La Corporeidad de Dios, las Teofanias y los Padres de la Iglesia


La Crítica:

Dios es Personal e Incorpóreo. Según la Biblia, Dios es un ser personal quién tiene todas las cualidades que podemos esperar de una persona perfecta: conciencia de si mismo, la capacidad de razonar, sabe, ama, se comunica, y así sucesivamente. Éste es claramente el Dios descrito en las Sagradas Escrituras (véase Gen. 17:11; Exo. 3:14; Jer. 29:11). Dios es también incorpóreo. A diferencia de los seres humanos, Dios no es asociado únicamente como una entidad física (un cuerpo). Esta es la razón por la cual la Biblia refiere a Dios como Espíritu (véase a Juan 4:24). - Francis J. Beckwith

La Respuesta:

¿Qué es una Teofanía?

Una teofanía es una manifestación o aparición sensible de la divinidad a seres humanos. Teofanía, proviene del griego theos =Dios, y faino = aparecer, manifestación. Es decir se refiere a las apariciones de Dios narradas con frecuencia en el antiguo y en el nuevo testamento.

A través de la historia bíblica, Dios se “apareció” a varios profeta bíblicos, tales como Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, etc. La palabra hebrea ra’ah significa que estas apariciones fueron manifestaciones literales de Dios, implicando cierta corporeidad física que pudo ser vista y oída por el hombre. No se trata de visiones en la mente, sino de apariciones reales detectadas por la vista (Gn. 18:2). La palabra ra’ ah es la palabra hebrea común para describir lo que es visible a los ojos del hombre y en la conjugación hebrea niphal significa “aparecerse, presentarse, hacerse visible, ser visto”.

En Génesis 3:8 leemos: "Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los arboles del huerto." Aquí notamos que cuando Adán y Eva oyeron los pasos de Jehová que se paseaba en el huerto [deficientemente traducido en la Biblia en español como “la voz de Jehová”]. El hecho de esconderse entre los árboles sólo tiene sentido cuando reconocemos que se ocultaron de alguien que pudo ser visto y oído. No veían a Dios como un ser incorporeo. El esconderse detrás de un árbol implicaba que existía alguien, un ser corporal del otro lado del árbol. El ocultamiento intencional de Adán y Eva implicaba una forma física de Dios. La palabra “paseaba” en su forma hebrea indica que era una costumbre de Dios el pasearse por el huerto. El famoso comentarista R. Payne Smith señala: “la forma del verbo está en la conjugación reflexiva, significa 'caminar por placer'[R. Payne Smith, Ellicot’s Commentary on the Whole Bible (Grand rapids, Zondervan, 1959), 1:24].
Sin embargo los críticos de esta postura dicen que una forma física no es parte esencial de la naturaleza  eterna de Dios. Ellos usan escrituras y dicen: En su esencia, Dios es espíritu y por lo tanto no tiene un cuerpo o forma (Juan 4:24; Lucas 24:39). Dios no es hombre en su Esencia o Ser (Números 23:19). Pues Juan 1:18 dice que “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

La Personificación o Encarnación Divina

Por David L. Paulsen y R. Dennis Potter

Sobre la doctrina mormona de la personificación divina, Owen y Mosser [críticos SUD y autores del Libro New Mormon Challenge] en la revisión del libro How Wide the Divide? A Mormon and an Evangelical in Conversation de Craig L. Blomberg y Stephen E. Robinson, se refiere poco sobre este tema,  y da a entender que ellos (o al menos algunos evangélicos) puede estar abierto a la posibilidad de que Dios es un ser personificado en algún sentido.

Es importante aquí, que ellos limiten sus reservas con respecto de la afirmación de la creencia mormona  de que Dios el Padre es corpóreo [encarnado o con un cuerpo], y a la vez presumen  no encontrar problemas en la encarnación o la personificación del Hijo.

Considere lo siguiente: (1) Ellos reconocen, por supuesto, que Dios el Hijo se encarnó en la persona de Jesús de Nazaret y que continúa existiendo con un cuerpo resucitado, aunque "por elección, no por necesidad metafísica" (O&M, 47 n. 105). 38 (2) Reconocen que Dios el Padre "apareció" en la forma de un hombre, pero sus apariciones no debe confundirse con lo que es esencialmente. (3) Dicen que si Dios el Padre tiene algún tipo de forma corporal, entonces, los textos de  Ezequiel 1:26-28 y Daniel 7:9 parecen indicar que no es un "cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre." Por lo tanto, concluyen que "no está fuera de la ortodoxia, tomar el lenguaje de Ezequiel 1 y Daniel 7 con seriedad a pesar de continuar manteniendo el concepto ortodoxo de Dios" (O & M, 35). Y, finalmente, (4) Ellos opinan que "algunos Santos de los Últimos Días pueden en verdad pensar que Robinson deserta muy rápido" al negar que exista un claro apoyo en el Antiguo Testamento sobre la idea de que Dios el Padre es encarnado (O & M, 35 n . 71, énfasis agregado).

