Enciclopedia del Mormonismo: La Predestinación


Autor: Draper, Richard D.
Traducción Libre: Luis Edgardo Juarez Hurtado
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días rechaza la creencia en la predestinación-que Dios predetermina la condenación o la salvación de cada individuo. El evangelio enseña que la verdadera libertad humana y la genuina responsabilidad-albedrio individual en el pensamiento y la acción son cruciales en el desarrollo y el resultado de la vida de una persona. La doctrina de la Iglesia rechaza la estricta doble opción de que solo hay el cielo o el infierno como resultado, ya que las personas varían extensamente en sus niveles de logros espirituales. Al mismo tiempo, los Santos de los Últimos Días reconocen la necesidad indispensable de la gracia de Dios que se manifiesta a través de Jesucristo y la efectiva dirección espiritual que viene a través de preordenacion divina.

La posición SUD se basa en parte en las enseñanzas de Pablo que Dios "pagara a cada uno conforme a sus obras" y que "no hay acepción de personas con Dios" (Rom. 2:6, 11). Estos dos principios proporcionan una base para la comprensión de la declaración de Pablo al utilizar el término "predestinación". “El término al parecer connota "para ser ordenado de antemano a la obra de Dios." En el sentido de que el potencial de alguien o su llamamiento ha sido reconocido y declarado, esta interpretación es de acuerdo con el término griego utilizado por Pablo, proorizo,(pro: antes, orizo designar o ordenar) y no denota una predeterminación irresistible o irreversibles.

Los Santos de los Últimos Días hacen "Elevad hacia Dios todo pensamiento " (D. y C. 6:36), porque ninguna persona puede salvarse a sí misma. Pero ni Dios puede redimir a nadie si esa persona no pone todo su esfuerzo y su colaboración. Todos son libres de aceptar o rechazar la ayuda de Dios y los poderes de la redención. Es evidente que esto es enseñado en las Escrituras que con su ayuda, tanto la justificación y la gracia serán "justo y verdadero" (D. y C. 20:30). "Pero existe la posibilidad de que el hombre pueda caer de la gracia y se aleje del Dios viviente, por lo tanto, cuídese la iglesia y ore siempre, no sea que caiga en atentación; sí, y cuídense aun los que son santificados. ( D. y C. 20:32, 33). RICHARD D. DRAPER

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