El Libro de Mormón Establece un Enlace Cultural Entre los Egipcios y los Pueblos Precolombinos


Por Rafael Diogo Jara

En 1 Nefi 1:2 dice: “Sí, hago la relación en el lenguaje de mi padre, que se compone de la ciencia de los judíos y el idioma de los egipcios.”

Las palabras de Nefi establecen un enlace innegable entre las culturas de los egipcios y los indios americanos. El vínculo entre ambas culturas lo estableció la familia de Lehi, quienes salieron de Jerusalén, según se relata en el Libro de Mormón en su primer y segundo capítulo. También lo estableció el pueblo de Zarahemla, o “mulekitas” como les llamamos, quienes llegaron de la misma nación, poco después de la llegada de Lehi a América (Omni 1:15).

Téngase presente que Lehi y su familia, así como los “mulekitas”, todos de origen Israelita, conservaban influencias de los egipcios tanto por su proximidad geográfica, así como por la aculturación recibida mientras el pueblo israelita fue esclavo de los egipcios, en los comienzos del pueblo de Israel. Mientras fueron esclavos eran utilizados por los egipcios en la construcción (Éxodo 1:11). Bien pueden los descendientes de Lehi, de su familia y de los “mulekitas”, haber conservado esos conocimientos arquitectónicos de la cultura egipcia, que utilizaron siglos más tarde acá en América al edificar las pirámides. Es interesante también que las fechas de construcción de las pirámides americanas se estimen, por arqueólogos e historiadores, por lo general, en fechas posteriores a la llegada de Lehi y su familia a América (Aprox. 589 A.C.). Mientras que a las pirámides egipcias se sitúa su construcción muchos siglos antes de la llegada de Lehi.

Téngase presente además que otra colonia, denominada los “jareditas”, más de un milenio y medio antes de la familia de Lehi, también llegó a América, según el mismo Libro de Mormón. Los jareditas también eran vecinos de los egipcios, y además de partir en pleno apogeo de la construcción de las pirámides egipcias, también partieron del lugar donde se estaba construyendo la Torre de Babel. Pero la colonia “jaredita” ya había sido aniquilada entre ellos mismos casi al tiempo de la llegada de Lehi, pudiendo haber quedado en ruinas algunos de sus edificios desde antes de ese tiempo. Si los jareditas en alguna de sus construcciones utilizaron ladrillos en lugar de piedras, como se utilizó en la Torre de Babel, difícilmente luego de cuatro mil años se encontrarán vestigios de sus construcciones. (Véase el análisis de Éter 1:33 en este mismo artículo).

También en Mosíah 1:4 se establece un enlace muy claro entre las culturas de los egipcios y los indios americanos al decir: “Porque no habría sido posible que nuestro padre Lehi hubiese recordado todas estas cosas para haberlas enseñado a sus hijos de no haber sido por la ayuda de estas planchas; porque habiendo sido instruido en el idioma de los egipcios, el pudo leer estos grabados y enseñarlos a sus hijos…” Al decir el rey Benjamín que Lehi había sido instruido en el idioma de los egipcios y que lo enseñó a sus hijos, es innegable que se establece una conexión entre las dos culturas.

También en Mormón 9:32 habla de este enlace entre ambas culturas al concluir Moroni el registro de su padre: “Y he aquí, hemos escrito estos anales según nuestro conocimiento, en los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de hablar.”

Si la influencia egipcia se conservó en la escritura, es razonable comprender que también se pudo haber conservado en la arquitectura y en otras áreas.

Conclusión: Los textos analizados en este capítulo constituyen un testimonio adicional de la veracidad del Libro, porque: a) La similitud en la construcción de pirámides de América y de Egipto, testifican de ese enlace cultural entre los egipcios y los pueblos de la América precolombina, tal como lo expresa el Libro de Mormón. Al observarse las pirámides de estos pueblos precolombinos más avanzados, no puede negarse reminiscencias de la cultura egipcia. b) Las reminiscencias de la cultura egipcia se observa también en la escritura, en el arte, y en otras áreas de su cultura.

Todas estas reminiscencias constituyen un testimonio adicional a favor de la veracidad del Libro de Mormón.


Citas de otros autores relacionadas con el tema:

• “Egipcio reformado - En 1829, mientras José Smith estaba terminando su traducción del Libro de Mormón, un erudito francés llamado Jean-François Champollion se ocupaba en la preparación del primer diccionario y la primera gramática de la lengua egipcia, que se publicaron tras su muerte en 1832. Hasta entonces, nadie había sido capaz de traducir textos egipcios antiguos, puesto que habían dejado de utilizarse en el siglo IV d. C. Pero el Libro de Mormón, según Moroni, uno de los que escribió en él, se redactó utilizando caracteres en ‘egipcio reformado’, aunque los nefitas también sabían hebreo (Mormón 9: 32-34). Otro de los que participaron en la redacción del Libro, Nefi, dijo que él estaba empleando el ‘lenguaje de los egipcios’ para escribir el documento (1 Nefi 1: 2).