Ahora, Owen y Mosser explican que las apariciones en lenguaje antropomórfico en la Biblia, es debido a que Dios puede tomar la forma de un cuerpo humano. Pero, según ellos, esto no implica que Dios tenga un cuerpo en la forma en que la alegan los Santos de los Últimos Días (Véase O & M, 32-33).

Sin embargo, nos parece que es tan consistente con el lenguaje antropomórfico de la Biblia, afirmar que Dios esta encarnado en un cuerpo de carne y huesos. De hecho, una lectura más literal y natural de la Biblia nos lleva a la conclusión de que Dios se manifiesta de esta manera con su propio cuerpo. Sin embargo, admitimos por otro lado, que es la revelación del canon SUD (Doctrina y Convenios) lo que nos afirma que este es el caso.

Por supuesto, el punto importante aquí es si la opinión de que Dios (el Padre) es encarnado es compatible con la Biblia. Owen y Mosser ofrece el texto clásico, para probar la afirmación de que no lo es. Juan 4:24 NVI dice: "Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad." En la nota 64, Owen y Mosser afirman que, contrariamente a lo que creen los Santos de los Últimos Días, la afirmación de que Dios es un espíritu no es una predicación de composición, sino una predicación de su esencia.

Su argumento es que la afirmación de Jesús es dada en el contexto de la consulta de la mujer samaritana sobre el lugar de adoración de sus antepasados en la montaña y sobre la adoración de los Judíos en Jerusalén. En otras palabras, ella está preocupada por saber en que lugar se debe adorar. Jesús le responde diciendo que "Dios es espíritu" y por lo tanto implica que él no esta en un lugar. Esto parece indicar la afirmación de Owen y Mosser, de que Jesús está hablando de la esencia de Dios. Sin embargo, esta lectura no es la única posible. Por ejemplo, Sanders afirma:
Que Dios es espíritu, no se entiende como una definición del ser de Dios, aunque así es como los estoicos lo habría entendido. Es una metáfora de su modo de operación, como la vida que da poder, y no es más que una interpretación literal de lo que 1 Juan 1:5. "Dios es luz", o Deut. 5:24, "Tu Dios es un fuego devorador". Sólo aquellos que han recibido este poder a través de Cristo pueden ofrecer a Dios una adoración real. [Sanders, un Comentario al Evangelio según San Juan, 147-48.]
Y así, si podemos tomar la afirmación de que Dios es espíritu metafóricamente, y no una predicación esencial [de su esencia o del ser], entonces podemos evitar la implicación de que esta escritura es incompatible con un ser de Dios encarnado [o con un cuerpo]. En vez de leer la declaración de Jesús diciendo que no importa donde adores porque Dios no se encuentra en un solo sitio, hay que leerlo como si dijera que no importa dónde adores, siempre y cuando lo hagas con el espíritu correcto y verdadero.

Por otro lado, supongamos que tomamos la interpretación de este pasaje como Owen y Mosser señalan, como el correcto, que "Dios es espíritu" es una predicación de su esencia. ¿Ello muestra que Dios es un ser inmaterial? Creemos que no. Esto es porque pensamos que existen pruebas de que la palabra griega traducida como "espíritu", es decir, pneuma, no es muy natural leerlo como una indicación de una sustancia inmaterial. En efecto, uno de los grandes defensores de la inmaterialidad de Dios, el mismo Orígenes , pensaba que Juan 4:24 puede ser interpretado como un texto para probar una posición contraria, él cual el arremetió. Él dice:

Sé que algunos tratarán de decir que, incluso de acuerdo con las declaraciones de nuestras propias escrituras, Dios tiene un cuerpo, porque. . . encuentran dicho. . . en el Evangelio según San Juan, que "Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarlo en espíritu y verdad " . . . espíritu, según ellos, es considerado nada más  como un cuerpo [Origen, De Principiis 1.1, in The Ante-Nicene Fathers (hereafter ANF ), ed. Alexander Roberts and James Donaldson (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1951), 4:242.]

[Nota: Esta sorprendente declaración se explica fácilmente. Pneuma (traducido como "espíritu") literalmente significa "aire" o "aliento", dando a entender que el espíritu se compone de una sustancia material, uno de los cuatro elementos básicos. Además, los Cristianos Estoicos creían que la existencia se limita a los cuerpos materiales, Dios (por ser espíritu) era el más puro de todos los cuerpos. Para un excelente análisis de la centralidad de la doctrina de la incorporeidad divina en la teología de Orígenes y sus polémicas sostenidas contra las concepciones antropomórficas de Dios, ver Stroumsa, "Incorporeidad de Dios", pág 345-358. Aunque Orígenes no identifica explícitamente a sus oponentes, Stroumsa dice: "son, obviamente cristianos" (pág. 346).]

