? El Tres (3), que es el número de la Divinidad o de la perfección y 12 el número gubernamental, colocándoles juntos nos dan “Dios en el gobierno”. ¿Qué otras definiciones precisas podemos tener de los libros de la ley?

Los libros del Nuevo Testamento suman 27. Que es el resultado de tres al cubo (3 veces 3), que es el número más perfecto que pueda existir ya que es el único que puede dividirse por sí mismo y simboliza el número de la Divinidad. Adicionalmente, el número 2 simboliza un testigo, y el número 7 representa la finalización. De esta manera la cantidad de libros en el Nuevo Testamento muestra también que es un segundo testigo de la culminación de la obra de Redención de Dios.

El número 3 representa la “Perfección”. Antes de adentrarnos en esto es interesante que notemos que este número representa la perfección aún en las más simples cosas. Por ejemplo, cuando hablamos sobre el “tiempo” podemos englobarlo todo hablando del pasado, presente y futuro. Hay 3 dimensiones que abarcan todo en la tierra largo, ancho y profundidad. En las escrituras encontramos éste número más que ningún otro. En la divinidad, existe el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Fueron tres las oportunidades en las que se escuchó la voz del Padre rendir testimonio de Su Hijo. La primera vez fue en el bautismo de Cristo (Mateo 3:17) como un testimonio a los Judíos. La segunda vez fue para los líderes de la Iglesia (Lucas 9:35) y la tercera fue para los Gentiles (Griegos) (Juan 12:28). En efecto, aún Jesús les dijo: “No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros”. (versículo 30)

Durante Su ministerio, Jesús levantó a 3 personas de la tumba para mostrar su absoluto poder sobre la muerte. Pedro negó a Jesús 3 veces, pero Jesús le dio 3 veces la oportunidad de arrepentirse.
En Juan 21:15-17 leemos: “Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: : Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastores mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿me amas? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”. Encima de Jesús, en la cruz, había un cartel que decía: “Rey de los Judíos”. Estaba escrito en 3 idiomas diferentes. Pedro tuvo 3 visiones para convencerlo de predicar el evangelio a los gentiles. (Hechos 11:5-10)

Según 1 Juan 5:8 “Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan”. Los múltiplos de 3 pueden tener el mismo significado. Por ejemplo, Cristo comenzó su ministerio a los 30 años y murió a los 33.

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