“Los jeroglíficos (palabra griega que significa ‘símbolos sagrados’) del egipcio se diseñaron para ser grabados en piedra, proceso lento y tedioso que implicaba el uso de más de 700 caracteres que eran representaciones muy exactas de cosas de la vida real, tales como personas, animales, accidentes geográficos, cuerpos celestiales, ropa, y utensilios cotidianos. Se diseñó una forma de escritura cursiva denominada hierática (en griego, ‘sagrada’ o ‘sacerdotal’), que permitía escribir con más rapidez y que se empleó muchísimo sobre papiro. Luego, alrededor del 900 a. C., los egipcios desarrollaron otra forma de escritura, aún más cursiva, que se conoce como demótico (en griego, ‘popular’); ésta, aunque se basaba en la hierática, mantiene poco parecido con los jeroglíficos. Así pues, los egipcios ya habían reformado su sistema de escritura dos veces antes de que se escribieran las primeras porciones del Libro de Mormón alrededor del 600 a. C.

“Puede parecer extraño que los antiguos israelitas que escribieron el Libro de Mormón usaran un sistema de escritura egipcio. Pero existen precedentes de esta práctica y hoy sabemos que fueron varios los sistemas de escritura del antiguo Cercano Oriente que se tomaron del egipcio. Quizá el caso más notable sea la adopción, ya antes del siglo II a. C., de algunos jeroglíficos egipcios para formar el sistema alfabético de la lengua meroíta, que se hablaba antiguamente en Nubia (en el Sudán actual). El meroíta también desarrolló un sistema de escritura cursiva que se parece al demótico egipcio. El sistema silábico empleado en escritos (algunos de ellos sobre planchas de bronce) que se han encontrado, durante excavaciones arqueológicas, en la antigua ciudad fenicia de Biblos, se componía de caracteres modificados a partir de los jeroglíficos egipcios.

“Textos hebreos escritos con formas egipcias - Cuando Moroni afirmó que estaba realizando sus escritos en egipcio reformado, también hizo la observación de que todavía utilizaban el hebreo (Mormón 9: 32-34). De manera similar, su antepasado Nefi había efectuado ‘una relación en el lenguaje de mi padre, que se compone de la ciencia de los judíos y el idioma de los egipcios’ (1 Nefi 1: 2). Esto nos sugiere que el Libro de Mormón puede haber sido escrito en hebreo pero utilizando una forma de escritura egipcia. En años recientes se han encontrado pruebas de la existencia de formas de escribir de este tipo.

“Por ejemplo, en tres papiros mágicos egipcios, de los siglos XIV y XIII a. C. (el Papiro Mágico de Londres, el Papiro Mágico Harris y el Papiro Anastasi I) se incluyen varios textos semíticos noroccidentales (relacionados con el hebreo). Otro documento egipcio, el Ostracón 25759, de principios del siglo XI a. C., también contiene un texto semítico que se lee en hebreo pero que está escrito con caracteres egipcios.

“El papiro Amherst 63, documento escrito en demótico egipcio, que data del siglo II a. C., fue hallado en una vasija de barro en Tebas, Egipto, durante la segunda mitad del siglo XIX. Aunque la forma de escritura es egipcia, la lengua de base es el arameo, que está estrechamente relacionado con el hebreo. Entre los escritos que se incluyen en el texto religioso aparece una versión paganizada de Salmos 20: 2-6. Aquí, pues, tenemos un pasaje de la Biblia, en su traducción al arameo, escrito con caracteres egipcios tardíos.

“En 1967, unos arqueólogos israelíes descubrieron en el antiguo emplazamiento de Arad un ostracón de poco antes del 600 a. C., la época de Lehi. El texto del ostracón está escrito con una combinación de caracteres hieráticos egipcios y hebreos, pero se puede leer enteramente como egipcio. De las diecisiete palabras del texto, diez están escritas en hierático y siete en hebreo. Este descubrimiento sugiere que cuando Nefi, el hijo de Lehi, habló de que escribía en una lengua que constaba de ‘la ciencia de los judíos y el idioma de los egipcios’, puede que hubiera usado una forma de escritura combinada similar a esta última. Existen otros dos ejemplos de escritura combinada egipcio-hebrea, del mismo período, que fueron descubiertos en la parte norte de la península del Sinaí a finales de los años setenta.”

[John A. Tvedtnes – Provo, Utah - Neal A.Maxwell Institute - http://farms.byu.edu/publications/translations.php?id=6].

Fuente: www.librosderafaeldiogo.blogspot.com

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