Es significativo el hecho de que Orígenes pensaba que tenía que responder a los que utilizaban Juan 4:24 para demostrar que Dios tiene un cuerpo. Si pneuma se refiere claramente a una sustancia inmaterial, entonces esa respuesta sería superflua o innecesaria. Y no son solo laicos novatos quienes han defendido este punto de vista de la encarnación en base de la escritura de Juan 4:24. De hecho, Tertuliano defendió este punto de vista y utilizo Juan 4:24 en su defensa. Tertuliano afirmó que Dios tenía "un cuerpo, aunque 'Dios es Espíritu' " porque un "Espíritu tiene una sustancia corporal de su propia clase." [Tertullian, Against Praxeas 7, in ANF , 3:602.] Claramente, esto indica que la lectura más natural de Juan 4:24 habría implicado que Dios es encarnado, al menos a la luz de algunos de los Padres de la Iglesia.

Wolfson está de acuerdo con esta comprensión, de cómo los Padres de la Iglesia habían entendido tal pasaje, e incluso llega a la conclusión de que la comprensión inmaterialista [Dios sin un cuerpo] del pasaje de Juan es infundado. Él dice, "en las Escrituras. . . no hay ninguna indicación, de que por espíritu y alma se entiendan en absoluto principios tales como la forma o la inmaterialidad. [Harry A. Wolfson, Philo: Foundations of Religious Philosophy in Judaism, Christianity, and Islam (Cambridge: Harvard University Press, 1948), 2:95]


El cuerpo material de Dios

Por Blake T. Ostler

Autores críticos como Francis J. Beckwith y Stephen E. Parrish en el libro El Concepto Mormón de Dios: un análisis filosófico, argumentan que los mormones se equivocan al considerar a Dios como corporal o encarnado (pp. 114-16). Sin embargo, una de las escrituras que ellos citan para demostrar su posición es muy interesante: "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo" (Lucas 24:39). Los autores deben haberse preguntado que les estaba diciendo Jesús a sus discípulos, al decirles que no es solo espíritu. Es el Cristo resucitado, el mismo ser encarnado que Tomás, llamo: "¡Señor mío y Dios mío!" (Juan 20:28). Me parece que este pasaje apoya la idea de que Dios es encarnado (de carne y huesos) y ciertamente no apoya el argumento de los autores que Dios es incorpóreo. El Hijo, es la imagen perfecta del Padre, él fue un ser resucitado y ascendió corporalmente al cielo (Hechos 1:9-11). Que Cristo conservara su cuerpo resucitado indica, la esperanza de que él regresará "así ... como lo habéis visto ir al cielo."

Los autores afirman correctamente que los mormones no pueden citar pasajes del Antiguo Testamento referentes al cuerpo de Dios para apoyar la opinión de que Jehova tenía un cuerpo glorificado (pp. 115-16). Ellos también argumentan que Dios puede asumir la "forma" de una paloma, o ser una roca. Sin embargo, si estas escrituras fueron tomadas literalmente, en el modo en que los mormones leen las referencias al cuerpo de Dios, entonces tendríamos un extraño Dios (p. 116). Sin embargo, los autores precipitadamente llegan a la conclusión de que Dios es "por naturaleza [solo] espíritual" (p. 116). Estos pasajes muestran que legítimamente los israelitas creían que el espíritu de Dios tenía forma corporal. Por otra parte, no hay ninguna razón para creer que el espíritu es de algún modo contraria a los estados materiales.

