Enciclopedia del Mormonismo: El Origen del Hombre


Autor: Sorenson, John L.

El punto de vista del “origen del hombre” en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es muy diferente de aquella existente en la mayoría de las otras tradiciones [religiosas] modernas. Su objetivo principal consiste en afirmar que los seres humanos fueron creados como espíritus por y a la imagen de Dios, lo cual ha determinado su forma y naturaleza mucho antes de convertirse en organismos terrestres. Las preguntas sobre cuáles fueron los mecanismos biológicos o culturales que han podido producir el Homo sapiens y en qué periodo de tiempo esto ocurrió a menudo dominan los debates seculares pero son de escaso interés para los Santos de los Últimos Días.

La presentación más clara de la posición de la Iglesia puede ser la declaración de 1909 por la Primera Presidencia titulado “El Origen del Hombre”, donde se aclaran cuatro puntos esenciales respecto al tema:
  1.  Dios creó a los seres humanos (Génesis 1:27-28)
  2. Dios creó a Adán, “el origen de la familia humana” y “el primer hombre”,
  3. La creación fue secuencial: primero espiritual, luego física, y
  4. Cada cuerpo humano muestras las características del espíritu individual preterrenal que en él habita.

Otras ideas incluidas en la declaración son que la humanidad no era “un desarrollo de las clases inferiores de la creación” sino que una “caída” de un estado superior de existencia; Que la comprensión de todos los detalles sobre el origen del hombre no es vital para la propia la salvación, aun cuando el asunto está relacionado con varias verdades importantes; Que el tema no puede ser completamente aclarado solo por el conocimiento humano; y que solo ciertos hechos relevantes son conocidos actualmente, a los cuales la Iglesia se adhiere.

Las declaraciones oficiales subsecuentes respecto al tema indican que los detalles de cómo Adán se convirtió en “el primer hombre” son considerados que no se han revelado claramente lo suficiente como para resolver el tema de como ocurrió. Es en cambio subrayada una perspectiva eterna en donde el individuo es un “descendiente sin desarrollar de padres celestiales y que es capas, por la experiencia a través de las edades y eones, de evolucionar hacia un Dios” (IE 28:1091).

Desde el surgimiento del darwinismo en 1860, individuos Santos de los Últimos Días, tanto entre los líderes como de los miembros, han participado ocasionalmente en la discusión pública acerca de la evolución, ya que la posición oficial de la Iglesia sobre el origen del hombre no es definitiva en todos los aspectos. Los miembros de la Iglesia han expresado una amplia gama de puntos de vista que son una reminiscencia de los conocidos debates al respecto entre los cristianos. Puesto que un gran número de Santos de los Últimos Días ingreso a carreras científicas a principios del siglo XX, algunos han tratado de conciliar los hechos e ideas científicas con las declaraciones de las Escrituras y los líderes proféticos que son mas destacados en la tradición mormona. Otros han argumentado que en este ámbito la ciencia se limita a ofrecer “las teorías de los hombres” y por lo tanto debe ser descartada.

Muchos simpatizantes SUD de la ciencia interpretan ciertas declaraciones en las Escrituras SUD en el sentido de que Dios usó una versión de la evolución para preparar a los organismos y un entorno medioambiental para ser adecuado a los espíritus preterrenales. Por ejemplo, una descripción bíblica de la creación dice que “los Dioses organizaron la tierra para que produjese … y todo lo que se arrastra sobre la tierra, según su especie” (Abraham 4:25 [énfasis agregado]). Algunas de las declaraciones de varias autoridades generales también son utilizados por los defensores de esta idea para justificar sus opiniones.

Otros Santos de los Últimos Días aceptan una lectura más literal de pasajes de las Escrituras que sugieren a ellos la idea de una creación abrupta. Los defensores de este punto de vista también apoyan sus posiciones con las declaraciones de las Escrituras y de las Autoridades Generales (véase Earth).

Si bien el estado actual de la verdad revelada en la doctrina mormona sobre el origen del hombre puede permitir algunas diferencias de opinión acerca de la relación entre la ciencia y la religión, esta afirma claramente que Dios creó al hombre, que la caída de Adán fue conocida por Dios y que fue real y significativa , y que la expiación de Cristo fue preordenada y era necesaria para revertir los efectos de la caída. Quizás debido a que estas afirmaciones responden las principales cuestiones doctrinales relativas a la condición del hombre, la descripción del proceso real de la creación no recibe mucha atención tanto de los miembros como de las autoridades de la Iglesia.

Bibliografía


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“Mormon View of Evolution.” IE 28 (Sept. 1925):1090-91; reprinted in MFP 5:244.
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Packer, Boyd K. “The Law and the Light.” In The Book of Mormon: Jacob Through Words of Mormon, To Learn with Joy, ed. M. Nyman and C. Tate, pp. 1-31. Salt Lake City, 1990.

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