¿Hay evidencia arqueológica para el Libro de Mormón?

Por www.libromormon.com

Crítica: 

No hay evidencia arqueológica que la gente del Libro de Mormón o los lugares geográficos alguna vez existieron.

Respuesta SUD: 

Cada vez que uno se enfrenta con esta acusación o se presenta en una película, se queda asombrado. Razonablemente, personas respetables de toda la tierra declaran que no hay prueba que permita una creencia en el Libro de Mormón. Afirman que no hay evidencia arqueológica que pueda confirmar la historia de José Smith de la aparición del Libro de Mormón. Aunque muchas de estas mismas personas declaran tener una creencia en un Dios, y que no hay evidencia arqueológica para probar lo que creen. (La tierra misma es evidencia de Su existencia).

“Todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, sí, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo” (Alma 30:44). Sin embargo, nada de eso es de naturaleza arqueológica; al contrario, es espiritual. Millones continúan creyendo en Dios y adorándolo como el centro de sus vidas sin evidencia arqueológica. ¿Por qué es tan difícil hacer lo mismo con el Libro de Mormón?

La existencia misma del Libro de Mormón es su mejor evidencia de autenticidad. El único hecho que tiene que aceptar quien se burla, es que el libro existe y millones se apegan a sus enseñanzas. John E. Clark, un profesor de antropología, sugiere, “para los investigadores de mente abierta, la existencia del libro y la notable consistencia de su narrativa, son suficientes motivos para tomar el libro seriamente y considerar su veracidad. Pero la pregunta final sobre la veracidad es espiritual, necesitando fe para la posibilidad de una respuesta espiritual de una fuente divina” (Book of Mormon Reference Companion, página 72).

Aquellos que son sinceros en su investigación llegan a conocer por sí mismos si el Libro de Mormón es verdadero. Pueden seguir la promesa que se encuentra al final del libro, en Moroni 10:3-5, la cual se lee:
“He aquí, quisiera exhortaros a que, cuando leáis estas cosas, si Dios juzga prudente que las leáis, recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres, desde la creación de Adán hasta el tiempo en que recibáis estas cosas, y que lo meditéis en vuestros corazones. Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo efe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo;” “y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas.” Clark declara además, “Los creyentes que se basan en evidencias físicas confunden la base real de su creencia. El testimonio terrenal sigue al celestial” (Ibid). 
Habiendo establecido el fundamento por el hecho que la única manera que se puede saber la veracidad del Libro de Mormón es por una fuente celestial, ahora se puede discutir algunas de las evidencias arqueológicas que existen. La arqueología, por supuesto, es el estudio de los restos materiales dejados por civilizaciones pasadas y su gente. Los arqueólogos tienen la enorme tarea de encontrar evidencia convincente y verificable de lo que se describe y escribe en el texto de estudio. Esta no es una tarea fácil para la Biblia o el Libro de Mormón. Existen numerosos problemas al tratar de hacerlo.

En 1830, cuando el Libro de Mormón salió de la imprenta, muchos de los hallazgos arqueológicos de ahora en Norte, Centro y Sudamérica no habían sido descubiertos. Desde ese tiempo, numerosas ciudades han sido desenterradas, junto con evidencia de civilizaciones anteriores. Muchos de los debates sobre evidencia arqueológica han surgido porque artículos específicos de importancia no han sido descubiertos, aunque sí otros muchos. Según el autor John Sorenson, ha habido cantidad masiva de indicios de evidencia geográfica, histórica y cultural, mientras se buscan las evidencias individuales más pequeñas. Él indica que la geografía física al sur de México y Guatemala, incluyendo las montañas, colinas, ríos, planicies, tierras de labranza, tierras ociosas, océanos, etcétera, han demostrado que coinciden bien con la narrativa del Libro de Mormón (véase Book of Mormon Reference Companion, página 71).

La piedra Estela 5 encontrada en el sur de México se estima que data entre los años 200 a. C y 300 a. C.  La piedra describe una escena concurrida de humanos y otros seres, rodeando un árbol frutal grande. Muchos eruditos SUD creen que el árbol es una representación del árbol de la vida en 1 Nefi 8 y 11. Otros no están de acuerdo porque no hay ninguna explicación escrita de la piedra y creen que esta interpretación debería dejarse abierta para una interpretación más amplia. Con una interpretación amplia o sin ella, el punto es una piedra grande ha sido descubierta que representa escenas de una de las historias principales contenidas en el Libro de Mormón.

Hay artículos similares y animales mencionados en el Libro de Mormón que provocan a los eruditos a debatir la existencia de las personas del Libro de Mormón, que vivían en las Américas y que están descritas en el libro. Ellos incluyen a las personas poseyendo caballos, elefantes, seda, hierro, acero y planchas de oro (véase Book of Mormon Reference Companion, página 71). La pregunta acerca de dónde están las planchas de oro hoy en día, será discutida más adelante.