Lo que distingue a las referencias a la forma humana de Dios, de los que comparaban a Dios con una piedra o una poderosa fortaleza [metáforas bíblicas] es la coherencia con que Dios se revela en la forma humana. En un debate muy sensitivo sobre "Dios en la forma humana", Terence Fretheim revisa las apariciones de Dios en las visiones del Antiguo Testamento, y considera que es sorprendente que Dios siempre se aparezca en forma humana [Éxodo 24:10, Amos 7:7 y 9:1; Jeremías 1:9; Ezequiel 1:26, Números 12:8; Éxodo 33:21-23; Hechos 7:56] "El hecho de que la forma humana sea constante durante toda la literatura, le da un nivel de importancia más allá de la de otros fenómenos empíricos. Se puede decir que la forma humana, dice algo no sólo acerca de Dios, sino también sobre la relación entre Dios y el mundo/las personas. " [Fretheim, The Suffering of God , 101.] Fretheim señala que es un error suponer una discontinuidad entre el espíritu y la materialidad en el pensamiento hebreo:
"Sería un error pasar a considerar a Dios como un espíritu en este sentido. Es notable cómo raras veces el Antiguo Testamento, e incluso el Nuevo Testamento, utiliza semejante lenguaje para hablar de Dios. . . Lo espiritual y lo físico/material no son categorías mutuamente excluyentes. Hablar de Dios como espíritu no implica necesariamente la ausencia de forma". [Ibid., 102]
Así Fretheim advierte en contra de la suposición hecha por Beckwith y Parrish, es decir, de que si Dios es Espíritu, entonces Él no puede tener también una forma material. Sin embargo, Fretheim concluye que elEspíritu no es privativo de lo físico [material] en la Biblia. Por lo tanto, es coherente decir que Dios, en el sentido de una persona individual, tiene "un cuerpo espíritual" (por ejemplo, Éter 3:16). De hecho, David Paulsen ha demostrado que el "espíritu" era considerado como una especie de estado material en la Antigüedad tardía [David L. Paulsen, "Early Christian Belief in a Corporeal Deity: Origen and Augustine as Reluctant Witnesses," Harvard Theological Review 83 (1990): 108-9.]. Fretheim de ese modo concluye:
"Si bien la claridad final, no puede ser logrado en este punto en base de las evidencias que tenemos, es probable que Israel no concibiera a Dios en términos de lo informe [un Dios sin forma], sino más bien que la forma humana de las apariciones divinas constituían un ser corpóreo, que conllevaba continuidades esenciales con la forma que se creía que tenía Dios". [Fretheim, The Suffering of God , 105]
Recomiendo el estudio de Fretheim a todos los lectores, sobre todo porque sus conclusiones son directamente contrarias a las afirmaciones hechas por Beckwith y Parrish. El hecho de que Israel creía que Dios tenía forma humana esta muy claramente expresado en Génesis 1:26: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen (demut), conforme a nuestra semejanza (tselem) semejanza. " Que esta imagen se refiera a un parecido corporal se hace evidente en Génesis 5:1, 3 y "Adán. . . engendró un hijo a su semejanza (tselem), conforme a su imagen (demut), y le puso por nombre Set. "

Sin embargo, se debe aclarar que si bien Dios puede tener una forma corporal, las personas divinas no son esencialmente individuales o necesariamente corpóreas en el pensamiento mormón en el sentido de tener "cuerpos glorificados." Pues Jehova era completamente Dios antes de la encarnación mortal y después de la resurrección. Además, el personaje del Espíritu Santo es Dios, aunque todavía no es encarnado. Además, si "Dios" se usa en el sentido de la Trinidad, Dios en este sentido no posee un cuerpo en forma humana. Sin embargo, si "Dios" se refiere al Padre o al Hijo, entonces, el registro bíblico apoya plenamente la opinión SUD, de que Dios tiene una forma corporal humana- o más exactamente, los seres humanos tienen cuerpos hechos según la imagen de Dios. Dios no es antropomorfo, sino más bien, las personas son teomórfos. [Ver Ernst W. Benz, "Imago Dei: Man in the Image of God," in Reflections on Mormonism , ed. Truman G. Madsen (Provo, Utah: BYU Religious Studies Center, 1978), 201-21]

Personal e Incorporal

Por Richard R. Hopkins

De acuerdo con el teísmo clásico, Dios es "un Ser personal." Beckwith dice que esto significa que "tiene todos los atributos que podemos esperar de una persona perfecta: la autoconciencia y la capacidad de razonar, conocer, amar, comunicarse, y así sucesivamente" (p. 52). A continuación facilita la autoridad bíblica para esa posición. Hasta ahora, los mormones están de acuerdo con los teístas clásicos, de que es una doctrina bíblica. Pero sale del teísmo clásico desviándose de la teología bíblica cuando se niega a reconocer que, ya que el hombre fue creado a imagen de Dios (ver Génesis 1:26-27), el concepto de la personalidad, debe ser la misma en Dios , como lo es en el hombre . Esa deducción puramente bíblica coloca este atributo de Dios en conflicto directo con la doctrina de la consustancialidad, que se encuentra en el centro de la Trinidad clásica.

Si la idea de que el hombre fue creado a imagen de Dios, significa que tres personas humanas no pueden ser un ser humano (o un Dios personal en tres personas), las tres personas de la Trinidad no pueden ser una persona o ser singular. Esto no quiere decir que la unidad de Dios no es bíblica. Todo lo contrario. La unidad de Dios es, sin duda, enseñado a través de la Biblia y en otras escrituras de los Santos de los Últimos Días. Pero esto significa que el mensaje bíblico acerca de la "unidad" de Dios , incluso el propio concepto de "Dios" en el sentido de "divinidad", deberán ser revisadas por los teólogos clásicos con miras a determinar lo que significaba para los autores del Antiguo y Nuevo Testamento. La idea de la consustancialidad promulgado por los pensadores cristianos del siglo II simplemente no capta el significado de los pasajes de las Escrituras.

