Merismos en el Libro de Mormón

Por Noel B. Reynolds
Traducido por DPCS

En el Libro de Mormón el Señor claramente da una idea general de su evangelio, sobre todo en 2 Nefi 31, 3 Nefi 11, y 3 Nefi 27, usando un patrón con seis puntos importantes de la doctrina: la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo por agua, el bautismo de fuego y del Espíritu Santo, la perseveracia hasta el fin, y la vida eterna. Este mismo patrón doctrinal aparece en las enseñanzas de todos los Profetas del Libro de Mormón bajo la forma de requerimientos a las personas. A lo largo del Libro de Mormón, las numerosas declaraciones con relación al evangelio contienen variaciones instructivas sobre la terminología y con frecuencia son elípticas, dejando fuera uno o más de los seis puntos en cualquier articulación. Sin embargo, para un público familiarizado con el modelo básico, la alusión a ese patrón es muy claro.

A menudo, las referencias elípticas toman la forma de Merismus, una figura retórica clásica en el cual la división en partes de un tema o de una declaración importante permite su invocación completa al listar explícitamente solo partes seleccionadas. En la Biblia hebrea los merismus ocurren como expresiones sucintas o condensadas que, por mencionar los primeros y ultimos elementos más prominentes de una serie, invocan la lista completa [ Ver A. M. Honeyman, "Merismus in Biblical Hebrew," Journal of Biblical Hebrew 71 (1952): 14.]

En otras palabras, una vez que se ha establecido un patrón en forma de A, B, C, D, E, F (por ejemplo, la lista de elementos del evangelio), la sola mención de dos o más de estos elementos, como una A y una F, se utiliza para representar toda la serie. Se entiende como una fórmula que se compone de una lista de elementos ordenados, el evangelio se presta bien a este recurso retórico. Por ejemplo, un típico merismo del Libro de Mormón dice creer en Jesucristo y perseverar hasta el fin que es la vida eterna (véase 2 Nefi 33:4). Aunque el arrepentimiento, el bautismo y el don del Espíritu Santo no se mencionan explícitamente, están implícitos en el uso de merismus. Así, utilizando el modelo descrito anteriormente, la escritura utiliza los elementos de A, E y F para evocar la lista completa en la mente de los lectores.
"Y sé que el Señor Dios consagrará mis oraciones para el beneficio de mi pueblo. Y las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues los persuaden a hacer el bien; les hacen saber acerca de sus padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a [A]creer en él y a [B] perseverar hasta el fin, que [F] es la vida eterna"(2 Nefi 33:4).
Una conteo conservador de merismos relacionados en el Libro del Mormón da por lo menos 130 declaraciones merísticas del evangelio o la doctrina de Cristo. [Ver Noel B. Reynolds, "The Gospel of Jesus Christ as Taught by the Nephite Prophets," BYU Studies 31/3 (1991): 31–50. ] El uso de esta figura retórico antigua en el Libro del Mormón, combinado con el uso de otros formas literarias antiguas, la más famosa los chiasmus [Quiasmos], es prueba evidente de que el Libro del Mormón no era el producto de la América del siglo 19. Ya que no era una manera ordinaria para invocar fórmulas o listas para los escritores americanos , es una figura retórica apropiado para un libro con conexiones bíblicas antiguas.

Merismo

Una merismo es un dispositivo poético que ejemplifique la totalidad entre dos palabras – una gama de “todo que existe entre”.

Aquí es un ejemplo del libro de Joel:

28 Después de esto derramaré mi espíritu sobre todo ser humano, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
29 También sobre los siervos y las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días. (Joel 2)

El Libro de Mormón tiene también merismo por todo el libro. Aquí es un ejemplo:

44 Pues bien, esta restauración vendrá sobre todos, tanto viejos como jóvenes, esclavos así como libres, varones así como mujeres, malvados así como justos; y no se perderá ni un solo pelo de su cabeza, sino que todo será restablecido a su perfecta forma, o en el cuerpo, cual se encuentra ahora, y serán llevados a comparecer ante el tribunal de Cristo el Hijo, y Dios el Padre, y el Santo Espíritu, que son un Eterno Dios, para ser juzgados según sus obras, sean buenas o malas. (Alma 11)

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