¿Qué hacen aquellos quienes afirman que no hay evidencia arqueológica del Libro de Mormón con el relato común que tienen gran número de personas en las Américas, así como las culturas y civilizaciones pasadas, sobre la visita de un gran Dios blanco a sus antepasados? La leyenda de Quetzalcoatl, el dios blanco, barbado, quien visitó las Américas, se tiene entre mucha gente y hay varias versiones del relato. El nombre Quetzalcoatl es el nombre de una deidad prominente y rey del antiguo México. Significa serpiente emplumada. La tradición se tenía entre la gente maya y azteca, se encuentra mencionada en registros tan lejanos como en los años 1000-500 a.C. (véase, Allen, Book of Mormon Reference Companion, página 668).

El acontecimiento supremo en el Libro de Mormón se encuentra en Tercer Nefi, capítulos 11-28, cuando el Salvador resucitado, Jesucristo, desciende del cielo y enseña a las personas del Libro de Mormón por varios días en las Américas, en el año 34 d.C. Él bendice y sana a sus enfermos, realiza milagros y da un sermón parecido al Sermón del Monte. Él llama a doce apóstoles y establece Su iglesia de la misma forma como Él lo hizo en el Nuevo Testamento. Es difícil encontrar una explicación convincente de las tradiciones de las personas en las Américas y el hermoso relato contenido en el Libro de Mormón.

De nuevo, John E. Clark, refiriéndose al trabajo de John Sorenson, explica:
“De manera similar, muchos de los elementos culturales, prácticas, metáforas y alusiones en la última parte del Libro de Mormón parecen ser mesoamericanos. Incluyen tales cosas como escribir y guardar registros, canibalismo, guerra a gran escala, sacrificio humano, conquista de ciudades por medio de la captura de la “torre” principal, o pirámide (Moroni 9:7), armamento de combate, armadura de algodón (Alma 49:6), metáforas del semblante de dios en estatuas (Alma 5), representaciones de árboles saliendo de corazones humanos (Alma 32), un sistema direccional de cuatro partes, creencias paganas de dioses que habitaban bajo tierra (Alma 18:31), y muchos otros puntos . Además, la cronología del auge y caída de la gente civilizada, la relativa ubicación de estas civilizaciones, y las fluctuaciones extremas en las poblaciones registradas en el Libro de Mormón, corresponden razonablemente bien con aquellas reconstruidas arqueológicamente en los pasados treinta años en Mesoamérica, México y Centro América” (Book of Mormon Reference Companion, página 71). 
De nuevo, uno de los mayores problemas encontrados al buscar evidencia arqueológica para tratar de probar la validez de un texto espiritual, es usar humanos y normas de juicio terrenales para tratar de probar escritos celestiales y espirituales. El presidente Gordon B. Hinckley puso el asunto en términos espirituales cuando dijo, “La evidencia de la verdad del Libro de Mormón, para su validez en un mundo que es propenso a demandar evidencia, no se encuentra en la arqueología o antropología, aunque esto puede ser útil para algunos. No se encuentra en la investigación de palabras o en el análisis histórico, aunque estos pueden confirmarlo. La evidencia de su verdad y validez se encuentra dentro de las cubiertas del libro mismo. La prueba de su verdad se encuentra leyéndolo” (”The Cornestones of Our Faith,” página 52).