Expresando una importante fuente de confusión, Beckwith sostiene que debido a que Juan 4:24 se refiere a Dios como "espíritu", no puede asimismo tener un cuerpo de carne y huesos (ver p. 52). Esto entra en conflicto con la interpretación de innumerables testimonios a través del Antiguo y Nuevo Testamento (Por ejemplo, Éxodo 24:9-11 y Hechos 7:55-56). También entra en conflicto con el testimonio inequívoco del Nuevo Testamento, de que Jesucristo, es un ser resucitado de carne y huesos (véase Lucas 24:39), es sin duda la imagen misma del Padre (véase, por ejemplo, Hebreos 1:3) y él mismo es divino. El argumento que Beckwith que usa de Juan 4:24 para negar la corporalidad de Dios se le atribuye a Carl Mosser, que parafrasea palabras de Cristo a la mujer samaritana en Juan 4 de la siguiente manera:

Jesús en efecto dice: Dios no se encuentra ni en Jerusalén o en Gerizim. Dios es espíritu-Él no esta "localizado" en algún lugar [específico]. No necesitas ir a un lugar correcto, necesitas adorar con la actitud correcta - en espíritu y en verdad. Ciertamente, porque Jesús comenta que la naturaleza esencial de Dios no es localizable, el "espíritu" excluye también un cuerpo físico de ser parte de esa naturaleza, ya que un cuerpo es localizable. (p. 92 n. 3)

Es cierto que en la oración, la localización del suplicante es irrelevante, pero es un error suponer que esto es asi, porque Dios no tiene localización. Aunque Mosser no reconoce que ha hecho este supuesto, la base no expresada de su tesis es la idea de que un espíritu no tiene lugar, mientras que un cuerpo si lo tiene. Tal idea en ninguna parte de la Biblia se enseña . Por el contrario, Salomón, por ejemplo, entiende que el Dios de Israel, en ese momento un espíritu, tenía localización o una morada. En su oración dedicatoria del templo en Jerusalén (véase 1 Reyes 8:39, 43), Él en repetidas ocasiones pregunta: "Tú oirás en los cielos [las oraciones de la gente], en el lugar de tu morada" Al decir esto, Salomón reconoció que el Dios de Israel, el espíritu premortal de Cristo, tenía una "morada", en el cielo. Así el argumento de Mosser no puede prosperar. La idea de que los espíritus son "no localizables" [por lo tanto incorporal] carece de completo de apoyo bíblico.

En cualquier caso, Juan 4:24 no discute la naturaleza de Dios en absoluto, sino tiene que ver con el medio por el cual los hombres pueden comunicarse con él desde cualquier lugar. Hacerlo en espíritu y en verdad. Este pasaje reconoce que hay un aspecto espiritual de la naturaleza del hombre tal como la de Dios. Sugerir que este verso se opone a la idea de que Dios tenga una naturaleza física requeriría necesariamente la misma conclusión con respecto a los hombres, es decir, que ellos también pueden comunicarse con Dios, sólo si no tienen una naturaleza física.

Beckwith cita el Antiguo Testamento para probar su tesis de que "Dios no es un hombre" (véase, por ejemplo, Números 23:19). Pero esta suposición está en conflicto directo con la idea de que Dios es sólo un espíritu. En Números 23:19 Dios hace un contraste perfecto con la condición imperfecta del hombre. El pasaje confirma que Dios no es un hombre imperfecto. Los hombres caídos difieren enormemente de lo perfecto, glorificado al Padre de los cielos y la tierra. Pero no está en contradicción con la naturaleza humana básica de Dios (ver Génesis 1:26-27). En su lugar, refleja un contraste entre la naturaleza perfecta de la resurrección de Dios y la naturaleza imperfecta de los hombres mortales.

Esta comprensión es ayudado por el uso de la forma comparativa de la palabra hombre en Números 23:19 (y otros pasajes similares). Allí, la palabra hebrea ish se traduce como "hombre" en el texto. Esa palabra es de uso común en hebreo para comparar un tipo de hombre con otro (por ejemplo, un hombre adulto con un hombre más joven) [Wilhelm Gesenius, Hebrew-Chaldee Lexicon to the Old Testament (1847; reprint, Grand Rapids: Baker Books, 1994)], en este caso un hombre perfecto con un hombre imperfecto. Por lo tanto este pasaje en realidad enseña que el Dios del Antiguo Testamento es un Hombre [de tipo perfecto]. Los cristianos adorar a Cristo como Dios, sin embargo, es claramente un Hombre perfecto. Incluso los teístas clásicos admiten que Cristo tiene una naturaleza humana, así como una naturaleza divina.

Beckwith cree que el hecho de que Dios generalmente se conserve invisible para los mortales (véase Colosenses 1:15, 1 Timoteo 1:17 y Hebreos 11:27) significa que no es corporal. Pero la incapacidad de algunos de ver a Dios no transmite tal divulgación o conclusión. Más importante aún, algunos han visto y han dado testimonio de la apariencia de Dios, siempre en términos antropomórficos (véase, por ejemplo, Hechos 7:55-56).

Beckwith afirma que "ninguna persona solamente humana ha visto, ni puede ver a Dios (Juan 1:18, 1 Juan 4:12)" (p. 52). La frase persona solamente humana no está en la Biblia. Es utilizado por los teístas clásicos para dezplazarse a Juan 6:46, un pasaje que contradice directamente la posición clásica sobre esta cuestión. Enseña que "solo aquel que viene de Dios, ese ha visto al Padre" RV-1995. Teístas clásicos afirman que si esto se refiere solamente a Cristo, entonces la explicación socava la visión de Esteban el Mártir en Hechos 7:55-56, 10 y la aparición de "el Dios de Israel" a Moisés, Aarón, Nadab, Abiú, y setenta de los ancianos de Israel en Éxodo 24:9-11, por citar sólo dos episodios que describen un aspecto de Dios. [Nota: La similitud entre 1 Juan 4:12, que es incondicional, y Juan 6:46 (del mismo autor), que es condicional, sugiere que uno de los textos no se ajusta exactamente al original. Hay más problemas textuales con 1 Juan que con el Evangelio de Juan. Por lo tanto, es más probable que a 1 Juan 4:12 le falte la frase condicional que fue agregado por error a Juan 6:46]

Beckwith luego utiliza un giro extraño de la lógica. Afirma que el hecho de que "los cielos, y los cielos de los cielos, no pueden contener [a Dios] " (véase 1 Reyes 8:27) demuestra que no tiene un cuerpo. La lógica de este argumento es difícil de seguir, especialmente en vista del hecho de que la palabra hebrea traducida como "contener" significa "mantener dentro, limitar, confinar" (p. 52), un matiz de contenimiento que se relaciona más con el poder de Dios que a su corporeidad .

Por último, con la idea metafísica de que Dios es el "sustentador de todo lo que existe" y citando su papel de creador y su omnipotencia, inmutabilidad, y la omnipresencia, Beckwith concluye, "es difícil ver cómo tal ser puede ser físico" (p. 52). Esta declaración no es un argumento bíblico en absoluto y sólo refleja la falta de familiaridad con los principios básicos de la física. La Biblia enseña que Cristo tiene todos estos atributos, pero los teístas clásicos entienden que tiene una naturaleza humana y tambien divina. Si Cristo puede tener una naturaleza humana y aún así ser omnipotente, inmutable, omnipresente, y el creador del cielo y la tierra, ciertamente Dios el Padre podría hacer lo mismo. De hecho, eso es exactamente lo que el Nuevo Testamento enseña en Hebreos 1:3, Colosenses 1:13-15, y 2 Corintios 4:4. Así, el teísmo clásico que afirma de que Dios es incorpóreo carece de apoyo bíblico.

Objeciones comunes a la creencia en la corporeidad de Dios

Obviamente, la mayoría de los cristianos interpretan la Biblia de manera diferente a la de nosotros en este punto, y emplean objeciones estándares contra argumentos de "antropomorfismo". Sin embargo, estas objeciones no se sostienen en un análisis exhaustivo.

Objeción: Juan 1:18 dice: "nadie ha visto a Dios en cualquier tiempo".