Hay muchas pruebas de la autenticidad del Libro de Mormón. Aquí hay algunas:
  1. El Libro de Mormón describe los viajes de un hombre llamado Lehi y su familia de Jerusalén a las orillas del Mar Rojo. A pesar que el hecho que detalla a las arabias no estuvo disponible para José Smith, el Libro de Mormón cuenta con exactitud la geografía y la geología árabe.
    • El camino tomado por Lehi en el Libro de Mormón corresponde a un camino principal en la antigua arabia.
    • A pesar de que el material de hierro es raro en las arabias, el mineral está exactamente donde el Libro de Mormón indica.
    • A pesar de que por años la gente creyó que no habían ríos que desembocaran al Mar Rojo, existe un río exactamente donde el Libro de Mormón indica.
    • A pesar de que los mapas detallados de las arabias no estaban disponibles para José Smith, hay un sitio llamado “nehem” (que no es mencionado en la Biblia) en el mismo lugar donde el Libro de Mormón indica, y significa "duelo y consuelo", en perfecta armonía con la descripción dada en el Libro de Mormón.
  2. José Smith no fue el único quien vio las planchas de metal en cuales fue grabado el Libro de Mormón. Otros quince hombres también vieron las planchas y dieron una descripción de ellas. Sus testimonios pueden encontrarse en las copias modernas del Libro de Mormón.
  3. José Smith fue ridiculizado por años al decir que el registro del Libro de Mormón fue gravado en planchas de metal. Evidencias arqueológicas recientes han mostrado que el hacer registros en planchas metálicas de hecho fue una práctica antigua del Medio Oriente. De hecho, recientemente se ha descubierto un registro gravado en planchas de oro. Fue hecho por los Etruscos que fueron personas que tenían sus orígenes en el Medio Oriente (Turquía). Estas planchas tenían anillos de oro a los lados, exactamente como el registro original del Libro de Mormón.
  4. Muchos han criticado al Libro de Mormón porque fue escrito en egipcio “reformado”. Ellos argumentan que los israelitas verdaderos nunca usarían el lenguaje de sus enemigos. Descubrimientos recientes han demostrado, no obstante, que se han conocido escritos egipcios reformados o modificados, incluyendo las formas demóticas y heriáticas.
  5. El Libro de Mormón describe a un hombre llamado Mulek (una forma corta de Malkiyahu) quien fue el hijo del Rey Israelita Sedequías; muchos han criticado al Libro de Mormón ya que ciertas lecturas (comunes) de la Biblia sugieren que Sedequías no tenía hijos. Sin embargo se ha descubierto recientemente en Jerusalén un sello antiguo con el titulo "Malkiyahu el hijo del rey”.
  6. También hay pruebas de que el Libro de Mormón es, de hecho, una traducción de un antiguo texto hebreo, al igual que José dice.
    • Contiene muchas formas poéticas llamadas "chiasmus". La importancia del chiasmus en escritos antiguos semitas se reconoce sólo en el siglo pasado. José Smith no podría saber de ellos.
    • El manuscrito original del Libro de Mormón también contiene muchas frases gramaticalmente extrañas que desde entonces se han corregido. Por ejemplo, en lugar de "si... entonces...", el manuscrito original utiliza a menudo "si... y..." Esta construcción de "... y si..." no se encuentra en la Biblia y no es común en el inglés. Sin embargo, corresponde exactamente con el condicional hebraico.
    • El Libro de Mormón utiliza unos 200 nuevos nombres que no se encuentran en la Biblia. Los recientes descubrimientos de las antiguas inscripciones hebreas han afirmado muchos de estos nombres “inventados”, inclusive Ajá, Ammoniah, Chemish, Hagoth, Himni, Isabel, Jarom, Josh, Luram, Mathoni, Mathonihah, Muloki y Sam. ¿Cómo podría haber sabido José que estos nombres eran auténticos nombres hebreos?
    • El Libro de Mormón usa el nombre de "sheum" para describir un grano. Aunque José Smith no podía saber, "sheum" es, en efecto, un antiguo nombre del Oriente Medio para “grano”.
    • El Libro de Mormón describe un pueblo que se les dio una tierra llamada "Jersón" "para una herencia." “Jersón" en realidad significa "una tierra de la herencia" en el antiguo idioma hebraico.
  7. A pesar de que José Smith no podía saber de muchos de los detalles de los antiguos cultivos de olivos (ya que no se mencionan en la Biblia), el Libro de Mormón describe la antigua práctica Israelita con gran exactitud.
  8. El Libro de Mormón describe antiguas fortificaciones que son notablemente similares a las encontradas en excavaciones arqueológicas recientes en las Américas.
  9. El Libro de Mormón describe un pequeño grupo de personas que vinieron de Israel para las Américas (probablemente Centroamérica, aunque en el Libro de Mormón no se especifica la ubicación exacta). El Libro de Mormón sugiere que este grupo relativamente pequeño de personas últimamente se mezcló con los pueblos que han emigrado a las Américas a través del estrecho de Bering. Curiosamente, hay pruebas sustanciales de una influencia hebrea en el idioma uto-aztecano de Centroamérica. Aunque uto-aztecano no se deriva del hebreo, el hebreo parece haber influenciado su desenvolvimiento. Hay más de 1000 similitudes entre el antiguo hebreo y uto-aztecano, inclusive el uso del plural sufijo "-im" en hebreo e "-ima" en uto-aztecano, el pasivo prefijo "ni-" en hebreo y el prefijo "na-" en uto-aztecano, la palabra hebrea "yasab" y la palabra uto-aztecana "yasipa", que significan "sentarse o detenerse", la palabra hebrea "adán" y la palabra uto-aztecana "otam", que significan "hombre", la palabra hebrea "katpa" y la palabra uto-aztecana "kotpa", que significan “los hombros”, las palabras hebreas "ya-'amin" y las palabras uto-aztecana "yawamin", que significan “él acredita”, etc. El Dr. Roger Westcott, un profesor emérito de antropología y lingüística en la Universidad de Drew (quien no es mormón), así como otros, han confirmado que estas similitudes no pueden ser ignoradas.
Varios académicos no mormones (evangélicos) han escrito un fascinante artículo sobre estas y otras evidencias, lo que sugiere que de hecho son convincentes pruebas de la veracidad del Libro de Mormón.

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