Algunos cristianos tradicionales objetan que los pasajes en la Biblia que describen la forma humana de Dios deben ser tomados figuradamente, porque Jesús dijo, "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. " (Juan 1:18). Similarmente, Dios dijo a Moisés, "Porque no me verá hombre, y vivirá." (Éxodo 33:20). Por supuesto, Dios dijo que Moisés hay aquí un lugar junto a mí y cuando pase mi gloria, te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y "verás mis espaldas" pero no se verá mi rostro. (Éxodo 33:21-23), y Dios estaba enojado en este momento, así es que pudo haber sido una circunstancia especial. Todavía, esto presenta un problema extraño, considerando el número de veces en la Biblia que informa de las personas que vieron a Dios. Samuel Meier, Profesor Asociado de Comparativos Semíticos y hebreos en Ohio State University, escribe esto acerca del problema:
La manifestación física de que una deidad es vista por seres humanos. La apariencia de dioses y su intervención con los humanos son motivos comunes en la antigua mitología Clásica y en el antiguo Cercano Oriente. Que fenómenos similares sean encontrados en la Biblia parecen problemáticos al principio, pues una tradición persistente en la Biblia hebrea afirma que la muerte viene a cualquier humano que ve a Dios (Gen 16.13;32:30; Exodo 24:10-11; 33:20; Deut. 5.24-26;18:16; Jueces. 6:22-23;13:22; Cf Éxodo. 20:19; Isa. 6:5). En la mayor parte de estos contextos, sin embargo, la narración subvierte este sentimiento describiendo el asombro agradable de aquellos que sobreviven. El texto presenta esta perspectiva como una percepción errónea de que los seres humanos acceden, pues ninguno de los humanos en la Biblia jamás muere simplemente porque han visto a Dios. Al contrario, a todo lo largo de la Biblia Dios quiere comunicarse íntimamente con los humanos. El problema es, de qué modo Dios se puede mostrar adecuadamente a sí mismo al género humano sin hacerles daño, es un acertijo que nunca se resuelve realmente en el Biblia [Samuel A. Meier, “Theophany,” in Bruce M. Metzger and Michael D. Coogan, eds., The Oxford Companion to the Bible (New York: Oxford University Press, 1993), 740]
Los santos de los Últimos Días pueden armonizar estos pasajes con aquellos que describen las visiones del Padre en lo referente a la visión de Dios a Moisés, tan descrito en la Perla de Gran Precio. "Y vio a Dios cara a cara, y habló con él, y la gloria de Dios cubrió a Moisés; por lo tanto, Moisés pudo soportar su presencia… Porque he aquí, no hubiera podido ver a Dios, a menos que su gloria me hubiera cubierto y hubiera sido transfigurado ante él. Pero yo puedo verte a ti según el hombre natural. ¿No es verdad esto?”. (Moisés 1:2, 14). Una solución idéntica es ofrecido por Pedro en una antigua obra judía-cristiana (segundo o tercer siglo) llamado Homilías Clementinas.

"Pues sostengo que los ojos de mortales no pueden ver la forma incorpórea del Padre o el Hijo, porque es iluminado por una excesiva gran luz. . . porque él que ve a Dios no puede vivir. Ya que el exceso de luz disuelve la carne de quién lo ve; A menos que por el poder secreto de Dios la carne se transforme en la naturaleza de luz, de modo que puede ver luz" [Clementine Homilies , 17:16. In Ante-Nicean Fathers 8:223–347].

En el mismo documento, otra conversación entre Pedro y Simón el Mago se dice: "Y Simón dijo: Me gustaría saber, Pedro, si tú en realidad crees que la forma de hombre ha sido moldeada según la forma de Dios. Y Pedro dijo: Estoy realmente muy seguro, Simón, que esto es el así… es la forma del Dios justo".

El punto de estos pasajes no es que nadie tiene o tendrá una visión de la persona de Dios, sino más bien que los hombres no pueden ver Dios tal como son. Debemos ser cambiados y protegidos por la gracia de Dios para resistir su presencia, y aun así plenamente no podemos comprender su majestad. Sin embargo, éste no siempre será el caso. Como Juan más adelante escribió: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. [1 Juan 3:2]

Objeción: "La Biblia también dice que Dios tiene alas, etc"

Por supuesto, que esto es cierto. Los escritores bíblicos emplean numerosas metáforas cuando se habla de Dios. Sin embargo, sólo porque algunas declaraciones acerca de Dios son metafóricas, no significa que todo enunciado lo sea. Cuando el salmista habla de Dios que nos cubre con sus plumas, y nos da refugio bajo sus alas, la metáfora es completamente clara. Como dijo Jesús, "¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!" ( Mateo 23:37 ) Ahora ¿Cuál es exactamente la interpretación metafórica de la "espalda de Dios "que vio Moisés? [Exodo 33:19-23] . Aquí no hay metáforas, cuando Esteban informó su visión, el texto no da ninguna pista en cuanto a cualquier interpretación metafórica, sino que simplemente informa lo que él vio, al igual que los demás [Hechos 7:55].

Objeción: Juan 4:24 dice: "Dios es Espíritu."

En primer lugar, Pablo escribió: "Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. " ( 1 Corintios 6:17 ). Decir que Dios es "espíritu" es gramaticalmente equivalente a la afirmación de que un hombre que se une al Señor "un espíritu es con él", y, sin embargo, los cristianos, obviamente, tienen cuerpos y espíritus.

En segundo lugar, en griedo solo vemos dos palabra griegas: theos pneuma [θεος πνεμα] - "Dios espíritu". La palabra pneuma, que se traduce como espíritu, también significa "vida" o "aliento". La versión de King James de Apocalipsis 13:15 traduce a pneuma como vida. Así, "Dios es vida", o "Dios es el aliento de vida" son posibles traducciones alternativas de este versículo. La mayoría de las traducciones modernas han optado esta última interpretación , porque la declaración de Juan "Dios es Espíritu" es paralelo a dos pasajes en su primera epístola: "Dios es luz" ( 1 Juan 1:5 ) y "Dios es amor" ( 1 Juan 4:8 ).

En este contexto, todos estos pasajes parecen referirse a la actividad de Dios hacia los hombres y no a la naturaleza de su "Ser", y, por supuesto, nunca diría que Dios es "un amor" o "una luz" en esencia. Por otra parte, Christopher Stead de la Academia Teológica en Cambridge (otro erudito no-mormón) explica que estas declaraciones han sido interpretadas en el judaísmo antiguo:
Al decir que Dios es espíritu, no queremos decir que no tiene cuerpo. . . sino que es la fuente de un misterioso poder y energía que da vida, que anima el cuerpo humano, y él mismo posee esta energía en la mayor medida. [Christopher Stead, Philosophy in Christian Antiquity (Cambridge: Cambridge University Press, 1994), 98.]
Siempre hay que recordar que la Biblia fue escrita por los hebreos, y todos los escritores del Nuevo Testamento fueron Judios. Los hebreos siempre imaginaban a Dios en forma humana. Otro comentarista señaló:
Que Dios es espíritu, no se entiende como una definición del ser de Dios, aunque así es como los estoicos lo habría entendido. Es una metáfora de su modo de operación, como la vida que da poder, y no es más que una interpretación literal de lo que 1 Juan 1:5. "Dios es luz", o Deut. 5 . 24, "Tu Dios es un fuego devorador". Sólo aquellos que han recibido este poder a través de Cristo pueden ofrecer a Dios una adoración real. [Sanders, un Comentario al Evangelio según San Juan, 147-48.]
Por último, los Santos de los Últimos Días no creen que el "espíritu" es incorpóreo (es decir, "sin sustancia"), como tampoco lo hicieron los primeros cristianos. El gran historiador protestante Adolf von Harnack, escribió:

Dios fue concebidoy representado naturalmente como un ser corporeo por los cristianos incultos, aunque no solamente por estos , como más tarde lo probaron las controversias. [Adolf von Harnack, Historia del Dogma, tr. Neil Buchanan (New York: Dover, 1961), 1:180 n.1.]

¿Por qué los cristianos empezaron a creer lo contrario? JWC Wand, un historiador y ex-obispo anglicano de Londres, escribe que una de las escuelas filosóficas griegas (neoplatonismo), que fue popular en los días del Imperio Romano, ejerció una influencia particular en este sentido. Es fácil ver la influencia que debió haber tenido esta escuela de pensamiento en los líderes cristianos. Fue desde allí que aprendieron a tomar parte de un sentido metafísico, llamando a Dios un Espíritu. Ellos también fueron ayudados a liberarse de su escatología primitiva y para deshacerse de ese antropomorfismo crudo que hacia aún a Tertuliano creer que Dios tenía un cuerpo material. [JWCWand, A History of the Early Church to AD 500 (London: Methuen & Co., 1937), 140]

Objeción: Varias escrituras señalan que "Dios no es hombre."

"Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?" - Números 23:19

"Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta." - 1 Samuel 15:29

"No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad." - Oseas 11:9

El primer pasaje, en Números, no sólo dice que "Dios no es un hombre", sino también dice que Dios no es "hijo de hombre". Si un cristiano afirma que este pasaje indica que Dios no es un hombre, tendría tambien que afirmar consistentemente que Dios no es también un "hijo del hombre". Por supuesto, esto contradice muchas afirmaciones del Nuevo Testamento acerca de Jesús (que es Dios) contrariamente.

Aunque hay muchos ejemplos, pero uno debería ser suficiente. Jesús dice: "Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches,así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. " [Mateo 12:40] Por lo tanto, sabemos que el pasaje de Números no sugiere que Dios no es fundamentalmente un "hijo de hombre", sino más bien que Dios no es un "hijo de hombre" en el sentido de que Dios no tiene necesidad de arrepentimiento. El siguiente paso lógico nos obliga a concluir que el pasaje no sugiere que Dios fundamentalmente "no es un hombre", sino que Dios no es un hombre en el sentido de que Dios no miente.

Estos versículos no dicen nada sobre la naturaleza o forma de Dios, solo se limitan a afirmar que Dios no es como el hombre en cierta forma [en pecar, mentir, arrepentirse,etc]. Dios no mentirá, ni cambiaría su curso decretado, a diferencia de los seres humanos. Como 1 Samuel 15:29 dice: "Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta"

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